Carlos Ornelas
Excélsior/6 de octubre de 2010
Mal andamos en este país cuando los gobiernos atacan a las universidades. Al cuarto para las 12, el Congreso local reformó la Ley Orgánica de la Universidad Juárez del Estado de Durango, con el propósito único de impedir la reelección del rector, Rubén Calderón Luján. Es difícil pronosticar cuál será el resultado, el gobernador acaba de tomar posesión el 15 de septiembre, sus grados de legitimidad son escasos y el desaseo con el que procesó la reforma a la ley, en lugar de ganarle adeptos, le resta capacidad y anuncia un pleito largo.
Los hechos: desde agosto, el rector Rubén Calderón anunció su intención de reelegirse; luego pidió licencia y el secretario general, Salvador Rodríguez Lugo, fue designado rector interino y presidente de la comisión electoral. Otros tres candidatos se registraron. El lunes 27 de septiembre, el diputado del PRI Enrique Benítez Ojeda presentó la iniciativa de reforma al artículo 25 de la Ley Orgánica de la UJED, con el fin de impedir la reelección del rector. El Congreso reformó la ley en la sesión del miércoles 29 de septiembre, por la noche. Con ello anuló el derecho de Rubén Calderón a repetir en el mando de la institución. Al parecer sin base legal alguna, el Congreso designó a la que fue secretaria de Salud del gobierno de Ismael Hernández, Patricia Herrera, como rectora. Mas el Consejo Universitario la desconoció y ratificó a Rodríguez Lugo como rector interino. Aquélla lo denunció por "usurpación de funciones" y la policía ministerial lo detuvo en una operación relámpago; para luego dejarlo libre, pues el amparo de un juez federal lo restituye como rector interino. El Consejo universitario está citado hoy, para designar al rector; pero los grupos del PRI, el Panal, el PVEM y un partido local en el Congreso, insisten en que esa elección no será válida.
El gobernador Jorge Herrera Caldera declaró que será un aliado de la Universidad y es respetuoso de su autonomía, mas también expresó respeto por la soberanía del Congreso. Para nadie es un secreto que él señorea a la Cámara de Diputados. Tal vez el mandatario tenga razones de peso para intervenir en la Universidad, pero lo que domina en la opinión pública es que trata de deshacerse del rector (que casi seguramente tendrá los votos suficientes para reelegirse) porque éste apoyó a su contrincante, José Rosas Aispuro, en las pasadas elecciones y, en política, lo que parece, es.
Hizo mal el gobernador en comenzar un pleito, no contra un rector que se quiere reelegir, sino contra la institución; ya que en los hechos elimina al Consejo Universitario. Hoy el Congreso convoca a foros para reformar la ley en 2011, pero me parece que es más con afán de lavarse la cara y en forma tardía. Además, la jugada le puede fallar al mandatario y sufrir una derrota trascendente muy temprano en su gobierno. No hay nada mejor para un candidato que aparecer como el mártir. Asimismo, Calderón Luján puede ganar la elección en el Consejo Universitario y luego batallas legales. Pienso que el gobernador no se atreverá a impedir la sesión del Consejo de hoy por la tarde utilizando a la fuerza pública.
Los gobernadores de Durango que tuvieron buenas relaciones con la UJED no se esforzaban por imponer a un incondicional como rector. Cierto, algunos metieron las manos, pero lo hicieron con discreción. Tener en contra a los que disfrutan de opinión e influencia en los medios encierra riesgos que al parecer el gobernador Herrera Caldera no midió.
Más allá del saldo que surja de esta riña, la reforma a la Ley Orgánica de la UJED es prioritaria. Ningún rector la va a promover, pues ésta, que data de 1962, le otorga facultades extraordinarias, al grado de que "el jefe nato" puede manejar con prepotencia el presupuesto que no se destina a salarios. Como los métodos de elección de rector y directores de escuelas se prestan al clientelismo, quien está en posiciones de mando tiene la ventaja sobre sus competidores.
La ley, además, es arcaica en la concepción de la universidad y la educación. Si el gobernador hubiera lanzado la convocatoria para una discusión de altura, sin madruguete (bueno, fue nocturno) de por medio, quizás hubiese logrado una buena reforma el año venidero; pero ya echó por el caño esa oportunidad.
*Académico de la UAM
Carlos.Ornelas10@gmail.com
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