Matilde Pérez U.
La Jornada/15 de mayo de 2009
Al cumplir 89 días en huelga por la “intransigencia” del director del Colegio de Posgraduados (Colpos), Félix González Cossío, y la “indiferencia” del titular de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, a la demanda de los académicos de homologar su salario con los investigadores del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), los doctores en fitopatología Daniel Ochoa Martínez; en virología Reina Rojas Martínez, y en genética vegetal Jesús García Zavala iniciaron una huelga de hambre.
Luego de recibir el respaldo de sus compañeros de los seis campus del Colpos y de la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios y de Educación Superior (CNSUES), los tres investigadores ingresaron a la casa de campaña que instalaron frente al acceso principal de la Sagarpa, fuertemente resguardada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.
En el mitin ante Sagarpa, los integrantes del Sindicato Independiente de Académicos del Colpos (Siacop), entre ellos Eduardo García Moya, premio nacional de Ciencia y Tecnología (2009), denunciaron que las autoridades del Colpos y de Sagarpa ejercen presión política en su contra por impedir que dicho centro de investigación pública, con grado de excelencia académica dentro del sistema SEP-Conacyt –que en este año cumplió 50 años de existencia–, forme parte del Tecnológico de Monterrey.
“Es preferible morir con honor que vivir con la vergüenza de un tirano dictando nuestros rumbos”, asentaron en carteles los investigadores, a través de los cuales también denunciaron el desmantelamiento de la institución en los últimos 10 años; “eso ha provocado que hagamos investigaciones de pico y pala porque carecemos de laboratorios y equipos funcionales necesarios para realizar investigación básica y de punta”.
No han cumplido homologación
Desde hace ocho años, la Sagarpa se comprometió a homologar el salario de los académicos del Colpos con el Cinvestav, lo que representa un costo de 12 millones de pesos que ya están en el capítulo 3000 del presupuesto federal, pero condiciona su aplicación a un programa de productividad individual que implica –explicó Lenin Guajardo, dirigente del Siacop– crear 36 categorías.
“Es un mecanismo tramposo con el que nos quieren engañar”, dijo Gildardo Espinosa. Otros investigadores expusieron que a los partidos políticos no les exigen productividad ni les escatiman recursos, pero a quienes pugnan por el desarrollo del campo les pretenden colocar mordazas. “Ya no callaremos más, no seremos copartícipes de los políticos que no buscan beneficiar al campo”, acotaron.
Hoy, tres académicos se sumarán a la huelga de hambre y 12 más se raparán en protesta por la postura “pedante, intransigente y obcecada de las autoridades del Colpos y de Sagarpa”.
Luego de recibir el respaldo de sus compañeros de los seis campus del Colpos y de la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios y de Educación Superior (CNSUES), los tres investigadores ingresaron a la casa de campaña que instalaron frente al acceso principal de la Sagarpa, fuertemente resguardada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.
En el mitin ante Sagarpa, los integrantes del Sindicato Independiente de Académicos del Colpos (Siacop), entre ellos Eduardo García Moya, premio nacional de Ciencia y Tecnología (2009), denunciaron que las autoridades del Colpos y de Sagarpa ejercen presión política en su contra por impedir que dicho centro de investigación pública, con grado de excelencia académica dentro del sistema SEP-Conacyt –que en este año cumplió 50 años de existencia–, forme parte del Tecnológico de Monterrey.
“Es preferible morir con honor que vivir con la vergüenza de un tirano dictando nuestros rumbos”, asentaron en carteles los investigadores, a través de los cuales también denunciaron el desmantelamiento de la institución en los últimos 10 años; “eso ha provocado que hagamos investigaciones de pico y pala porque carecemos de laboratorios y equipos funcionales necesarios para realizar investigación básica y de punta”.
No han cumplido homologación
Desde hace ocho años, la Sagarpa se comprometió a homologar el salario de los académicos del Colpos con el Cinvestav, lo que representa un costo de 12 millones de pesos que ya están en el capítulo 3000 del presupuesto federal, pero condiciona su aplicación a un programa de productividad individual que implica –explicó Lenin Guajardo, dirigente del Siacop– crear 36 categorías.
“Es un mecanismo tramposo con el que nos quieren engañar”, dijo Gildardo Espinosa. Otros investigadores expusieron que a los partidos políticos no les exigen productividad ni les escatiman recursos, pero a quienes pugnan por el desarrollo del campo les pretenden colocar mordazas. “Ya no callaremos más, no seremos copartícipes de los políticos que no buscan beneficiar al campo”, acotaron.
Hoy, tres académicos se sumarán a la huelga de hambre y 12 más se raparán en protesta por la postura “pedante, intransigente y obcecada de las autoridades del Colpos y de Sagarpa”.
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