Excélsior/20 de enero de 2009
El Informe sobre la Situación de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales en el Distrito Federal 2008, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, da a conocer realidades y contrastes sobre los derechos a salud, alimentación, agua, medio ambiente, vivienda, educación, cultura y trabajo, en la ciudad capital. Sus resultados son, para nuestra mala fortuna, preocupación de pocos, cuando deberían de ser de muchos.
Esta investigación da a conocer los niveles de vigencia o de incumplimiento de estos derechos centrales para la vida y el bienestar de la población. Aquí se aborda, en lo particular, el tema importantísimo del derecho a la educación. En este rubro, se vive en el Distrito Federal una suerte de ambivalencia. Como es de conocimiento general, por la lógica de acuerdos y componendas cupulares que no han perdido vigencia, la educación en la ciudad sigue estando en manos de la gran burocracia centralista, ahora en poder de la derecha más recalcitrante e inculta que ha vivido el país. Mis respetos para José Vasconcelos y el verdadero Gómez Morín, Lombardo Toledano y Justo Sierra, Othón Salazar y otros libertarios, porque desde su tumba han de estar viviendo, soterrados y abrumados, el discurso mediocre y la realidad corrupta de las actuales políticas educativas federales que, desde su perspectiva histórica, tanto les costó debatir y organizar. También, trémulos, han de sufrir la imagen mediática de dos mujeres que se pelean, todos los días, los términos precisos del contenido de… una lotería para rifar coches de lujo o la vigencia de su apariencia mediática y su futuro político.
Los resultados que se presentan en el informe 2008 del Centro Vitoria son por demás contundentes. Siendo que en la entidad capital se pueden verificar los más altos grados de escolaridad y permanencia en la educación básica y que, además, se cuenta con las instituciones de educación media superior y superior más importantes del país, la exclusión y la desigualdad educativas se extienden por toda la gran ciudad, y a la SEP, metida en lo que está, no le ha interesado, ni creo que le interese, revertir esta situación.
La exclusión social y la supresión del derecho a la educación se manifiestan en la Ciudad de México en las niñas madres, en las niñas y los niños indígenas concentrados en las delegaciones Milpa Alta, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, entre los que sufren algún tipo de discapacidad, y si entre ellos son mujeres y viven en condiciones de pobreza, la situación llega a ser degradante. En otras delegaciones la situación de estos sectores sigue siendo compleja y abigarrada, sobre todo entre la población trabajadora, los jóvenes sin empleo y en situación de calle, y en el caso de los desempleados en general, quienes la van cargando con un rezago histórico que ahora se ha convertido en una barrera infranqueable por la crisis del desempleo.
Desde el inicio del actual Gobierno del Distrito Federal, fue creada la actual Secretaría de Educación. Se han dado a conocer, por su intermedio, los datos que presenta el Centro Vitoria y muchos más, y se ha insistido en que el camino es trabajar para que la ciudad tenga completo e integrado su sistema educativo. No ha habido voluntad política para hacerlo posible desde este gobierno federal. Se dan, eso sí, negociaciones que se llevan a cabo siempre por intermediarios menores. Por algo será.
didrik@servidor.unam.mx
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