De esos hechos a los tiempos de hoy, han pasado ya más de tres décadas.
En el actual conflicto de huelga que mantiene paralizada a la Unison desde el pasado 3 de abril, no deja de llamar la atención la tragicomedia a la que nos estamos enfrentando: el otrora activista estudiantil, ahora embestido de representante legal de la universidad, está siendo defendido en los espacios mediáticos, por los que eran furiosos militantes del grupo de golpeadores "micos". Ahí tienen de muestra a Hilario Olea, quien no deja de contonearse con su grostesca figura gorilesca, en las pantallas del "informativo" ENTRE LODOS.
Claro, la defensa de estos pseudoperiodistas no es gratutita. Hay que pagar por ella, y el rector lo hace generosamente con los recursos públicos que la misma autoridad universitaria utiliza discrecional y facciosamente para patrocinar a tan "destacados comunicadores". Y luego no quieren que la comunidad universitaria se pregunte: ¿Cuánto dinero ha gastado la adminsitración universitarias en pagar plumas y micrófonos en su objetivo perverso de desacreditar ante la opinión pública las justas demandas y movimientos de los sindicatos universitarios del STEUS y el STAUS ?
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