viernes, 2 de julio de 2010

La dignidad en un minuto


Clara Scherer
Excélsior/2 de julio de 2010

Recordar es un ejercicio, para mí, maravilloso. Y cuando estamos hundiéndonos en el pantano de las campañas políticas, es reconfortante evocar otros momentos, otras ilusiones y otra energía.
Llevo días preguntando cómo hacer para que el círculo perverso que los gobernadores han logrado establecer se rompa. Es delito grabar sus conversaciones, aunque nadie niegue lo ahí dicho. Es delito, también, que se usen los recursos públicos en acciones de proselitismo, como se desprende de esas grabaciones. Es pura ignominia que el presidente de un instituto estatal electoral esté "rindiendo parte" y "cobrando favores" a un gobernador.
Nadie pone en cuestión que ese caudal de ilegalidades y trampas ha sucedido pero, hasta ahora, nadie indica el camino para salir de ese berenjenal. En gran medida, porque son los partidos ("de interés público") quienes tienen el control de las palabras, los delitos, las ignominias y las soluciones. Por eso, porque no solucionar ese pantano de corrupción e impunidad les es favorable, no les preocupa remediar tanto entuerto.
Ni el PAN ni el PRI ni el PRD tienen interés en modificar el rumbo; a todos conviene que la situación siga igual. En los estados que gobiernan, prácticamente no hay diferencia. Todos se erigen en "caciques" dispensadores de vidas y haciendas. Y todos pretenden imponer a su sucesor, para que les cuide las espaldas y ellos sigan gobernando a través de un "aliado".
Llegando al poder, el titular (porque es casi imposible en las contiendas actuales, que una mujer alcance ese lugar) coopta a los que quedarán en el Congreso y de ahí para adelante. Nombra a los titulares de organismos "autónomos", entre ellos, al del instituto estatal electoral y, así, no haya quien lo confronte, le exija transparencia, lo obligue a un mínimo de honestidad y honradez.
Pretenden que los y las ciudadanas observemos sus trampas y, en el mejor de los casos, nos sumemos regocijados y llenos de contento a su simulación democrática. Saben que a nadie engañan, y se protegen en el amplísimo manto de la impunidad y el cinismo: la única vía para demostrar los actos ilícitos, es mediante otros actos ilícitos.
Están equivocados. Afortunadamente, la inteligencia funciona y nos funciona. Y como decía en un principio, recordar es un acto reconfortante que, en esta ocasión, me ha indicado una lucecita en el camino. El último promocional de la campaña de Patricia Mercado hizo énfasis en ese mágico y esplendoroso minuto. Ese minuto en el que, con boleta en mano, entramos a la cabina, para señalar nuestro futuro. Ese minuto que tenemos para reflexionar, sin ruido estridente, sin miradas amenazantes, sin más censor que nuestra conciencia. Ese minuto que puede devolvernos nuestra dignidad.
Ese minuto, a quienes vivirán procesos electorales el próximo domingo, les pido no desperdiciarlo. Es un minuto que encierra la posibilidad de ir abriendo caminos, de ir dejando fardos de impunidad, de ir a encontrarnos con nuestra propia sonrisa, porque fuimos valientes en ese minuto decisivo.
*Licenciada en pedagogía y especialista en estudios de género
claschca@hotmail.com

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