jueves, 6 de agosto de 2009

Heriberto y Norma Yolanda

En la edición del jueves 6 de agosto de EL IMPARCIAL, tenemos una muestra más de la diversidad con la que identifica el quehacer cotidiano de la Universidad de Sonora.
En la página 5 de la parte principal, aparece una esquela firmada por el rector de la Universidad de Sonora, Heriberto Grijalva Monteverde, en la que se lee: "La Universidad de Sonora lamenta profundamente el fallecimiento de quien fuera el pionero de la investigación educativa en México y un gran precursor de la planeación educativa en el país. Dr. Pablo Latapí Sarre acaecido el martes 4 de agosto. El doctor en filosofía Pablo Latapí fue un destacado estudioso del sistema educativo nacional e internacional. Fundó y dirigió algunos centros de investigación, como el Centro de Estudios Educativos (CEE) y publicó más de 30 libros sobre el tema y su problemática. Desde 1995 fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores, fue investigador emérito de la UNAM y fue investido con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Sonora en el año de 2002, distinción que recibió también de otras instituciones como de la SEP y del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav). Descanse en Paz..."
En la página 7, en la sección Foro del lector, aparece un escrito de la maestra del Departamento de Derecho e integrante de la Junta Universitaria de la Unison, Norma Yolanda Ruiz Figueroa viuda de Moreno. Dice lo siguiente: "Señor director:Durante varios días he estado meditando todos y cada uno de los sucesos que se han dado en nuestro Estado observando siempre que nosotros los humanos hemos perdido de alguna manera capacidad de pensar, amar y perdonar y en ese contexto en esta reflexión he llegado a la conclusión de que uno se pasa la vida abrigando esperanza, en muchas ocasiones queremos hacernos fácil la vida y hacemos votos y otras veces deshacemos nuestros pensamientos y el voto se vuelve exvoto, somos vulnerables al exterior, nos influenciamos fácilmente, pero jamás nos damos cuenta que somos vulnerables y nos cuesta trabajo reconocer tanto nuestros errores como las verdades de nuestro entorno.Nuestra ciudad, otrora un orgullo de sociedad, cuando su abuelo Don Santiago escribía emanaba de sus conceptos el respeto y de amor a ella, ¡Qué lejos han quedado esos tiempos!, esta sociedad se ha transformado, el amor al prójimo se ve como espejismo, el reconocimiento al esfuerzo se anula, y van quedando estos valores en el pasado siendo suplantado por el antivalor.Hemos crecido porque la voluntad en el quehacer y el amor al trabajo han estado presentes, nuestro Estado olvidado por tantos años ha vuelto a renacer, soy fiel testigo no de ese quehacer en la ciudad donde vivo, soy testigo de lo que olvidamos cuando vivimos en ella, o esos… son los pueblos, los hombres, son las mujeres que por primera vez se sintieron ciudadanos, donde conocieron el bienestar jamás esperado, una sierra en donde se enseña a los niños a amar el arte, y en donde quienes dejaron su juventud en el arado y los surcos en su cara por la juventud jamás presente, ellos fueron siempre los ciudadanos de segunda mientras nosotros ciudadanos de primera en la ciudad jamás aquilatamos la realización de grandes cosas por hacernos más cómodos e indiferentes con nuestros semejantes.Sólo como cuento: Hace tiempo, un niño dominaba perfecto el balón y jugaba con otro niño que era torpe, de repente Sócrates se aproxima al niño hábil y le dice algo al oído, sin embargo el niño torpe a pesar de las indicaciones no puede con el balón, pero a la vez el niño hábil de repente pierde también el balón, su entrenador se lo había pedido, porque había que enseñar un camino…“un campeón que comete faltas, sigue siendo un campeón”.Como ciudadana y orgullosa de ser una sonorense, sería poco generosa de no reconocer que nuestro Estado ha dado un gran salto en la geografía de México, ya no somos los “broncos” del Norte, somos ciudadanos de un Estado próspero que tendrá que seguir en ese camino trazado por un hombre que en el seno de una familia honorable, le enseñaron el camino del éxito a través del trabajo. Sonora es otra, Eduardo Bours y doña Lourdes Laborín de Bours. (Lo único que lamento es no haberlos conocido personalmente). Muchas gracias.NORMA YOLANDA RUIZ FIGUEROA VIUDA DE MORENO. Hermosillo, Sonora."
Un botón de muestra, que cada quien saque sus propias conclusiones. Heriberto y Norma Yolanda, signos de la diversidad de nuestra alma mater sonorense...

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