La Jornada/11 de mayo de 2009
En los años que lleva en el poder el Partido Acción Nacional abundan los ataques a la educación pública. En la campaña de desprestigio no escapa nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se desarrolla la mejor investigación científica y tecnológica y se han formado y enseñan los especialistas más prestigiosos del país. La administración panista prefiere las universidades privadas, cantera de nuevos funcionarios, muchos de los cuales creen que México es una gran empresa y como tal debe administrarse. Seguramente existen instituciones privadas de muy buen nivel, de las que egresan profesionistas valiosos. Pero otras fallan por su proceder en estos tiempos de emergencia epidemiológica.
En La Jornada y en otros medios se denunció que algunas universidades privadas en las que se imparte la carrera de medicina, pidieron a sus pasantes no acudir a los hospitales privados donde cumplen su servicio social para evitar un posible contagio por la fiebre humana. Es el caso de las universidades La Salle y Anáhuac. Enrique Galván Ochoa da cuenta en su columna del rechazo que esa huida despierta en la sociedad: médicos a los que no guiará el servicio a sus semejantes, el combate a las enfermedades, sino el lucro.
Quizás con la intención de no cargar con la indignación ciudadana, se divulgó que también los pasantes y los alumnos de los últimos años de la Facultad de Medicina de la UNAM huyeron de sus tareas en los hospitales públicos y privados, donde tienen la oportunidad de conocer en directo los problemas de salud de México. El desmentido fue inmediato y el rumor quedó como muestra de perversidad. No sobra agregar que los expertos que han dado claridad sobre el nuevo virus egresaron de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional. Y que si los centros educativos privados reciben dinero del Estado, es de exigirles que contribuyan al bienestar ciudadano, y no únicamente a quienes pueden pagar los servicios médicos en los hospitales privados. Tampoco sobra agregar que estos hospitales están blindados al ingreso de personas pobres con síntomas de la gripe humana. Es evidente su falta de solidaridad cuando el país necesita de los servicios médicos de urgencia. O quizás creen que, en efecto, la gran mayoría de los contagiados eran pobres, y no hay salud fuera de la chequera.
Por otro lado, no deben caer en el olvido las denuncias, algunas formuladas por el secretario de Salud, de que gobiernos estatales ocultaron el problema de gripe humana que se vivía en sus entidades con el fin de tapar las deficiencias de los sistemas locales de salud y hacer creer que todo estaba bajo control. Los casos más comentados son los de los estados de Jalisco y México. Pero las cifras muestran ahora una realidad que no se maquilla con limosnas al clero, el patrocinio de telenovelas y del turismo religioso, los romances color rosa ni los mensajes de la cantante y actriz Lucero, en los que menciona milagros sin cuento. Mientras, cientos de residentes de los municipios conurbados acuden a resolver sus problemas de gripe a los hospitales públicos de la ciudad de México. Los milagros de ahora son a plazos.
También conviene que se aclare si es verdad que los que llevaron a España el nuevo virus fueron estudiantes de ese país que vacacionaban en la Riviera Maya. Como el gobernador de Quintana Roo sostuvo siempre que en su entidad no había infectados con la gripe humana, ¿cómo se contagiaron esos estudiantes? Aunque en el Caribe mexicano se concentra la parte fundamental de la inversión española en turismo, el gobierno de ese país no ocultó el origen del contagio. En cambio, todo apunta a que la sorpresiva suspensión de los vuelos entre Argentina y México buscó desviar la atención sobre la incompetencia del gobierno de aquella nación para enfrentar la epidemia de dengue que sufren de tiempo atrás, so pretexto de proteger a sus ciudadanos del “virus azteca”.
Y es que por ignorancia, exageración (de nuestro gobierno y de muchos otros) y equívocos no quedamos: Rusia, China y varios países del norte de Europa prohíben la importación de carne de cerdo y hasta de jamones y embutidos de España. Bigas Luna y su Jamón jamón en toda su salsa.
En La Jornada y en otros medios se denunció que algunas universidades privadas en las que se imparte la carrera de medicina, pidieron a sus pasantes no acudir a los hospitales privados donde cumplen su servicio social para evitar un posible contagio por la fiebre humana. Es el caso de las universidades La Salle y Anáhuac. Enrique Galván Ochoa da cuenta en su columna del rechazo que esa huida despierta en la sociedad: médicos a los que no guiará el servicio a sus semejantes, el combate a las enfermedades, sino el lucro.
Quizás con la intención de no cargar con la indignación ciudadana, se divulgó que también los pasantes y los alumnos de los últimos años de la Facultad de Medicina de la UNAM huyeron de sus tareas en los hospitales públicos y privados, donde tienen la oportunidad de conocer en directo los problemas de salud de México. El desmentido fue inmediato y el rumor quedó como muestra de perversidad. No sobra agregar que los expertos que han dado claridad sobre el nuevo virus egresaron de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional. Y que si los centros educativos privados reciben dinero del Estado, es de exigirles que contribuyan al bienestar ciudadano, y no únicamente a quienes pueden pagar los servicios médicos en los hospitales privados. Tampoco sobra agregar que estos hospitales están blindados al ingreso de personas pobres con síntomas de la gripe humana. Es evidente su falta de solidaridad cuando el país necesita de los servicios médicos de urgencia. O quizás creen que, en efecto, la gran mayoría de los contagiados eran pobres, y no hay salud fuera de la chequera.
Por otro lado, no deben caer en el olvido las denuncias, algunas formuladas por el secretario de Salud, de que gobiernos estatales ocultaron el problema de gripe humana que se vivía en sus entidades con el fin de tapar las deficiencias de los sistemas locales de salud y hacer creer que todo estaba bajo control. Los casos más comentados son los de los estados de Jalisco y México. Pero las cifras muestran ahora una realidad que no se maquilla con limosnas al clero, el patrocinio de telenovelas y del turismo religioso, los romances color rosa ni los mensajes de la cantante y actriz Lucero, en los que menciona milagros sin cuento. Mientras, cientos de residentes de los municipios conurbados acuden a resolver sus problemas de gripe a los hospitales públicos de la ciudad de México. Los milagros de ahora son a plazos.
También conviene que se aclare si es verdad que los que llevaron a España el nuevo virus fueron estudiantes de ese país que vacacionaban en la Riviera Maya. Como el gobernador de Quintana Roo sostuvo siempre que en su entidad no había infectados con la gripe humana, ¿cómo se contagiaron esos estudiantes? Aunque en el Caribe mexicano se concentra la parte fundamental de la inversión española en turismo, el gobierno de ese país no ocultó el origen del contagio. En cambio, todo apunta a que la sorpresiva suspensión de los vuelos entre Argentina y México buscó desviar la atención sobre la incompetencia del gobierno de aquella nación para enfrentar la epidemia de dengue que sufren de tiempo atrás, so pretexto de proteger a sus ciudadanos del “virus azteca”.
Y es que por ignorancia, exageración (de nuestro gobierno y de muchos otros) y equívocos no quedamos: Rusia, China y varios países del norte de Europa prohíben la importación de carne de cerdo y hasta de jamones y embutidos de España. Bigas Luna y su Jamón jamón en toda su salsa.
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