martes, 30 de septiembre de 2008

1968-2008: repensando su espíritu y memoria


1968-2008:
repensando su espíritu y memoria.

Objetivo:
Propiciar un espacio de reflexión en torno a los movimientos estudiantiles en México y el mundo a finales de los años 60 y su vigencia en la actualidad.
Fecha: Viernes 3 de octubre de 2008.
Hora: De 16:00 a 20:00 horas.
Lugar: Edificio de posgrado del Colegio de Sonora.


PROGRAMA (tentativo)

16:00
Bienvenida.
Breve introducción acerca de los antecedentes y objetivo del evento. Bienvenida.
Anabel Montiel

16:20
Panel “1968 en México y el mundo”.
Panel acerca de los movimientos sociales y estudiantiles en México y el mundo a finales de 1960.
1. Cristian Solis “1968: revolución geocultural”.
2. José da Purificaçao “Una lectura del 68 desde África”.
3. Rubén Duarte “México 68”
4. Fernando Fuentes “México 68”.
Moderador: Josué Barrera

17:10
Intervenciones por parte de estudiantes de maestría Colson.
Lectura de poemas, testimonios y reflexiones cortas sobre el espíritu del 68.
1. Juan Pedro Maytorena (testimonio).
2. Iván Camarena (lectura de poema).
Moderador: Chrsitian Valencia

17:40
Panel “Movimientos estudiantiles en Sonora”.
Panel acerca de los movimientos estudiantiles en Sonora de 1967 a 1974.
1. Ismael Mercado.
2. Luis Rey.
3. Joel Verdugo.
Moderador: Iván Camarena

18:20
Receso.
Refrigerio (refrescos, café, galletas, etc.)
Música alusiva al tema.

18:40
Intervenciones por parte de estudiantes de maestría Colson.
Lectura de poemas, testimonios y reflexiones cortas sobre el espíritu del 68.
1. Josué Barrera (lectura de testimonios de México 68).
2. Adriana Manjarrez (lectura de testimonios de México 68).

19:00
Mesa de discusión “Repensando la vigencia del 68”.
Reflexión grupal (todos los asistentes) acerca de la vigencia de las ideas del 68 y su aplicación en la actualidad. ¿Qué nos toca a nosotros?
Todos los asistentes.
Moderadora: Yadira Sandoval


19:50
Clausura.
Agradecimientos y despedida (invitación al “evento social” posterior).
Anabel Montiel

‘Monstruo que todo controla’


Google sistematiza la información de usuarios para vender publicidad dirigida, la cual, según el director del popular buscador, genera ganancias

Cinthya Sánchez
El Universal /30 de septiembre de 2008

Google se ha convertido en parte de nuestras vidas públicas y privadas, tiene más de mil millones de usuarios en todo el mundo, y los mexicanos también cuentan, pues de los 28 millones de personas que utilizan internet, 88% son Googlers, es decir, realizan sus búsquedas de información a través de esa página web.
Los Googlers mexicanos tienen sus propias tendencias de búsqueda de información. Los horóscopos, juegos, espectáculos, ofertas turísticas (viajes y vuelos económicos), empleo e información de gadgets son términos que repuntan en las listas de tendencias durante todo el año. Además, ven más de mil millones de videos al mes por medio de YouTube.
Toda esa información, junto con la del resto de los usuarios de todo el mundo se sistematiza. La fórmula es precisamente esa, organizar la información de todo el mundo y hacerla accesible y útil para sacarle provecho económico con la venta de publicidad dirigida, lo cual les generará 20 mil millones de dólares este año.
Todos los días millones de personas acuden a Google para hacer sus búsquedas en la web, usan los mapas para ubicar direcciones, zonas, países y envían correos electrónicos, y lo hacen de forma automática. Incluso, en México, el término “googlear” se ha convertido en sinónimo de “buscar en la web”.
Google es un negocio que se sostiene vendiendo publicidad relacionada con las búsquedas de los usuarios. “Es el beneficio que nos deja organizar la información de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal”, dice John Farrell, director de Google en México.
Por eso, es común que al enviar un correo electrónico a un amigo que contiene información acerca de un viaje a París, aparezca en la parte derecha de la página publicidad relacionada con vuelos a Europa.
Google hace eso utilizando un software que escanea los mensajes de mail; sin embargo, Jonh Farell asegura que nunca ocurre que un ser humano, aparte del usuario, lea los mails enviados o recibidos en Gmail. “Se trata únicamente de una computadora que escanea los mensajes en busca de palabras clave” y con eso Google obtiene ganancias.
Esto se hace a través del programa AdWords de Google que a través de miles de anunciantes promociona productos y servicios en la web mediante la publicidad segmentada. “Además, miles de administradores de sitios web recurren a AdSense de Google para publicar anuncios relevantes respecto del contenido de sus sitios, lo que incrementa su capacidad de generar ingresos y mejora el servicio a los usuarios”, dice Farrell.
Cuando los usuarios realicen una búsqueda en Google introduciendo una palabra clave, su anuncio puede aparecer del lado derecho de los resultados de la búsqueda. De esta manera, su publicidad se mostrará únicamente a un público que ya está interesado en su producto o servicio.
“A nuestros anunciantes sólo les facilitamos información global, no personal, como, por ejemplo, el número de veces que ha hecho clic en sus anuncios. No vendemos, alquilamos, ni compramos en modo alguno la información personal con terceros excepto por motivos legales”, dice.
Para Luis García Roiz, especialista en diseño interactivo e internet de la Universidad Iberoamericana, la privacidad no existe en la red. “La información de los usuarios se utiliza para crear publicidad dirigida, estrategias de marketing, medir tendencias de consumo, es información que los mismos usuarios dejan ver en Google y que a ésta página le deja ganancias de millones de dólares”.
“Google es un monstruo. Es el nuevo Microsoft del siglo XXI, pues la información que la gente provee de sí misma tiene un valor muy alto. Google posee los historiales de búsqueda que la gente frecuenta, tiene control de toda su presencia en línea y esa información lo convierte en una de las empresas más fructíferas en el mundo”, dice.
Explica que Google tiene en su poder información privilegiada, por ejemplo, tienen información de amenazas entre pandillas de Nueva York o narcomensajes que seguramente no vemos por YouTube.

Universidades públicas y ciencia: ¿historia sin fin?


Javier Flores
La Jornada/30 de septiembre de 2008

¿A qué estamos jugando? La historia se repite, año tras año, en especial desde que está en el poder el Partido Acción Nacional (PAN). Los recursos para la educación superior y la ciencia siempre a la baja en los proyectos anuales de presupuesto. La lucha, encabezada por los rectores y directores, es por convencer, no al Ejecutivo, pues no tendría ningún sentido, sino a los legisladores, gracias a que existe ya una división de poderes, uno de los mayores logros de una imperfecta democracia. Los diputados del PAN se oponen siempre, porque son ignorantes y no entienden el devenir del mundo, porque ven en el desarrollo del conocimiento más que una oportunidad, un peligro.
¿Peligro de qué? Ocurre en nuestro país algo muy curioso. Se identifica a la educación y a la ciencia como algo que es de la izquierda. Es una tontería. El desarrollo científico y tecnológico es una de las mayores aportaciones de la derecha en el mundo contemporáneo. Lo siento mucho, pero así es. El desarrollo capitalista a nivel global no podría entenderse sin el conocimiento científico y tecnológico. La izquierda en nuestro país lo incorpora en sus propuestas porque representa una de las mejores oportunidades de desarrollo económico y social en medio de un vacío conceptual, pero en realidad ha sido el instrumento más importante para el avance del capitalismo… Esto nos debe llevar a reflexionar acerca del país que tenemos.
Acción Nacional representa a la derecha más primitiva en el mundo actual. Carece de un proyecto de desarrollo acorde con lo más avanzado del pensamiento capitalista. Es cavernícola, con su séquito de cristeros y ultraderechistas. Hasta Francis Fukuyama, quien postuló el final de la historia, tuvo que modificar sus planteamientos finalistas, cuando logró percibir los cambios producidos por el desarrollo del conocimiento, capaces de modificar no sólo la economía y las sociedades, sino incluso lo más íntimo de la naturaleza humana.
El gobierno actual viaja por el mundo acompañado de un discurso plagado de falsedades, pero no engaña a nadie. Afirma que México será en el futuro (dentro de unos 50 años), una de las mayores potencias del planeta. Ha afirmado que nuestro país formará parte del mañana al lado de naciones como Brasil, Rusia, India y China, que fincan su desarrollo en el avance de la educación en el nivel terciario y en el progreso de la ciencia y la tecnología. Se trata de una vulgar mentira, cuando en México, como todos sabemos, se recortan año con año los recursos a la educación superior y a la investigación. De seguir así, dentro de medio siglo, si sobrevivimos, seremos una de las regiones más devastadas y grises del planeta.
¿Cómo explicar que mientras el mundo capitalista avanza en una dirección, la derecha en México se mueve en sentido contrario? La única explicación que se me ocurre es que quienes nos gobiernan sólo administran una especie de hacienda. La riqueza del país, que todavía es grande, se administra para servir a otros, a los amos. No hay un proyecto de desarrollo, lo que tenemos es un programa sistemático de saqueo. Y para eso no se requiere de un proyecto de educación superior ni de ciencia y tecnología, actividades de las cuales puede prescindirse. Es más, son una molestia, un estorbo, un gasto superfluo e inútil, una monserga que forma parte de las políticas de la izquierda a la que hay que combatir porque efectivamente representa un peligro. Yo me pregunto: ¿dónde están los intelectuales de derecha en México que puedan ver más allá de esas narices? ¿Dónde la derecha progresista que sueñe con disputar, de igual a igual, con las grandes potencias capitalistas? Yo nada más veo a intelectuales de izquierda militando al lado de Felipe Calderón. (Hay una excepción, la ciudad de México en la que se expresa una visión de futuro con planteamientos que no son de derecha o de izquierda, sino que expresan una responsabilidad con el desarrollo de la nación.)
Hay una esperanza a la que tenemos que asirnos antes del desastre. La representan las instituciones de educación superior públicas, que forman profesionales y científicos de alto nivel, capaces de competir con sus pares en cualquier región del planeta. Fortalecerlas, oponiéndose a las políticas destructivas de la derecha cavernícola, es el mejor servicio que podemos hacer por nuestro país. Aunque parezca una historia sin fin, los diputados deben rechazar los propósitos de exterminio del Ejecutivo. ¿Por qué?, porque ahí radica nuestra oportunidad de no ser hacienda al servicio de los amos, sino de ser libres.

A la memoria de Hugo Aréchiga

EL SILENCIO SE ACABÓ


Por Martha Estela Pérez García
Docente por la carrera de sociología-UACJ

La constante aparición de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez debe indudablemente de lastimar nuestras conciencias, sin embargo, estos sucesos tan lamentables sólo son una consecuencia de la cultura de desprecio por las mujeres en esta ciudad; la cual se ve fortalecida día con día por la sociedad patriarcal en que vivimos, que desarrolla relaciones que nos subordina, nos reprime, nos exhibe y nos invisibiliza.
Sin embargo, hay mujeres que emergen con sus voces como luchadoras y que echan abajo el imaginario social que nos ubica en el seno del hogar, débiles, calladas y sumisas a una figura masculina que ejerce su poder sobre nosotras. Estas juarenses han logrado traspasar de su espacio doméstico al que supuestamente pertenecen, hacia el espacio de lo público, donde destruyen estas falsas tesis, ejercen acción colectiva y se integran al ámbito político para defender sus intereses y necesidades como género femenino.
Con mucha frecuencia las mujeres de esta ciudad participamos integradas a una infinidad de organizaciones, partidos políticos, o desde nuestras colonias en centros comunitarios, y trabajamos por los intereses de nuestros hijos, hijas o esposos, con nuestra identidad como madres o esposas; peleamos por un terreno para construir una casa, por servicios públicos o una escuela, anteponiendo siempre los intereses y necesidades de los otros(as) a los nuestros. Recordemos por ejemplo, la lucha de las mujeres cedepistas lidereadas principalmente por varones, que se destacaban por acudir en gran número siempre a marchas y protestas, actividades de apoyo que se instituyeron en parte de su vida cotidiana, manteniéndolas siempre al frente, fortaleciendo las bases y construyendo las redes de solidaridad para engrandecer a este movimiento.
Sin embargo fue en 1994 que Ciudad Juárez vio con el nacimiento de la Coordinadora en Pro de los Derechos de la Mujer, cuerpos femeninos que se unieron para constituirse en una voz e interactuar en la búsqueda de justicia y de la erradicación de la violencia, debido al considerable aumento de los asesinatos de mujeres. La importancia de esta lucha radica en que las mujeres se preocuparon por las mujeres, y por primera vez se dirigieron a defender sus derechos estratégicos de género, como su derecho a la vida y a no ser lastimada ni física, ni moralmente. Exhibiendo ante la sociedad juarense, la cultura misógina del gobierno de Francisco Barrio hacia las mujeres muertas, a quienes se les descalificó y se les culpabilizó de su destino cuando se les adjudicó una doble vida y una doble moral; y a las vivas se nos trató de educar con campaña burdas que daban como uno de sus consejos, el de vomitar al atacante para causarle asco; sin duda esfuerzos inservibles para justificar su incapacidad.
No obstante y a pesar del tiempo transcurrido hemos visto como esta lucha que la Coordinadora inició ha trascendido, más que haberse opacado; y ha evocado además a otras mujeres de la comunidad a conformar nuevas organizaciones para seguir protestando contra los crímenes que continuan, y así tratar de revertir la exclusión social de que somos víctimas, para que se nos perciba como ciudadanas de primera y no de segunda categoría, poseedoras de derechos y no solo de obligaciones. Sin embargo éstos esfuerzos no son apreciados en beneficio de la comunidad, al contrario, se nos considera como enemigas naturales de la política y de los políticos, se nos concibe incapaces de ejercer acciones serias y de construir movilizaciones autónomas. Pero yo me pregunto si no somos importantes para la política, por qué siempre se quiere minimizar y opacar nuestras luchas.
Incluso se ha atacado y se ha tratado con mucha frecuencia de desconocer y apagar las voces y figuras femeninas, insistiendo en que el trabajo que realizan para la prevención de la violencia, no es prioridad. Pero, si evitar una muerte más no es importante ¿qué es lo importante?
Sin duda la movilización de las juarenses ha sido trascendente, aún cuando no ha sido constante o muy nutrida, hemos tomado los espacios antes negados, demostrando que la participación social y política también es seria y formal cuando la construyen las mujeres, nuestras voces ya están presentes, de hoy en adelante, el silencio se acabó.

Capitalismo académico


Patrick Cunningham[1]

La universidad publica neoliberal es una “fábrica” privatizada, flexibilizada y globalizada, para la producción y difusión del conocimiento en la forma más intensiva y competitiva posible y directamente ligado a los intereses y exigencias del neo-capitalismo corporativo global.
Este proceso, también conocido como “capitalismo académico” o “postfordismo académico”, ha causado la creciente flexibilización del trabajo en la universidad, resultando en la sustitución paulatina de los trabajos a tiempo completo y seguros, creados durante el auge de la universidad pública y de la escolarización masiva durante la época keynesiana, con trabajos parciales, flexibilizados y sobretodo inseguros, o sea “precarios”.
Esta precarización es la combinación de la flexibilización y la desregulación del trabajo con el fin de producir trabajadores los más baratos posibles, también en las esferas del trabajo altamente cualificado de la universidad.
Sin embargo, el problema no es tanto la flexibilización en si, sino la perdida de control de ese reclamo por parte de la clase trabajadora y sus sindicatos, dejando vía libre al capitalismo postfordista a explotar los deseos de flexibilización y movilidad de varios sectores de la clase para dividir a esta última e imponer un nuevo régimen de trabajo.

[1] Colaborador de la revista Ala Siniestra, docente por la UAM-Xochimilco
Tomado de: http://comiteuniversitariodeizquierda.blogspot.com/

Prestamista de última instancia

Ramón Cota Meza

La intervención de Washington para salvar al sistema financiero ha provocado preguntas sobre el futuro del capitalismo, desde un resurgimiento de Marx hasta complacencias como la del presidente Calderón en la Bolsa de Nueva York. La crisis es severa, pero no es el fin del capitalismo ni el advenimiento del comunismo. ¿Qué ocurrirá? Habrán de pasar cosas antes de saberlo: la elección presidencial de Estados Unidos, el futuro inmediato de Sudamérica, las políticas financieras de Europa y Asia, el estrés geopolítico…

Pero limitando la crisis a sus aspectos financieros y políticos en Estados Unidos, lo que estamos viendo es la unión de toda la clase política para erigir al Estado en prestamista de última instancia. Hay dificultades de interlocución provenientes de agendas políticas distintas, pero todos están de acuerdo en que no hay alternativa a la intervención financiera del Estado. Es el viejo tema del “prestamista de última instancia”, que ha acompañado a las crisis capitalistas desde fines del siglo 18, hoyo negro de la civilización occidental fundada en la competencia económica.

Todas las crisis económicas severas han sido revertidas por intervención inmediata o mediata, directa o indirecta del Estado. Ninguna economía nacional se ha recuperado por sí sola en la historia. El surgimiento de los estados nacionales es indisoluble de la capacidad del soberano para endeudarse con cargo a las generaciones futuras. Ningún otro agente económico puede hacerlo. La salvación recurrente de las instituciones financieras es tarea pública; no hay condiciones humanas para el feliz crecimiento indefinido de las economías.

Las crisis son inherentes al crecimiento debido al fenómeno de sobrevaluación de activos. Ya que la realización del capital se basa en expectativas del crecimiento futuro, las expectativas mismas influyen el precio de los activos involucrados, inflándolos. Mientras estos activos permanezcan en la cresta de la ola, su precio seguirá inflándose, hasta que la realidad haga su chequeo. Así transcurre el crecimiento económico. No es como los árboles, que crecen proporcionales; son oleadas de crecimiento con un principio, un clímax y una caída: ciclos.

La institución “prestamista de última instancia” ha evolucionado con esta realidad. En Estados Unidos se llegó a aceptar que tal institución era redundante porque los mercados tendían a equilibrarse por sí mismos; no podía haber una quiebra masiva del sistema financiero, así que los políticos no encuentran ahora las palabras adecuadas para sus medidas, pero las encontrarán porque no tienen opción.

Ahora bien, ¿el prestamista de última instancia es una bendición? No, es apenas la solución menos mala. La idea marxista de que el crecimiento capitalista produce sus propias crisis es la base del socialismo. Sin las crisis cíclicas del siglo XIX, el socialismo científico no habría sido posible (Max Weber). La caída del Muro de Berlín entierra al comunismo, pero no suprime las causas que lo hicieron posible (Juan Pablo II).

El prestamista de última instancia alienta la ambición pero finalmente la protege de sus malas decisiones. A medida que los actores económicos adquieren conciencia de esta dinámica, algunos darán vuelo a la hilacha, previendo que una instancia superior los rescatará, llegado el caso. Todo esto es cosa de cálculo y escala de operación; no es cosa diabólica; es querer estar donde las cosas están pasando.

Si los países promulgaran un código que acotara la ambición de los actores particulares, surgirían voluntades que sacarían provecho del conformismo así establecido. Hasta donde alcanzamos a ver, este es el temperamento de la especie humana. No queremos el socialismo porque no deseamos una sociedad de prohibiciones, pero una sociedad económica libérrima también trae consecuencias muy negativas. Nos enfilamos hacia una sociedad del conocimiento, suponiendo que nos hará mejores, pero un mejor conocimiento puede aguzar nuestros instintos depredadores.

blascota@prodigy.net.mx
rcotameza@gmail.com

lunes, 29 de septiembre de 2008

Los activos del progresismo en la universidad pública

Rollin Kent Serna
Revista Nexos No. 339/ Marzo de 2006

La izquierda ha contribuido y sigue contribuyendo al desarrollo de la universidad mexicana: en varias instituciones fundó y sostuvo la investigación científica, ha impulsado la apertura de nuevas disciplinas en las ciencias naturales y sociales, robusteció el debate abierto sobre asuntos públicos y específicamente universitarios defendiendo la libertad intelectual.
En el número 336 de nexos dedicado a la izquierda frente al espejo de la ley y la democracia, Ciro Murayama ventila inquietudes importantes sobre el legado de la izquierda en las universidades públicas en su texto “Pasivos con la universidad pública”.
Aborda sobre todo los problemas y las crisis que anegaron a la izquierda universitaria a finales de los años ochenta. Condena el asambleísmo, la confusión entre autoridad y autoritarismo, el olvido de la calidad, la fobia hacia la meritocracia, la complacencia con la simulación y el antiintelectualismo, y el rechazo a los exámenes de ingreso. Se pregunta escépticamente si las actuales fuerzas de izquierda en el escenario electoral tienen algo que decir al respecto. Deseo aquí discutir esta idea de los pasivos de la izquierda y explorar con candor la otra cara, la de los activos del progresismo universitario.
Agudo e intencionadamente polémico, el artículo de Murayama probablemente suscite reacciones diversas. En polos opuestos, se podrían prever, por un lado, la molestia por una crítica más a la izquierda universitaria, y por otro, cierta extrañeza de que aún en 2006 alguien considere útil escribir sobre un tema ya olvidado. Repaso estas reacciones posibles, empezando por la última.
Para algunos, en efecto, hablar de la izquierda universitaria es hablar de un asunto relegado en el tiempo, una curiosidad histórica. Éste sería el punto de vista de los modernizadores radicales (o cuando menos los convencidos) que nos tienen acostumbrados a un diagnóstico siempre pesimista del país el cual nunca parece ponerse a la altura de sus socios comerciales norteamericanos y, hoy, de la nueva amenaza competitiva asiática. Sería la opinión de numerosos comentaristas en los medios que se han instalado en el sermón de las oportunidades perdidas, de la añoranza por un país limpio y ordenado, de una Dinamarca mexicana. Los modernizadores más rudos no piensan siquiera en Dinamarca sino que tienen como modelos a seguir a la India y China, países que se están modernizando mucho más rápido que “nosotros” (o sea el México que cuenta) sin que importen los costos humanos y ambientales.
Desde esta perspectiva, examinar a la izquierda universitaria que existió en un pasado cronológicamente reciente pero ideológicamente muy remoto, podría ser un ejercicio interesante de historia de las ideas pero no dejaría de tener poca relevancia para los problemas torales que hoy enfrenta el país: la competitividad, la eficiencia económica y la inserción provechosa en la nueva división internacional del trabajo. Las universidades deberían ponerse al día para funcionar como engranajes eficientes de la gran máquina productiva y dejarse de nostalgias. Finalmente, es afortunado que las fantasías ideológicas criticadas por Ciro Murayama hayan sido barridas. Recordémoslas para no repetirlas.
En el otro polo de las reacciones imaginables estarían aquellas que aún defienden la democracia de base en la universidad, la movilización por las causas populares, y la universidad al servicio del pueblo. Ciertamente, es probable que esta defensa cuente hoy con pocos adeptos o cuando menos pocos que se a arriesguen a declararla en público. Justamente el que defender tales ideas sea hoy considerada una osadía muestra a las claras el profundo desplazamiento ideológico que se ha operado en nuestro país en escasos quince años. Se diría que, a estas alturas del cambio de época que vivimos, salir a defender ese tipo de democracia universitaria sería un despropósito lindante en lo psicótico. En efecto, no se puede soslayar el persistente efecto traumático de la huelga del CGH en la UNAM sobre este tema, haciendo de la democracia un tabú, incluso en el ámbito progresista. En esto Murayama pone el dedo en una llaga aún abierta: la izquierda misma desprestigió la idea de democracia.
Ahora bien, quiero abogar por una tercera postura. Coloquemos el debate sobre el progresismo real y posible en el contexto actual de la educación superior. Partamos de que en los últimos quince años se han producido cambios casi polarmente opuestos al programa de la “universidad crítica, democrática y popular”. A década y media de modernización, tenemos una especie de meritocracia burocratizada y gestionada desde arriba. Pasamos de la sacralización de la masa con su expresión asambleísta a la gestión centralista, en esquemas mucho más verticalistas que antes, donde se han profesionalizado los estratos directivos hasta cierto punto más que los profesores.
Los colectivos académicos y la colegialidad subsisten con dificultad ante las presiones de fragmentación que atraviesan el sistema, aunque el gobierno haya imaginado la ficción burocrática de los “cuerpos académicos” que las instituciones deben registrar ante la SEP. Ya no somos antiintelectuales, ahora somos “excelentes”: estamos en permanente lucha por cumplir con los indicadores de productividad vigentes, lo cual en el fondo viene a representar otro tipo de antiintelectualismo “modernista”.
Fueron desactivados los sindicatos, en efecto, y hoy los académicos carecen de mecanismos de expresión sobre asuntos vitales como son la carrera académica (que enfáticamente no equivale a los sistemas de becas al desempeño) y las pensiones de jubilación, que carecen de fondos, aplazándose en consecuencia el urgente recambio generacional de la planta académica. Se acabó con el pase automático en el grueso de las universidades públicas, sin duda para bien, no obstante que acabamos por aterrizar en un esquema socialmente excluyente: hoy, los que aprueban los exámenes de ingreso a las universidades públicas son los egresados de las buenas preparatorias y las buenas familias.
La instrumentalización política de la universidad -su puesta al servicio de intereses políticos- no ha desaparecido, sino que ha cambiado de color partidario y se ha vuelto más sutil, menos escandalosa. La simulación tampoco ha desparecido, sólo ha adoptado nuevas máscaras: ahora los cuerpos académicos burocráticamente existentes entregan al gobierno indicadores de productividad recabados de manera frenética al último momento para competir por fondos que llegan tardía y escasamente. Parece confirmarse la idea de Jürgen Habermas sobre la racionalidad técnica como ideología, como nueva forma de control.
Al abandonar el papel de las universidades en apoyo a las causas populares, nos centramos en las tareas educativas, en sentido estrecho de la enseñanza efectiva. Obviamente esto es justo, pero al hacerlo en la perspectiva limitada de la productividad académica nos olvidamos de su papel como instituciones socializadoras de los jóvenes en valores democráticos y ciudadanos. ¿Tiramos el agua de la bañera con todo y bebé?
Corremos el riesgo de identificar a toda la izquierda, o mejor dicho el progresismo universitario, con los vicios evidentes de una franja de la izquierda que, como bien dice Ciro Murayama, derrotó al reformismo en la universidad. En el contexto de esta derrota y ante la irresistible acometida de la modernización, el progresismo académico se volvió inerte y, en efecto, se encuentra arrinconado por la polarización de posiciones. Pero este progresismo difuso ha contribuido y sigue contribuyendo al desarrollo de la universidad mexicana. En varias instituciones fundó y sostuvo la investigación científica.
Ha impulsado la apertura de nuevas disciplinas en las ciencias naturales y sociales. En su momento, robusteció el debate abierto sobre asuntos públicos y específicamente universitarios, defendiendo la libertad intelectual, valor nunca tomado en cuenta por la enorme oleada de establecimientos privados y por algunas instituciones públicas más tradicionales. Ese progresismo criticó y critica aún la visión de una universidad estrechamente profesionalizante, desinteresada por la formación general de sus estudiantes y por los problemas nacionales.
En el sector de investigación, ese progresismo se esfuerza no sólo por vincularse con las empresas, como hoy se insiste, sino por divulgar la ciencia y colaborar en la formación de maestros en la educación básica. En el mar de revistas tediosas dedicadas a la “comunicación social” (es decir, a difundir las fotos y los discursos de los directivos), subsisten revistas literarias y científicas aunque no cuenten con el aval del Padrón de Revistas Científicas del Conacyt.
Defiendo, pues, un legado positivo del progresismo, vuelto invisible por las ruidosas confrontaciones políticas y los cambios arrolladores de la década pasada. El que no esté representado por algún grupo, corriente o partido no le impide encarnar una profunda inquietud por volver a debatir públicamente sobre el futuro de las universidades en un espacio discursivo diferente del que han demarcado los radicales de antaño y los modernizadores de hoy. Estamos en otro sitio. Queremos otra modernización, queremos otra universidad, una que se reconozca como factor de integración ciudadana y de desarrollo social.

¿Se acabó el neoliberalismo?


Emir Sader
La Jornada/29 de septiembre de 2008

El neoliberalismo se constituyó en un nuevo modelo hegemónico en la historia del capitalismo, sucediendo al regulador-keynesiano o de bienestar social, como se quiera llamarlo. Realizó su diagnóstico sobre el agotamiento del modelo anterior y se propuso reorganizar el sistema capitalista en su conjunto, conforme a sus principios liberales reciclados para un nuevo periodo histórico.
Fue un modelo absolutamente hegemónico, que logró extenderse de la forma más universal posible: de Europa Occidental a Estados Unidos; de América Latina a China; de Europa Oriental a África, de Rusia al sudeste asiático. Tuvo crisis precoces –a lo largo de la década de 1990, en México, en el sudeste asiático, Rusia, Brasil, Argentina–, pero se mantuvo hegemónico, sin ningún otro proyecto alternativo que le disputase esa categoría. Suscitó grandes movilizaciones en su contra –como las iniciadas en Seattle, que desembocaron en los Foros Sociales Mundiales–, siguió tropezando, como en la Organización Mundial de Comercio, con el adelgazamiento del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, pero continuó siendo el único modelo globalizado. Después de algún tiempo, la propuesta híbrida de China permitió que surgiera la expresión Consenso de Pekín, en lugar del de Washington, pero girando siempre en torno a las adecuaciones de las políticas de libre comercio.
Las potencias centrales del capitalismo ya habían sido víctimas de la desregulación y del potencial de ataque del capital especulativo, entre ellas Gran Bretaña en los 80, objetivo del megaespeculador George Soros. Pero todo ataque especulativo tenía a Estados Unidos como beneficiario; toda fuga de capitales encontraba a la Bolsa de Nueva York como refugio. Se sabía que ese carnaval especulativo sólo encontraría límite cuando el principal beneficiario de la misma se convirtiera también en víctima. Ese momento llegó.
Las medidas emergentes, como siempre, hieren la doctrina neoliberal, con intervenciones directas y masivas del Estado –como ya había sucedido desde la primera crisis neoliberal de México, en 1994. Pero, ¿significaban el fin del neoliberalismo? ¿Es posible retomar los procesos regulatorios globales –un nuevo Bretton Woods– que frenen estructuralmente la libre circulación de capitales y la reviertan por procesos de desregulación económica, esencia misma del neoliberalismo?
Nada indica que eso sea posible. No existe una lógica racional del sistema capitalista que haga que sus agentes –de grandes corporaciones de estados dominantes– integren una lógica superior del sistema. Ésa es una de sus contradicciones estructurales, entre dominación global y apropiación privada.
La actual se trata de una gran crisis capitalista –se dice que la mayor desde la de 1929– que puede abrir camino para la construcción de un modelo alternativo. Sin embargo, por el momento no se vislumbra en el horizonte ningún modelo que pueda tener ese papel, ni siquiera de manera embrionaria; a lo sumo existen versiones híbridas, como las políticas económicas de China y Brasil. La propia proliferación de gobiernos conservadores, nada innovadores en sus políticas, ubicados en el centro del capitalismo, indica que nada de nuevo puede provenir de ellos en sustitución del modelo agotado.
Todo indica que entre la crisis del modelo precozmente envejecido y las dificultades para el surgimiento de uno nuevo, mediará un periodo más o menos prolongado de inestabilidades, de sucesivas crisis, de turbulencias. Porque lo que se agota no únicamente es un modelo hegemónico, es también la hegemonía política de Estados Unidos –los dos pilares de sustentación del presente periodo político, que sustituyeron al modelo regulador y a la bipolaridad mundial. Y tampoco en este terreno surge en el horizonte una potencia –o un conjunto de ellas– en condiciones de ejercer una nueva hegemonía.
El neoliberalismo no termina, pero se agota, dando paso a un periodo de disputa por alternativas en las que –por el momento– sólo se ven en América Latina aparecer propuestas para su superación. Gana así la región un protagonismo –junto con China– en la proyección del mundo futuro para toda la primera mitad de este siglo, en la disputa entre lo viejo –que se resiste a morir y produce crisis con consecuencias por todos lados–, y el nuevo, que comienza a anunciar el posneoliberalismo, un mundo solidario, desmercantilizado, humanista, del que el Foro Social Mundial de Belem –del 27 de enero al primero de febrero– será una muestra pluralista y vigorosa de alternativas al neoliberalismo.
Traducción: Ruben Montedónico

viernes, 26 de septiembre de 2008

Porrismo y delincuencia

Bernardo Bátiz Vázquez
jusbbv@hotmail.com
La Jornada/26 de septiembre de 2008

El problema de la seguridad es un problema nacional, sin duda grave, pero no tanto como el riesgo de perder lo que queda de nuestra soberanía económica si malbaratamos Pemex, como pretenden algunos malos o desorientados mexicanos. En la ciudad de México, una de las fases que la inseguridad muestra, es el fenómeno del porrismo estudiantil, en las preparatorias, en los CCH, en las vocacionales y en otras escuelas públicas, pero también en algunas privadas.
El porrismo es una escuela de delincuencia; lamentablemente fue alentado y prohijado por malos gobiernos que necesitaban de grupos de choque para sentirse apoyados y protegidos. Todavía en la actualidad, en algunos casos de este fenómeno, encontramos detrás de grupos porriles la sombra protectora de diputados locales o federales o burócratas con cargos de segundo o tercer nivel.
Si se combate el porrismo, se estará también combatiendo un aspecto de la delincuencia organizada y sellando un centro de reclutamiento para narcomenudistas y sicarios.
Se necesita, con los líderes de las bandas de golpeadores estudiantiles mano dura dentro de la ley, pero también atención y orientación para los jóvenes que llegan a las escuelas de educación media por primera vez y que pueden ser atraídos por los pandilleros, como lo hacen con frecuencia, con cerveza gratis, droga fácil y el atractivo de sentirse formar parte de una comunidad que les da identidad, tan necesaria en la adolescencia, los cobija y protege.
Me consta que en el CCH se lleva a cabo una campaña de orientación para ubicar a los jóvenes en la realidad de sus escuelas y del ambiente estudiantil, interesándolos en actividades culturales, deportivas y académicas como alternativas, muy superiores al porrismo.
Dentro de este combate al pandillerismo estudiantil, juega un papel fundamental, que ya está dando frutos, como informó el jefe de Gobierno en días pasados, el programa Prepa Sí, que es un sistema de beca universal a todos los estudiantes preparatorianos de escuelas públicas. Según el informe a la Asamblea, las calificaciones de los estudiantes, desde que se les otorgan becas, han subido de 7.65 en promedio a 8.39 y la deserción escolar va a la baja.
Desde el sexenio pasado, el Gobierno del Distrito Federal implementó apoyos sociales directos, como el de adultos mayores y otros que han tenido el doble efecto de beneficiar a la microeconomía popular directamente y de inyectar una importante cantidad mensual de dinero fresco a la macroeconomía de la ciudad capital.
En el caso del apoyo económico a jóvenes estudiantes surgidos de clases medias bajas y pobres, y algunos francamente marginados, es una forma de atender a las causas y no a los efectos del fenómeno delictivo; quien llega al bachillerato o sus equivalentes, a intentar estudiar en total desventaja con otros jóvenes de su misma edad, por falta de recursos económicos, puede ser fácil presa de los lazos que la delincuencia suele tender. En cambio, si son recibidos con solidaridad social y cuentan de entrada con un apoyo que les permite mejorar su alimentación o tener recursos para transporte o para útiles escolares, su actitud sin duda será muy diferente a la de quienes llegan sin ningún apoyo y enfrentarse a un medio nuevo, posiblemente hostil, provenientes de un ambiente familiar, vecinal y social, que poco les ofrece.
La beca es un paso importante, que por supuesto no debe de ser el único para combatir las fuentes de la criminalidad y de las desviaciones sociales de quienes no se sienten obligados con su comunidad y por tanto no cumplen voluntaria y cabalmente con las reglas de convivencia, por que esa comunidad, a su vez, los margina y excluye.
Las becas son por ello un factor importante para orientar y encauzar a los muchachos y con ello, sin necesidad de gastos excesivos en armas y cárceles, se contribuye a disminuir las causas que desencadenan los procesos sociales disyuntivos, puertas de entrada a la formación de mafias y grupos de delincuentes.

Evitarán recorte presupuestal a la UNAM, prometen diputados


■ El rector Narro solicita para la institución $950 millones más de lo que el gobierno proyecta
■ Se le autorizaron para este año 21 mil 510 millones de pesos, pero la propuesta de Calderón, enviada el pasado 8 de septiembre, sólo considera una asignación de 20 mil 660 millones


Roberto Garduño y Enrique Méndez
La Jornada/26 de septiembre de 2008

En nombre de la comunidad universitaria, el rector José Narro Robles solicitó ayer a la Cámara de Diputados un incremento de 950 millones de pesos a la propuesta de presupuesto que para el año 2009 planteó el Ejecutivo federal para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para que la institución cuente con recursos por 21 mil 610 millones 200 mil pesos.
En respuesta a la petición del doctor Narro, el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte Jáquez, sostuvo que la UNAM recibirá el respaldo de los legisladores con objeto de darle un impulso a la educación superior en el país.
“Tiene usted excelentes aliados, señor rector, hay muchísimos diputados que son egresados de la UNAM; los que no tuvimos esa oportunidad, también vemos en nuestra máxima casa de estudios el rumbo, insisto, que tiene que ver con la nación. Reconociendo las circunstancias y la situación económica que vive el país, habremos de tener los márgenes, estoy seguro, suficientes, para seguir alentando el desarrollo y fortalecimiento de la universidad”, comprometió.
Reunido con más de 60 integrantes de las comisiones de Presupuesto, de Educación y de Ciencia y Tecnología, Narro Robles expuso que existe un marcado rezago educativo en el país. Seis millones de mexicanos son analfabetas, insistió, al convenir que con el esfuerzo de todos se habrá de revertir esa situación, si las autoridades aspiran a elevar la calidad de vida de los ciudadanos.
El rector argumentó el porqué será necesario, como mínimo, incrementar en 950 millones de pesos el gasto programado para la Universidad Nacional. La petición obedece, señaló, a la necesidad de revertir el rezago que en educación soporta la sociedad.
El incremento requerido por la comunidad universitaria obedece a que para el actual ejercicio fiscal, la Cámara autorizó a la UNAM un presupuesto de 21 mil 510 millones de pesos, pero en la propuesta de Felipe Calderón, enviada el 8 de septiembre pasado a los legisladores, se considera una asignación de sólo 20 mil 660 millones, lo cual representa un déficit de 849 millones de pesos, que equivalen a menos cuatro por ciento.
En su argumentación ante los diputados, José Narro expuso que actualmente sólo uno de cada cuatro jóvenes en edad de acudir a la universidad puede acceder a ella y, “en consecuencia, tres de cuatro no están en esa posibilidad y eso es algo muy preocupante”. A esto sumó que 10 millones de mexicanos no han concluido sus estudios de primaria y 17 millones más no tienen la secundaria terminada, lo cual constituye un grave rezago educativo.
La cifra de recursos extras para el presupuesto universitario permitiría desarrollar nueva infraestructura, así como dar mantenimiento a la existente. Tan sólo en Ciudad Universitaria, instalaciones que datan de los años 50, así como los colegios de Ciencias y Humanidades y las unidades multidisciplinarias requieren de recursos para actualizarse, explicó.
En representación de la Cámara de Diputados, César Duarte refirió que la Universidad Nacional, prestigiada en el mundo, “requiere con dignidad recibir el apoyo y el impulso, y solidaridad de la Cámara. En los muros de San Lázaro hoy por hoy podemos ver el nombre de la universidad que enorgullece a México, pero que además está presente para que hagamos en el uso de nuestra responsabilidad y, sobre todo, en atributo a nuestra responsabilidad, las definiciones pertinentes”.
Previamente, el doctor José Narro declaró en entrevista que “se requiere que este país invierta más en educación superior, en la investigación científica y en la divulgación del conocimiento, la cultura y las artes. Un país que en 2009 no tenga dentro de sus prioridades la educación superior necesariamente va a quedarse atrás”.
De tal forma, refirió, la educación debe verse como uno de los grandes elementos, como la gran palanca para el desarrollo, porque está relacionada con todos los campos de la vida cotidiana; tiene que ver, insistió, por supuesto con los valores que deben adquirirse primero en la familia y después en todos los grados de educación. Tiene que verse, agregó, como parte de toda la estrategia de combate a la violencia, a la inseguridad en el país.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El 68, un video inédito

Samuel Mesinas
El Universal/ 25 de septiembre de 2008


El ambiente se percibe fúnebre, denso; caras, miradas y rictus de dolor. Es 2 de noviembre 1968: estudiantes, madres, hermanos, vecinos; todos, con cierto miedo, regresan a la plaza que un mes antes se había convertido en la piedra de sacrificio del México moderno.
Traen flores, veladoras, también terror e indignación. La cámara súper 8 recorre el escenario hasta encontrar las huellas de la salvaje embestida: sangre humana esparcida sobre el muro blanco de la iglesia contigua a la Plaza de las Tres Culturas; huellas innegables de la represión. La cámara cierra la toma, detalla los manchones para después abrirla ya en la penumbra de la noche y así registrar una V de la victoria empuñada por decenas de manos que parecen señalar al cielo en señal de esperanza o piedad.
Esas son las imágenes de una serie de videos inéditos que el Comité del 68, Pro Libertades Democráticas A.C, tiene como parte del material recopilado durante décadas y que da cuenta de la barbarie cometida por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz contra el movimiento estudiantil universitario; los ha puesto para su venta en sus oficinas de San Luis Potosí 98, colonia Roma.
Habla Raúl Álvarez Garín, líder de aquella revuelta, sobreviviente y activista en pleno que busca justicia contra los responsables, entre ellos Luis Echeverría Álvarez —secretario de Gobernación durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970)—, a quien Garín define como “genocida”.
Exposiciones en las rejas del Paseo de la Reforma; videos, carteles, arte contemporáneo, obras de teatro, libros, conforman las actividades que el Comité del 68 ha organizado para los 40 años conmemorativos del 2 de octubre; pero sobre todo un archivo jurídico que presentará ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, de la Organización de Estados Americanos, por la violencia ejercida por el Estado mexicano hacía sus gobernados, la cual no quiere reconocer.
“Se percibe en un sector del gobierno de abandonar este propósito de justicia que buscamos, por ello queremos subrayar que los procesos siguen abiertos”, acota.
Álvarez Garín subraya que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha reconocido 270 desaparecidos y 70 funcionarios involucrados; la extinta fiscalía especial para los desaparecidos anunció 52 averiguaciones previas en condiciones de consignación; Herlinda Velasco, magistrada, admitió la existencia de elementos para conformar el delito de genocidio, aunque resolvió en contra.
“No se puede exonerar a Luis Echeverría como se ha pretendido hacer, si a nivel interno no se resuelve lo llevaremos al ámbito internacional”, señala.
Garín señala que la decisión se tomó debido a lo expresado en tercera persona por el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juventino Castro y Castro, quien ha dejado ver de manera “objetivista” que las resoluciones de los procesos abiertos serán negativos.
“Lo que buscamos es una condena moral internacional que se transforme en una medida con efectos políticos y económicos para el gobierno mexicano, porque si se califica que no respeta a sus instituciones ni su Constitución será importante, ya que los convenios y tratados de comercio que se tienen actualmente se sostienen sobre la confianza en el Estado de Derecho. Si se demuestra que lo viola de manera tan descarada, irresponsable y burda, ya que las violaciones cometidas son de cuestiones de derecho internacional, aumentará la desconfianza de inversión internacional”, dice.
Garín también señala el peligro que de nuevo el Ejército se encuentre en las calles y el tema de la gobernabilidad sea latente.
Finalmente advierte: “En esos años se hablaba de disolución social, un delito impreciso porque era toda actividad lo que no le gustara al gobierno; ahora cuando se busca tener eficacia contra el terrorismo entra otra categoría tan difusa como la sospecha de terrorismo, ¿quiénes son sospechosos de serlo? Todo aquel que no le convenga al gobierno, esto se extiende a líderes sociales”.

Obliga la desigualdad a revisar el modelo de desarrollo: Narro Robles


■ Urge fortalecer el papel del Estado en tareas de financiamiento científico y tecnológico
■ Las universidades deben hacer bien su trabajo, formar recursos humanos de excelencia, señala la OCDE
■ Discuten expertos el papel del conocimiento en la lucha contra la injusticia social

Laura Poy Solano
La Jornada/25 de septiembre de 2008

Investigadores y especialistas de más de 50 universidades del mundo afirmaron que uno de los retos más importantes para el desarrollo científico en el siglo XXI es determinar el papel que debe jugar el conocimiento en la lucha por combatir la inequidad y la injusticia social, pero también alertaron sobre la necesidad de fortalecer el papel del Estado, como uno de los principales “proveedores de recursos para impulsar el saber científico y tecnológico”.
Reunidos en la Semana de Ciencia, Tecnología e Innovación, convocada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el rector José Narro Robles afirmó que es necesario reconocer que en México, como ocurre en otras muchas naciones del mundo, “no se han alcanzado los niveles de bienestar humano, justicia social y desarrollo económico equilibrado”, por lo que consideró indispensable revisar la organización, modelos de desarrollo y las estructuras sociales.
Al inaugurar la red Policies for Research and Innovation in Moving the European Reserch Area (PRIME), como parte de los trabajos de la semana de la ciencia, advirtió que si bien es tarea fundamental discutir las políticas de desarrollo de ciencia, tecnología e innovación, “también lo es discutir sus implicaciones posteriores, que en estricto orden de prioridad serían el bienestar social, la justicia social que debería derivarse de esas políticas públicas, y el crecimiento económico que se requiere”.
La gran pregunta que tenemos que formularnos en una reunión como está, indicó, es “si de verdad estamos alcanzado el bienestar humano, la justicia social, y el desarrollo económico equilibrado en la mayoría de los países del mundo, y tendríamos que decir que no es así; por desgracia no hemos logrado ese desarrollo armónico de justicia social y crecimiento económico equilibrado que nos hemos propuesto”.
Narro Robles, insistió ante especialistas de diversas universidades del mundo, que si no se considera el desarrollo científico y tecnológico, “junto con el beneficio colectivo, estaríamos siendo egoístas, con una visión reduccionista de la utilidad del conocimiento y del desarrollo científico”.
Por su parte, Luis Sanz, presidente del Comité de Política Científica y Tecnológica de la OCDE, e integrante del PRIME, afirmó que uno de los principales retos para la consolidación del desarrollo científico en los países en desarrollo es la creación de las capacidades científico-técnicas que “les permitan absorber los conocimientos que se están generando en el mundo”.
Además, indicó, deben crearse los mecanismos y las instituciones que permitan la utilización, por parte de la sociedad, de esos conocimientos. No se trata, indicó, de que las universidades o los centros de investigación públicos se conviertan en empresas para contribuir en el desarrollo económico, ni tampoco en organizaciones no gubernamen- tales para proveer servicios sociales. “Se trata de que hagan bien su trabajo, formen recursos humanos de excelencia, y posteriormente, en las empresas, en el sector público y en el sector educativo, se puedan desarrollar.”
Señaló que para alcanzar estos objetivos se requiere una presencia constante del Estado en las tareas de financiamiento del desarrollo científico y tecnológico, pues agregó que “sólo en la imaginación se puede plantear un política científica pública sin el apoyo decidido del Estado”.
En el acto, en el que también participó el rector de la UAM, José Lema Labadie, especialistas y académicos reiteraron la necesidad de construir una visión de largo plazo para atender las necesidades que impone el saber científico en el desarrollo social y humano de este siglo.

La crisis también es global

Adolfo Sánchez Rebolledo
La Jornada/25 de septiembre de 2008

Apenas ayer, en una magnifica reseña de la Asamblea General de la ONU, el corresponsal de La Jornada, David Brooks, daba cuenta de las diversas reacciones ante la crisis que vive la economía mundial. El propio Ban Ki-moon, siempre cauteloso y superficial, advirtió que la debacle financiera pone en peligro las Metas del Milenio y pidió a los miembros del organismo un esfuerzo para evitarlo, pero sus palabras bordearon el catastrofismo: “Todos reconocemos los peligros de nuestra coyuntura. Enfrentamos una crisis financiera global. Una crisis de energía global. Una crisis de alimentos global. Las negociaciones de comercio se han colapsado, una vez más. Hemos visto nuevos estallidos de guerra y violencia, nueva retórica de confrontación. El cambio climático amenaza cada vez más nuestro planeta”. Difícilmente se puede imaginar un panorama más sombrío.
Los presidentes de Argentina, Brasil y Bolivia, tres de los países latinoamericanos comprometidos con una línea de cooperación regional, pusieron el acento en la inoperancia de un modelo económico y social que ya ha probado su incompetencia para atender las necesidades más urgentes de mil millones de pobres en el mundo “La economía es un empeño demasiado serio como para dejarlo en las manos de los especuladores. La ética también tiene que aplicarse a la economía”, citó Lula.
La presidenta argentina no pudo resistir el deseo de recordarle al mundo cuánto habrían fracasado los paradigmas impuestos durante años por los organismos financieros: “se nos dijo a los países de la región de América del Sur, durante la vigencia del Consenso de Washington, que el mercado todo lo solucionaba, que el Estado no era necesario, que el intervencionismo estatal era nostalgia de grupos que no habían comprendido cómo había evolucionado la economía. Sin embargo, se produce la intervención estatal más formidable de la que se tenga memoria precisamente desde el lugar donde nos habían dicho que el Estado no era necesario...” Sin embargo, en términos expresivos, fue el economista Joseph Stiglitz el que mejor logró sintetizar en una frase la situación: “La crisis de Wall Street es para el mercado lo que la caída del Muro de Berlín fue para el comunismo”.
Tal vez sea demasiado pronto para saber hacia dónde se encamina el mundo y cuáles serán los principios rectores que sustituyan a los de este capitalismo global sin reglas, pero es obvio que algunos dogmas se han hecho trizas. El primero, y retomo aquí la nota de Joaquín Stefanía sobre el libro de Tony Judt, La época del olvido (Babelia, 20/09/08), es el que sustenta el economicismo contemporáneo, la idea de que todo en la vida es “negocio”, “productividad”, “competencia”: “A partir de los años 80, los del triunfo de la revolución conservadora, describimos nuestros objetivos colectivos en términos exclusivamente económicos (prosperidad, crecimiento, PIB, eficacia, productividad, tipos de interés, bolsas de valores, etcétera), como si no fueran sólo herramientas para alcanzar colectivamente unos fines sociales y políticos, sino pautas suficientes y necesarias en sí mismas”.
Desaparecieron los grandes principios racionales que iluminaron el progreso de las sociedades humanas y en su lugar se puso la filosofía del cálculo económico, la mercadotecnia y la ideología de la autoayuda, todo ello bajo la sombra protectora de la religiosidad sectaria como fuente de sabiduría y moral. Hoy, después del desastre heredado al mundo por la gestión de George W. Bush, es evidente la urgencia, al menos para amplios sectores de la población mundial, de cambiar los medios, pero también los objetivos de la economía y la política, de devolverle a la democracia los contenidos que la versión formal predominante, mercadotécnica, diluyó hasta el grado de extinguirlos.
La apuesta por la acción reguladora del mercado ha demostrado ser más que ideología un delirio al servicio de intereses trasnacionales que, en definitiva, se escudan en la fuerza de unos cuantos estados dominantes. La necesidad de repensar el Estado, al que precipitadamente se dio por muerto en el orden global, es ineludible para saldar la creciente descomposición favorecida por el individualismo extremo. No sabemos cuántos sufrimientos más acarreará esta crisis, pero hay una lección que nuestros gobernantes han tardado un cuarto de siglo en reconocer:
La integración al mundo capitalista no equivale a la renuncia de los objetivos nacionales, a menos que se admita la subsidiariedad absoluta del país, su gente e instituciones. Estamos ante varias pruebas de fuego. La primera de ellas es la llamada reforma petrolera. Veremos aquí, sin medias tintas, si el gobierno y los poderes fácticos que lo acompañan entienden que el muro neoliberal está hecho pedazos. Privatizar, en estas circunstancias, es lo mismo que entregarse atado de pies y manos a los asaltantes que esperan el momento

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Rankings universitarios. La conexión china

Roberto Rodríguez Gómez*
roberto@servidor.unam.mx
El primer esfuerzo sistemático de elaboración de un ranking mundial de universidades se debe a un grupo de académicos del Instituto de Educación Superior de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China. La primera edición de esa lista, denominada Academic Ranking of World Universities (ARWU), data de 2003. Desde entonces, cada año, el 15 de agosto, se ha dado a conocer la lista de las primeras 500 universidades calificadas según los criterios del proyecto.
En el ARWU la expresión world universities equivale a lo que, en otros contextos, se ha dado en llamar “universidades de clase mundial”. Los autores del ranking han dicho y repetido que el objetivo del proyecto consiste en contar con indicadores objetivos acerca de los fundamentos de la calidad y la competitividad académica de las principales universidades del planeta. ¿Con qué finalidad? Con la de delimitar un marco de referencia paramétrico al cual puedan aproximarse las universidades de China mediante procesos, acciones e inversiones estratégicas.
Aunque desmesuradamente ambicioso, el fin último del proyecto —esto es, asentar el tablero del juego de la competencia global universitaria, para luego participar protagónicamente en el mismo— se ha cumplido en cierta medida. Al día de hoy el ranking de Jiao Tong es una referencia importante en medios de debate académico y genera efectos mediáticos y políticos significativos.
Al darse a conocer los resultados de la edición 2008, periódicos de varios países resaltaron los datos con distinta interpretación. En Francia se hizo notar el escaso número de universidades en el ranking. Que únicamente la Universidad de París XI y la Normal Superior hayan figurado en la clasificación de las primeras cien dio lugar a declaraciones de Valérie Pécrese, ministra de Enseñanza Superior e Investigación, en el sentido de la necesidad de profundizar en la reforma universitaria francesa para mejorar la competitividad de los centros académicos del país.
En Brasil la nota resaltada fue que seis universidades figuraron en la lista de las primeras 500 y que la Universidad de Sao Paulo apareció como la mejor calificada en el ámbito iberoamericano, al ser ubicada dentro de las mejores 150 universidades del planeta. En otros países, como Australia e India, se comentó que el escaso número de universidades bien colocadas en el ranking podría atribuirse más a debilidades metodológicas del instrumento que a problemas de calidad de las instituciones. En Nigeria un diario destacó: “De nueva cuenta, con ninguna universidad en las primeras 500”. En otros países, como en España o México, los resultados del ARWU 2008 pasaron más bien desapercidos, probablemente porque la nueva edición del ranking coloca a las instituciones españolas y a la UNAM prácticamente en la misma posición que la adjudicada en otros años.
El ranking universitario competidor del Jiao Tong es, como se sabe, el publicado por el Times Higher Education Supplement (THES), elaborado a través de los servicios de investigación de mercado de la firma Quacquarelli Symonds (QS). Éste normalmente se publica en noviembre, cuenta con buena reputación aunque, desde su primera edición en 2004, ha ido variando la metodología y, por lo tanto, generado resultados inestables.
Sobre la validez de los resultados de ambos rankings (ARWU y THES) hay dudas cada vez más serias. La principal, la falta de transparencia sobre sus bases de datos, de la cual se deriva la “irreplicabilidad” de los resultados por investigadores independientes. Cuando se pregunta a los investigadores chinos sobre la forma como construyen ciertos indicadores, en particular el que se refiere al número de referencias bibliográficas sobre la planta académica de tiempo completo, se limitan a responder, con la misma elocuencia que las galletas de la buena fortuna: “Es un cálculo muy complejo”. Ha de serlo, porque si un dato es difícil de precisar en el mundo universitario es el que se refiere a la distribución de las plantas académicas por clase de nombramiento y tiempo de dedicación a las funciones.
Así las cosas, han surgido ya varias alternativas a estos rankings globales. El semanario Newsweek publicó en agosto de 2006 su propia lista de las mejores cien universidades. No ha vuelto a repetir la experiencia. Un grupo académico de España (Cybermetrics-Lab) ha generado el Webometrics Ranking of World Universities con un enfoque centrado en la visibilidad e impacto de los productos académicos universitarios colocados en internet. La Escuela de Minas de París, por su parte, ha producido un ranking sobre la calidad profesional de los egresados de las universidades: el Professional Ranking of World Universities (PRWU).
Los más recientes, sin embargo, provienen de China: el Performance Ranking of Scientific Papers for World Universities, producido por el Consejo de Evaluación y Acreditación de Taiwan, y un ranking de Indicadores Esenciales de la Ciencia, elaborado por el Centro Universitario para la Evaluación de la Ciencia en China, de la Universidad de Wuhan. El primero de éstos se circunscribe a la capacidad de investigación de los centros académicos medida en el número de artículos en revistas dentro del índice ISI-Thomson y el número de citas registradas por el mismo instrumento. Deja fuera indicadores subjetivos (como la opinión de empleadores que incluye el THES y el PRWU) y también omite los indicadores de “excelencia” del ARWU (premios Nobel y medallas de matemáticas).
El ranking de Taiwan tiene todo lo necesario para fijar el estándar de medición de la variable de impacto bibliométrico. A eso se reduce, pero con la ventaja de transparencia metodológica y, por lo tanto, de replicabilidad. Más adelante comentaremos sus resultados.

* UNAM. Instituto de Investigaciones Sociales. Seminario de Educación Superior.
Tomado de: http://www.campusmilenio.com.mx

martes, 23 de septiembre de 2008

México, penúltimo lugar en la OCDE en ciencia y tecnología

■ Las cifras en investigación y desarrollo son preocupantes, destacan en la UNAM
■ En el país sólo 3 mil empresas invierten en el sector y se registran 500 patentes al año
■ Universidades y centros de investigación superior carecen de recursos, coinciden académicos

Patricia Muñoz Ríos
La Jornada/23 de septiembre de 2008

México ocupa el penúltimo lugar en materia de ciencia y tecnología, entre las naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Eco- nómicos (OCDE), debido a que destina bajos presupuestos para este rubro y universidades y otras instituciones carecen de recursos suficientes; además, en todo el país hay cerca 15 mil investigadores certificados y otros 20 mil que están en el sector industrial, para un total de 35 mil; sólo cerca de 3 mil empresas hacen investigación y se registran apenas 500 patentes al año.
Tal diagnóstico fue hecho ayer en la inauguración de la Semana de la Ciencia, Tecnología e Innovación, por directivos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), entre otros, que señalaron que en México se destina la mitad de los recursos que se canalizan en otras naciones a la investigación científica.
En este foro organizado por dichas instituciones y la Global Network For Economics of Learning, Innovation and Competence Building Systems (Globelics) el secretario general de la UNAM, Sergio Alcocer, señaló que las cifras que tiene México en materia de ciencia y tecnología son muy “preocupantes”.
Apuntó que, en la medida en que el Poder Legislativo no asuma el tema del desarrollo de la ciencia y tecnología como “la gran apuesta al futuro del país” no se otorgará presupuesto suficiente, y expuso que lo que se busca con la Ley de Ciencia y Tecnología, que se discute en el Congreso, es justamente establecer un sistema formal para impulsar la innovación y que vaya de la mano con estímulos y canalización de recursos para promover la investigación.
Por su parte, Gabriela Dutrénit Bielous, profesora-investigadora de la UAM y quien tuvo a su cargo la organización de este foro, dijo que México destina apenas 0.5 por ciento del PIB al desarrollo de la ciencia, cuando en países como Brasil o India se destina más de uno por ciento a esta actividad, lo que provoca que las universidades y centros de investigación carezcan de los recursos suficientes para desarrollar investigación. Expuso que falta compromiso del sector productivo para impulsar la tecnología y es cuestionable que que en vísperas de la discusión del presupuesto en la Cámara de Diputados, aún no se tenga claro si se incrementará el monto asignado a las universidades.
El doctor José Lerma Labadie, rector general de la UAM, planteó que existen “grandes asimetrías entre las capacidades de producción de conocimiento y los resultados para concretar proyectos que mejoren las condiciones de vida de los mexicanos y aminoren la brecha entre la pobres y ricos en el país”.
Comentó, además, que hay proyectos que se han desarrollado para mejorar al sistema nacional de ciencia y tecnología, pero no se ha logrado la transferencia adecuada de los mismos al sector productivo.
En cuanto a las cifras en materia de investigación en México, el doctor Leonardo Ríos, director adjunto de Desarrollo Tecnológico del Conacyt, señaló que aun cuando la economía mexicana se sitúa en el lugar 12 o 13 a nivel mundial y tiene el octavo sitio como país exportador, “sólo 3 mil empresas en el país producen investigación”. Explicó que en materia de competitividad “la situación también es crítica”, pues México ocupa el lugar 60 en este rubro, así como el penúltimo lugar en materia de investigación científica y tecnológica con sólo 35 mil investigadores en todo el país.
Por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, Juan Pedro Laclette dijo que México ha vivido una escasez de recursos provenientes del Estado en sus ámbitos federal y local, y una falta de coordinación intersecretarial en la definición de prioridades y sobre la asignación de los recursos presupuestales.

La defensa de la educación pública


Luis Hernández Navarro
La Jornada/23 de septiembre de 2008

Robert Zoellick es el actual presidente del Banco Mundial (BM). Antes fue representante de Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Zar de la globalización, según la revista Business Week, es uno de los principales promotores del libre comercio. Ahora es, también, beligerante defensor de la Alianza para la Calidad de la Educación (ACE) en México.
El procónsul del Consenso de Washington declaró al clausurar en la sede del BM los trabajos de la Conferencia Internacional sobre la Alianza por la Calidad de la Educación en México: “Lo que están haciendo aquí, a su manera, es muy revolucionario, no sólo para la educación, sino para México”. El directivo destacó el compromiso del gobierno de Felipe Calderón para lo que calificó como “una inversión en el futuro”, y se declaró “extremadamente impresionado” por el acuerdo.
Zoellick ofreció sin ambigüedad: “nosotros apoyamos fuertemente este esfuerzo y queremos ver de qué manera podemos respaldarlo”. Y se confesó “complacido de apoyar financieramente este esfuerzo”.
Que uno de los ayatolas del neoliberalismo y presidente en funciones del BM se involucre personalmente en la defensa de la Alianza sólo puede significar dos cosas: primero, que el Banco efectivamente está detrás de la reforma educativa mexicana; segundo, que su sesgo privatizador es incuestionable.
Los miles de maestros que se han movilizado en contra de la ACE en Morelos, Quintana Roo, Guerrero, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Coahuila y Baja California Sur (por citar unas cuantas entidades) saben esto. Es falso que protesten, como dice Calderón, para vender y negociar las plazas de maestros como si fueran suyas. Ellos no están defendiendo privilegios personales, sino la educación pública.
Lo primero que los mentores han denunciado es que los nuevos puestos de trabajo creados en el marco de la alianza no cubren las necesidades educativas de la población. Se requieren muchos más maestros en el país de los que las autoridades gubernamentales aceptan.
Es mentira que el concurso realizado hace poco más de un mes para otorgar las plazas de nueva creación haya sido un éxito y un ejemplo de transparencia.
A un mes de la aplicación del examen y del inicio del curso escolar, no hay información pública disponible del proceso de asignación de plazas. Los exámenes no tuvieron una calificación mínima aprobatoria. Concursaron, más allá de sus méritos profesionales, aquellos que obtuvieron la ficha para hacerlo. Su realización se efectuó en medio de todo tipo de anomalías.
Según señaló el ex subsecretario de Educación Pública, Lorenzo Gómez Morín, sólo entraron en la convocatoria “la Programación Detallada que emerge del Presupuesto de Egresos de la Federación 2008; toda la vacancia de los estados, la que es parte de la plantilla ordinaria y que queda libre o puede quedar libre de manera temporal, hasta donde he visto, nadie la ha puesto”. El ex funcionario calcula que la mitad de las plazas “no se renovaron por la vía del concurso.”
Flavio Campos, secretario de Educación de Zacatecas, confirmó que las plazas vacantes estatales para maestros no se sometieron a concurso. Eso significa, lisa y llanamente, que cerca de la mitad de los puestos de trabajo renovados fueron asignadas a discreción por los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Quienes han manejado patrimonial y corruptamente las plazas lo siguen haciendo, al menos en parte.
La oposición al ACE no se limita a los maestros. Por distintas razones los gobiernos de Oaxaca, Michoacán, Baja California Sur, Zacatecas y Durango no han firmado el acuerdo, porque, como señaló Omar Castro Cota, la Alianza “lejos de garantizar mayor impulso al sistema educativo, desde plazas docentes, equipamiento e infraestructura, en la realidad –por lo confuso de los criterios que aplica la autoridad federal– representa un retroceso para entidades como éstas”.
Para la ACE educar es sinónimo de “invertir en el recurso humano”. El lucro se disfraza de pedagogía. El nuevo sistema de reclutamiento docente hace de los profesores una mercancía que requiere someterse a una certificación estandarizada, diseñada con criterios empresariales y tecnocráticos.
La evaluación de los maestros conforme a un principio abstracto de “calidad”, que deja de lado en su elaboración la desigualdad social y las diferencias regionales y culturales, termina siendo no una herramienta para mejorar el trabajo pedagógico, sino un instrumento para impulsar la flexibilidad del mercado laboral y terminar con el normalismo.
En muchos estados los padres de familia pagan de su bolsillo al personal de intendencia, a los profesores de inglés, computación y danza. Sus cuotas financian la reparación de escuelas y el equipamiento escolar. En multitud de comunidades rurales las aulas tienen piso de tierra, techo de lámina de cartón y carecen de baños. No se construyen nuevos centros escolares, ni aulas didácticas, ni laboratorios o talleres. Los libros de texto gratuito llegan tarde o no llegan. Formalmente la Alianza contempla el mejoramiento de la infraestructura escolar. Ni lo ha hecho ni lo hará en los poblados más pobres. Como señala la OCDE, el gasto público en el sector no impacta en el mejoramiento de este rubro ni en el acceso a material didáctico de vanguardia.
La ACE atenta contra los principios educativos establecidos en la Constitución. La educación pública no es una empresa y el mercado no es una escuela de virtud. La actividad docente no debe regirse conforme a criterios mercantiles. La enseñanza debe seguir siendo un bien público, no una mercancía que beneficie a unos cuantos privilegiados. Es por eso, y no por el mantenimiento de privilegios, que luchan los miles maestros que se oponen a la Alianza en el país.

¿Dónde está el Estado?

Alberto Aziz Nassif
El Universal/23 de septiembre de 2008

Con más preguntas que respuestas observamos cómo el país cae a niveles de inseguridad que hace muy poco tiempo hubieran resultado impensables. Ahora se habla de terrorismo o narcoterrorismo: ¿a dónde hemos llegado? Los últimos acontecimientos que han dejado una ola de muertes de civiles inocentes —Creel, La Marquesa, los asesinatos en la plaza de Morelia y lo que se acumule— nos obligan a repensar el rumbo del país, si es que tiene alguno.
¿En dónde estamos como país? ¿Estamos cerca del fondo o seguiremos en picada? ¿La fase actual, explosión de granadas para matar a civiles en una plaza llena, es el inicio de una nueva fase o es el final de una larga descomposición? ¿Estamos ante una guerra que se puede ganar? Si la respuesta es afirmativa, entonces preguntamos si la estrategia actual del gobierno es la ruta adecuada. La percepción ciudadana observa a un Estado que ha sido rebasado.
El problema es complejo y tiene muchos niveles. Por lo pronto se ve un enfrentamiento en contra de los operadores directos, pero ¿qué se está haciendo con las otras piezas, con los circuitos financieros de la droga, con las redes que vinculan al narco con la piratería y el secuestro? ¿Qué se hace ante la protección política que tienen las redes y los cárteles del crimen organizado? ¿Dónde ha quedado el Estado mexicano ante territorios completos en manos del narcotráfico? ¿Estamos ante un Estado que ha sido vulnerado, es frágil, es fallido, o simplemente ha fracasado en materia de seguridad? ¿Es posible establecer fronteras entre el crimen organizado y el Estado o sencillamente ya no se puede hacer este ejercicio?
Por ejemplo, las redes de complicidad del grupo criminal La Familia involucran, según información de prensa, a alcaldes, diputados federales, jefes policiacos. Existe una geografía en la que “la sombra de la banda se ha hecho presente hasta llegar a tener el control absoluto en al menos 12 municipios del estado: Morelia, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro, Uruapan, Zinapécuaro, Tiquicheo, Tanhuato, Ocampo, Jacona, San Juan Nuevo y Tancítaro” (EL UNIVERSAL, 22/IX/08). ¿Dónde está el Estado?
Al Estado mexicano se le ve como un aparato en peligro de convertirse en fallido. Este concepto se ha usado para analizar países en los que no funciona prácticamente nada, la ley es inexistente, las bandas del crimen dominan y gobiernan. En nuestro país existen múltiples áreas que todavía funcionan, pero otras que no sirven.
En México ya tenemos nuestra fecha límite que marca un antes y un después: el 15 de septiembre de 2008 es un momento en el cual se fracturó el piso de seguridad de un país que ya se había vuelto un territorio peligroso y violento. Hay un quiebre de la confianza social y una sensación de que lo ocurrido en Morelia o en Creel se puede repetir en cualquier parte y en cualquier momento. En contra de esta percepción, ¿qué garantía existe de que no vaya a suceder así?
El gobierno federal tiene sus cifras y sigue con su estrategia que confirmó en su última reunión del Consejo Nacional de Seguridad: 30 toneladas de mariguana incautadas y siete de cocaína, captura de 266 secuestradores, desarticulación de 35 bandas (EL UNIVERSAL, 19/IX/08). Datos que no logran establecer ninguna base de confianza. Mientras tanto las maquinarias del crimen siguen su escalada para demostrar que esta guerra no está definida o refutar que el gobierno vaya ganándola. Lo cierto es que no sabe cuándo pasara la tormenta.
La inseguridad ya tocó centralmente la conducción del Estado, prácticamente el país ha entrado a una situación de emergencia, las alarmas están encendidas y el discurso oficial de Felipe Calderón, un presidente golpeado en su legitimidad por el origen de su elección, llama a la unidad nacional. Pero cualquier proyecto de unidad pasa por un pacto político que implica compromisos y proyectos compartidos, lo cual parece que todavía está muy lejos de lograrse. ¿Dónde está el Estado?

Investigador del CIESAS

lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Quién nos enseñó a leer?


Carlos Ímaz Gispert
La jornada/22 de septiembre de 2008

Estamos presenciando el nacimiento de un nuevo ciclo de la insurgencia sindical de los maestros mexicanos. Hay paro total de actividades en dos estados y movilizaciones crecientes en una docena más. El descontento es generalizado y la rebelión organizada se extiende.
La rebelión ha sido incubada por el autoritarismo y las pretensiones pactadas por la dirigencia sindical y las autoridades de la SEP, para darle el certificado de defunción a las escuelas normales públicas y a cambio aumentar, aún más, el control clientelar y corporativo de la actual dirigencia magisterial.
La malsana práctica de determinar quiénes deberán dirigir la organización sindical, mediante acuerdos cupulares y a escondidas, tiene una larga historia y está haciendo crisis una vez más. Desde los cacicazgos de Sánchez Vite, Robles Martínez, Jonguitud Barrios y, en los últimos 20 años, de la presidente Gordillo Morales, la lucha magisterial por democracia sindical ha ido de la mano de la defensa de las condiciones de vida, trabajo y, ahora también, de la jubilación de los trabajadores de la educación.
El actual cacicazgo sindical del SNTE, al igual que los de sus antecesores, es gansteril, se pretende vitalicio y está sometido, a cambio de costosísimas canonjías, privilegios y recursos públicos, al grupo en el poder en turno por medio de una relación directa con el Ejecutivo federal. Por ello, no es casual que la lucha por mejores condiciones laborales o la defensa de la educación pública pase, en todos los casos, por una confrontación interna con la dirigencia sindical, pues en los hechos ésta representa al gobierno en turno frente a los maestros y no, como debiera ser, a los maestros frente al gobierno.
Tres grandes bloques se cruzan en este proceso. El proyecto democrático enfrenta el curioso maridaje entre el proyecto corporativo y el proyecto neoliberal. La paradoja está en que éstos son antitéticos en sus términos, pues mientras el primero pretende mantener su capacidad de ordeña del sistema educativo público, el segundo aspira a su debilitamiento y desarticulación en el corto plazo. Sin embargo, tienen en la corrupción y los privilegios el mantenimiento ordenado de la clientela y en la apariencia de tranquilidad, elementos en común que los hace socios, pues ambos son antisindicalistas, aunque por distintas razones y a ninguno de los dos les importa la educación pública ni quienes la hacen posible, por esas mismas razones.
La sumisión comprada del cacique en turno, además de muy cara, está resultando ineficiente para someter a los maestros. Los charros no pueden, ni quieren, acompañar el legítimo descontento de sus agremiados, por lo que, al surgir éste, de inmediato dejan de ser interlocutores válidos para resolver el conflicto. Dejan de se útiles y se vuelven carísimos, cuando los maestros se movilizan masiva y coordinadamente contra las pretensiones privatizadoras del ISSSTE, las normales, la llamada Alianza por la Calidad de la Educación y las inservibles “evaluaciones” como la prueba ENLACE.
Con estas dos últimas “innovaciones”, resulta que 80 por ciento está reprobado o que son unos copiones y la negociación secreta con “la dirigencia” resuelve mágicamente la circunstancia creada. Para su beneficio, el problema son los maestros y los estudiantes, ¡no las pruebas!
El proyecto democrático, con todos los defectos que se le quieran ver, más los que les inventen para deslegitimarlo, tiene una enorme avenida por donde transitar. Para empezar, porque los cacicazgos sindicales duran hasta que los sindicalizados quieren, pues entonces se convierten en un estorbo para los demás; porque tienen una tradición de lucha que impulsa una mística y una ética de la acción, que contiene una experiencia acumulada que los hace más astutos, menos sectarios y más prácticos; porque representan la defensa y el necesario rescate de la educación pública, frente a quienes medran con él o de plano lo quieren destruir; porque todo ello se da en medio de una sociedad urgida del renacimiento de la educación pública, harta de la impunidad y el desgobierno, urgida de dignidad y movimientos solidarios: ¡A mí también me enseñó a leer un maestro!

domingo, 21 de septiembre de 2008

La inutilidad de la violencia


Arnaldo Córdova
La Jornada/21 de septiembre de 2008

La apuesta de Calderón al plantearse el combate al narcotráfico y al crimen organizado mediante una violencia feroz y sin cuartel fue, de verdad, muy estúpida e insensata. Es difícil saber si fue idea suya o sugerencia de sus colaboradores. Fue una colosal equivocación. El punto de partida, es evidente, fue considerar que los delincuentes llegaron de Marte, que eran extraños al cuerpo de la sociedad mexicana, que alguien los había importado (acaso los colombianos) y que, en la lucha por erradicar su funesta actividad, la misma sociedad mexicana no tenía nada que ver. Ese fue el mayor error, pero no fue el único.
Es muy posible que la idea de usar la fuerza bruta contra la fuerza bruta, la violencia del Estado contra la violencia de los delincuentes, haya sido esbozada al gobierno panista por los grandes y muy concentrados grupos económicos y políticos que fueron cómplices de Calderón en su asalto al poder. Ahora son ellos mismos los que lamentan semejante insania. La derecha en todos sus matices sólo sabe recurrir a la fuerza y jamás se le ocurren otros caminos. Los gobiernos panistas nunca han sido capaces de analizar mínimanente las causas del crimen en la sociedad y ni siquiera sus siniestras consecuencias.
Es posible, por ello, que fuesen los propios panistas que rodean a Calderón quienes lo hayan empujado al uso de la violencia indiscriminada en contra de la delincuencia organizada. Algo pasmoso de verdad es que, como se ha señalado reiteradamente, casi no hay trabajo de inteligencia, de manera que siempre se ataca a bulto, en donde hay un atraco, un secuestro o una acción cualquiera de los criminales. Luego hay que pensar en la necesidad de la buena imagen tan necesaria al actual régimen: también los priístas y los más diversos grupos de presión pueden haber lanzado al gobierno a esta estupefaciente espiral de violencia.
Casi no hay nada que añadir a lo que hasta ahora se ha apuntado en torno a la estúpida política criminal del gobierno panista. Se ha dicho que la corrupción, sobre la que no se ha hecho diagnóstico oficial serio alguno y menos aún se hace nada por combatirla, es la fuente principal de la impunidad. También se ha observado que la impunidad es la madre del desbordamiento incontrolable de la criminalidad. Si un delincuente es atrapado una de cada 10 o 15 veces en que comete un ilícito y, además, se le deja libre poco después para seguir haciendo lo que sabe hacer, pues el delincuente se ríe de las penas por altas que sean.
Resulta deprimente ver cómo el Presidente se desgañita cada vez que la delincuencia nos asalta con estridencias en el sentido de que va “ganando” la guerra contra el crimen o de que los narcos están desesperados porque se les está “acorralando”. Es incapaz de recibir y entender los mensajes del crimen organizado. Para empezar no se explica cómo es que, según sus propios funcionarios, los delincuentes tienen, con mucho, mejor armamento que las fuerzas del orden, incluidas las mismas fuerzas armadas. Todo mundo sabe que el tráfico principal se da en la frontera norte, cosa que los gringos disimulan cínicamente.
Cada acto de los criminales encierra un mensaje. Las matanzas nos quieren decir que nadie está a salvo de su violencia, por más que el gobierno los persiga. Los secuestros de hijos o familiares de magnates o de gente rica buscan quebrar la confianza de los dueños del poder económico en su gobierno y, con toda razón, se sienten indefensos y desprotegidos por ese gobierno. Ahora ellos mismos están llamándolo a encontrar soluciones no violentas, aunque no sepan ni por qué lo proponen. La efectividad de la represión gubernamental del crimen, por lo demás, es ridícula y, en el fondo, inexistente.
El atentado en Morelia encierra también un mensaje. En Michoacán se dice que el objetivo fue “calentar la plaza”, supuestamente en poder de La Familia, por parte de grupos rivales. Es lícito pensar que fue mucho más: se quiso decir al gobierno que si se les sigue persiguiendo, con tan inútiles resultados, ellos están dispuestos a convertirnos en otro Irak y a juntar para el futuro la simple delincuencia con el terrorismo en sus formas más atroces. Ante la evidente ineficacia de las fuerzas represoras del gobierno, además de la impunidad rampante y la incontrolable corrupción en que el Estado se debate, habrá que imaginar lo que podrá resultar de esos ominosos mensajes de los criminales.
Otro mensaje de Morelia: las granadas fueron lanzadas a unas decenas de metros de donde el gobernador daba su Grito. Cualquier funcionario puede ser cazado en cualquier sitio y en cualquier momento. Eso es ya una amenaza de terrorismo sistemático. Y más cuando las acciones del Ejército son de una brutalidad que espanta y lastima profundamente a las poblaciones. No hay inteligencia (la militar no sirve para estos casos), no hay conciencia de la lucha que se está dando, sólo una violencia indiscriminada que merma el prestigio y la autoridad de las instituciones.
Por lo que se sabe, miles de veces los gringos han recomendado formar una policía profesional de verdad, en academias especializadas, con preparación no sólo en las armas, sino también en inteligencia policial (investigación, indagatoria e información), en derecho penal, en criminalística, en derechos humanos y en todo aquello que haga del futuro agente un verdadero preventor del delito. Luego que se le incorpore al servicio habrá que pagarle un muy buen sueldo (no como a un funcionario panista) que dé en él, junto con su preparación especializada, un espíritu de cuerpo y una conciencia del cumplimiento de su deber.
Los militares formados en sus academias pueden tener todo eso y acaban ganando sueldos de miseria, pero se les forma un espíritu de cuerpo y fidelidad a las instituciones. Empero, no sirven para combatir el crimen organizado. Para eso hay que formar especialistas. Creo que una buena mayoría de los jefes de sicarios de la delincuencia fueron antes militares o policías (si no es que todavía lo son). Por supuesto que se necesita una mejor legislación penal y más acuerdos de seguridad entre las diferentes autoridades; pero hace falta crear y formar los elementos que se deberán encargar de combatir frontalmente a los criminales. Todo eso, por lo demás, los actuales gobernantes no están dispuestos a o son incapaces de hacerlo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Los salarios de los académicos en un contexto comparativo

Iván Pacheco* y Laura E. Rumbley**

Examinar el rango de salarios académicos alrededor del mundo pareciera analizar manzanas y naranjas… y plátanos, fresas, kiwis, cerezas y ciruelas. Encontrar datos completos, al corriente y similares en diferentes países a menudo representa una tarea increíblemente difícil. Es todavía más desalentador comparar datos entre países, dadas las circunstancias culturales, económicas y profesionales únicas en las que los académicos viven y trabajan alrededor del mundo.
Examinar la remuneración del profesorado alrededor del mundo puede revelar el valor que las sociedades individuales atribuyen a la empresa académica y a aquellos que la llevan a cabo. Este trabajo puede resaltar los factores que afectan cómo el staff académico es recompensado en diferentes países. También puede agregar una muy necesaria mirada al fenómeno de fuga de cerebros o ganancia de ellos.
Un pequeño número de estudios han intentado comparar los salarios académicos internacionalmente, pero sólo unos pocos han lanzado una red geográfica amplia e incluyeron países de diversos niveles de desarrollo nacional y económico.
En 2007, el Centro Internacional para la Educación Superior del Boston Collage (CIES) lanzó un proyecto exploratorio intentando hacer exactamente eso —recolectar y comparar los datos sobre salarios (en dólares, del Banco Mundial) de 15 países y un territorio, incluyendo Argentina, Australia, Canadá, China, Colombia, Francia, Alemania, India, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Arabia Saudí, Sudáfrica, Reino Unido, Estados Unidos y Palestina—.

Salarios comparativos y desarrollo nacional
El estudio del CIES encontró que los salarios mensuales variaban desde mil 182 dólares en China a 6 mil 38 en Canadá. Estos descubrimientos produjeron un promedio de 4 mil 856 al mes, con los académicos canadienses ganando en promedio 5.1 veces más al mes que sus contrapartes chinos.
Para contextualizar, es importante considerar cómo se comparan los salarios para crear un patrón de prueba. Aquí, vimos las posiciones relativas de los países metas en el Índice Humano de Desarrollo (IHD) del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para comparar análisis. Sin sorpresa alguna, los países menos avanzados en “desarrollo humano” exhibieron salarios promedios más bajos que aquellos consideros con niveles más altos.
Sin embargo, existieron varias excepciones interesantes a este regla. Por ejemplo, Arabia Saudita, rankeada en el número 61 en el IHD, constantemente superaba los salarios promedios en Australia (núm. 3), Reino Unido (núm. 16), Japón (núm. 8), Alemania (núm. 22) y Francia (núm. 10). Sudáfrica también entró en esta tendencia hasta cierto punto. Con un ranking de 121 en el IHD, Sudáfrica registró un promedio más alto que Malasia (núm. 63), Colombia (núm. 75) y China (núm. 85).
Aún más notable, en comparación con los promedios de niveles más altos, Sudáfrica mostró promedios más altos de compensación que de los 15 países analizados —incluyendo Australia, Reino Unido, Japón, Alemania y Francia—. Mientras tanto, el sistema de educación superior de China quedaba en último lugar, en comparación a los salarios promedio internacionales.

Potencial de ganancias a futuro
En términos de progreso de salarios sobre el curso de una carrera, nuestros datos mostraron que el profesorado en países más ricos y desarrollados tiende a disfrutar de mayor potencial para aumento de salario. Sin embargo, también hay notables excepciones en esta tendencia. Sudáfrica quedó apenas atrás de Estados Unidos y Canadá como el país con el tercer salario más creciente desde puestos iniciales hasta los niveles más altos. Así, en términos generales, los académicos sudafricanos pueden esperar aumentar más sus salarios en el curso de sus carreras que aquellos en Australia, Nueva Zelanda, Japón, Reino Unido, Alemania o Francia.
Mientras tanto, cuando vemos la progresión de salarios con el tiempo, un número todavía más alto de países en desarrollo supera a naciones más ricas. China, Sudáfrica, Malasia y Colombia registran aumentos de salarios de más de 100 por ciento en el curso de su carrera.
De hecho, los datos de China sugieren que el potencial de los académicos para aumentar sus salarios más de 170 por ciento desde que comienzan hasta llegar a la parte más alta de la escalera académica, con aumentos de salarios para alemanes y franceses rondando apenas 39 y 32 por ciento, respectivamente.

Salarios académicos y promedios nacionales de ingreso
Comparando los salarios del profesorado al ingreso promedio per cápita indica que la profesión académica paga satisfactoriamente en diversos países del mundo. En India, por ejemplo, los salarios académicos promedio son 8.7 veces más altos que los promedios estimados del Banco Mundial per cápita de ese mismo país. En promedio, los académicos sudafricanos y colombianos poseen salarios 5.8 y 5.4 veces mayores, respectivamente, que sus ingresos promedio per cápita. En contraste, países más desarrollados —como Estados Unidos, Australia, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá y Nueva Zelanda— presentan ingresos que son sólo 1.4 a 2.2 veces mayores que su ingreso mensual per cápita.

Implicación de políticas
Estos descubrimientos resaltan los diferentes tipos de problemas que enfrentan países menos desarrollados y con mayor desarrollo. El estudio del CIES indica que el profesorado en al menos algunos países menos desarrollados no son recompensados tan pobremente en comparación con sus ingresos estimados per cápita.
Sin embargo, un mercado global de talento significa que paquetes de salarios más competitivos sean necesarios para competir con ofertas de trabajo en el extranjero. De lo contrario, la fuga de cerebros continuará perjudicando a países más pobres.
Mientras tanto, aunque es verdad que el profesorado en países “más humanamente desarrollados” disfrutan mejores salarios que sus colegas en otras partes del mundo, nuestro ejercicio de comparación de PIB indica que los salarios académicos en naciones más desarrolladas son más alto que los ingresos estimados per cápita.
En países donde la remutación equitativa es una importante norma cultural, esta tendencia puede no ser un problema. Pero en contextos donde los académicos ganan un salario “promedio” durante más años que el ciudadano promedio —o ganando mucho menos que otros profesionales (por ejemplo, en los campos legal, médico o de alta tecnología)— puede ser difícil retener a los mejores talentos en la educación.
Por supuesto, este estudio no compara los salarios promedios del profesorado con aquellos en otras profesiones y claramente se necesita mayor trabajo.

Una agenda de investigación
Un análisis comparativo significativo de los salarios académicos requiere más y mejores datos sobre la compensación y aplicación de experiencia interdisciplinaria para que las variables financieras, económicas y contextuales tengan un buen sentido.
Al mismo tiempo, el desarrollo de una herramienta de búsqueda académica equitativa —una “canasta de bienes para un profesor”, si tal cosa existe— puede proveer una forma más relevante de reflejar cómo los salarios se relacionan con las necesidades, los gastos y los estilos de vida de los académicos que los reciben.
Futuras investigaciones en esta área necesitan enfrentar las realidades salariales de los crecientes números de profesores de medio tiempo; deben comparar el ingreso en diferentes disciplinas académicas, y deben incluir una comparación con los salarios de otras profesiones entre y en los mismos países.

Conclusión
Tanto el mérito como el interés se necesitan para entender cómo el profesorado es recompensado en todo el mundo. Las universidades y los académicos mejor calificados que los emplean, juegan un papel clave en ayudar a las naciones a alcanzar y mantener una posición competitiva en el mercado global de ideas y actividades económicas. Dada esta simple realidad, los salarios académicos se colocan como una sutil pero importante consideración en cualquier conversación sobre desarrollo nación y en la carrera por relevancia internacional.

* Investigadores del Centro Internacional para la Educación Superior del Colegio de Boston.
Traducción: Salvador Medina Armienta.
Tomado de: http://www.campusmilenio.com.mx/