miércoles, 29 de abril de 2009

Huelgas en tiempos de la influenza

Leopoldo Santos Ramírez
Dos problemas torales para el funcionamiento de las relaciones patrones- obreros, patrones-empleados y trabajadores-gobierno es lo que representan las huelgas de Cananea y de la Universidad de Sonora, ésta última protagonizada por el STEUS. Los dos movimientos responden a la acumulación de agravios y deficiencias en las administraciones de la empresa minera y de la máxima institución de educación en el estado. Pero los dos movimientos se mueven exclusivamente en dirección de la instancia federal sin encontrar un procedimiento que les permita remontar el obstáculo de acceder a ese poder federal, punto desde donde se abriría la solución a sus demandas.

Quiero explicarme; hasta hoy ambos movimientos, -más el de Cananea- han logrado un consenso favorable en sectores sindicales y entre los legisladores sonorenses, existiendo inclusive un exhorto de parte del Congreso del Estado a las autoridades para que atiendan las demandas de los huelguistas. Es más, en el caso del mineral, continúan sumándose los apoyos y acciones de legisladores federales. Sin embargo, eso no parece ser suficiente para lograr por ejemplo, la retirada de las tropas de asalto de la Policía Federal Preventiva en Cananea. Los trabajadores universitarios por su parte han fijado en la presión al rector Pedro Ortega la estrategia para resolver sus demandas.

En ambos casos el resultado ha sido que ambos movimientos han entrado a un círculo vicioso en el que dan vueltas confinados a la lógica de que esa presión a la larga podría sentar a la mesa de las negociaciones a las autoridades y a quienes deciden. Sin embargo, hay una instancia a la que ni el sindicato universitario ni los mineros han trabajado con eficacia, y esa instancia es el Gobierno del Estado cuyo peso no ha sido puesto en juego todavía para empujar hacia las soluciones que el pueblo espera. Pienso que en este punto, por lo que atañe a las autoridades universitarias, Eduardo Bours es una instancia a la que tampoco ellos han acudido, si es que en efecto los recursos de la UNISON se han agotado. Desde la sociedad no se vería mal que en conjunto, sindicato y funcionarios universitarios utilizaran los conductos adecuados de petición y le solicitaran al gobernador una partida especial para paliar los problemas universitarios. La probable respuesta del gobernador sería que no hay recursos en el Estado para otorgárselos, pero entonces convendría que en conjunto todos los actores que he mencionado, incluyendo a nuestro primer mandatario, buscaran apersonarse con el Presidente Felipe Calderón en busca de soluciones. El presidente no podría argumentar carencia de recursos porque es público que acaba de conseguir un préstamo de 47 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, y la bicoca que están pidiendo los universitarios sería como arrancarle un pelo a un gato peludo.

Por falta de espacio, no abundaré en las razones de peso para mover a todos los actores sociales y de la clase política en la dirección de solucionar estos problemas. Ambas, Cananea y la UNISON además de ser instituciones emblemáticas de los sonorenses, representan un potencial real para enfrentar los efectos de la recesión económica. Pero ese será otro tema.

lunes, 27 de abril de 2009

Huelga en la Universidad de Sonora llega a 24 días

Este lunes 27 de abril la huelga del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS) cumple 24 días de haber estallado. Y no hay visos de solución en el corto plazo.
Las autoridades universitarias, encabezadas por el rector Pedro Ortega Romero, han dicho que no van a ofrecer algo más de lo que ya han dado a conocer desde antes de que el movimiento de huelga iniciara el pasado viernes 3 de abril (ver comunicado oficial en: http://www.uson.mx/ ). Igual postura han asumido ante el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS), sindicato que tiene emplazada a huelga a la institución para el próximo 14 de mayo.

Así que tendremos huelga para rato, dada la actitud de cerrazón, soberbia y arrogancia que han mostrado las autoridades universitarias en el actual proceso de revisión contractual y salarial con los dos sindicatos.

Para información actualizada sobre el estado de la huelga del STEUS y del periodo de prehuelga del STAUS, ir a las siguientes direcciones:

http://www.staus.uson.mx/
http://www.steus.org/

viernes, 24 de abril de 2009

Huelga en la Unison cumple 21 días

Este viernes 24 de abril la huelga del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS) cumple 21 días de haber estallado. Y no hay visos de solución en el corto plazo.
Las autoridades universitarias han dicho que no van a ofrecer algo más de lo que ya han dado a conocer desde antes de que el movimiento de huelga iniciara el pasado viernes 3 de abril. Igual postura han asumido ante el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS), sindicato que tiene emplazada a huelga a la institución para el próximo 14 de mayo.

Así que tendremos huelga para rato, dada la actitud de cerrazón, soberbia y arrogancia que han mostrado las autoridades universitarias en el actual proceso de revisión contractual y salarial con los dos sindicatos.

miércoles, 15 de abril de 2009

Sigue la huelga en la Unison


Este lunes 20 de abril se cumplieron diecisiete días de estar en huelga la Universidad de Sonora. Como se recordara, el pasado viernes 3 de abril el sindicato STEUS estalló su movimiento de huelga por decisión mayoritaria de sus agremiados.
Por ese motivo, las notas en nuestro blog se han paralizado de momento. A la brevedad, reanudaremos con el servicio...

Para darle seguimiento puntual al estado de las negociaciones entre el STEUS y la universidad, y entre el sindicato STAUS y la institución, ir a las siguientes direcciones:

www.staus.uson.mx

http://www.steus.org/

jueves, 2 de abril de 2009

Fuga de cerebros mexicanos, ¿realidad preocupante o mito genial?


Roberto Rodríguez Gómez*

En el actual debate internacional sobre fuga de cerebros, se está prestando una especial atención al flujo migratorio de personal altamente calificado (highly skilled workers), no sólo ni principalmente al éxodo de científicos. Generalmente se considera en esta categoría a quienes cuentan con alguna formación educativa de tipo superior, es decir que concluyeron el ciclo de enseñanza media, el bachillerato, e ingresaron a alguna institución universitaria o tecnológica. La definición abarca, en consecuencia, desde estudios superiores incompletos hasta los distintos niveles de posgrado.
Se estima grosso modo que un 12.5 por ciento del volumen migratorio mundial (estimado en 200 millones de personas en la actualidad) cuenta con una calificación en el nivel indicado. Esto significa que del total de personas que viven en un país distinto al que nacieron, más o menos 25 millones cuentan con alguna escolaridad terciaria, ya sea que hayan adquirido esa formación en el país de origen o bien que hayan estudiado en el país receptor. Conviene advertir que la proporción de emigrantes altamente calificados prácticamente se duplica al considerar ya no el volumen migratorio total —que suma múltiples generaciones de emigrantes—, sino el flujo migratorio anual reciente.
Distintas bases de datos (OCDE, Banco Mundial y UNESCO) coinciden en estimar el volumen de migrantes mexicanos altamente calificados —en el sentido antes descrito— en torno al millón de personas. Ya vimos, la semana pasada, que esa cifra coincide aproximadamente con la estadística del Buró del Censo estadounidense relativa a la cantidad de personas que nacieron en México, residen en EUA y cuentan con tal escolaridad, sin distinción del status migratorio (naturalizados, migrantes temporales legales o migrantes irregulares).
Veamos cómo se compara este último dato con el panorama internacional sobre la migración altamente calificada. Desde la primera entrega de esta serie se hizo notar que México ocupa la primera posición mundial en cuanto al volumen migratorio total. Los casi doce millones de nacidos en México que viven en el extranjero hacen del país el número uno en lo que se refiere a la “exportación” de personas. Esta posición cae hasta el quinto sitio al considerar la variable de escolarización terciaria.
Sorprendentemente, el primer lugar, en cifras absolutas, lo ocupa el Reino Unido, con más de 1.5 millones de personas altamente calificadas que residen en el exterior. Siguen la lista, en orden de importancia, Filipinas, India, Alemania, China y México (todos en el rango entre 900 mil y 1.2 millones). Aparecen luego Canadá, Italia, Vietnam y Estados Unidos, grupo que promedia el medio millón de emigrantes calificados.
Aunque este conjunto de países es heterogéneo en cuanto al grado de desarrollo económico relativo, el nivel de escolaridad de la población y la participación de la economía respectiva en la llamada “industria del conocimiento” (véase el cuadro anexo), parecen discernirse en medio de la diversidad tres grandes segmentos. El de países altamente industrializados (Reino Unido, Alemania, Canadá, Italia y Estados Unidos), con elevadas tasas de cobertura de educación superior y con una participación protagonista en la economía del conocimiento; países con segmentos económicos competitivos (China e India), altas tasas de crecimiento del PIB e indicadores educativos todavía en transición; y por último países en un nivel de desarrollo inferior en esos aspectos (Filipinas, México y Vietnam).
Ello habla de una lógica compleja en el fenómeno de fuga de cerebros y desaconseja la explicación de que sea el subdesarrollo, como tal, la única explicación de esta dinámica migratoria. Seguiremos explorando el punto la próxima semana.
* UNAM. Instituto de Investigaciones Sociales. Seminario de Educación Superior.

El centralismo de la profesión académica

Philip. G. Altbach*

En 1992, Bill Clinton fue electo presidente de Estados Unidos en gran parte por su énfasis en la importancia de la economía. Su mantra “¡es la economía, estúpido!” refería a este punto. Para la educación superior, el mantra debería ser: “¡es el profesorado, estúpido!”. De hecho, ninguna universidad puede alcanzar el éxito sin un staff académico comprometido y bien calificado. Ni siquiera instalaciones impresionantes o un currículum innovador producirán buenos resultados sin grandes profesores.
La educación superior en el mundo se enfoca en el hardware (edificios, laboratorios, así como —a expensas del software— las personas que hacen exitosa a una institución académica). Observen los criticados rankings. ¿Qué miden? La cantidad de ganadores de premios Nobel, la productividad de los investigadores, las concesiones monetarias a profesores y la calidad de los estudiantes. En los rankings, los presupuestos y las instalaciones son menos importantes.
Prácticamente en cualquier lugar, el profesorado se olvida ante la necesidad de cubrir la creciente cantidad de inscripciones y todo ello en medio de profundos problemas financieros.
Si la educación superior va a tener éxito, “¡es el profesorado, estúpido!” debe ser un grito central de las universidades en todo el mundo.
Es deprimente, pero esencial, examinar el estatus de la profesión académica alrededor del mundo. Unos pequeños ejemplos ilustrarán realidades globales. Un asunto involucra el hecho de que la profesión académica está envejeciendo en muchos países. En la mayor parte del planeta, la mitad o más del profesorado está cerca del retiro. En muchos países se están produciendo muy pocos académicos con doctorados para reemplazar a aquellos que salen, y muchos de los nuevos prefieren trabajar fuera de la academia. Muy pocos incentivos para estudios de doctorado avanzados y un mercado de trabajo muy incierto para nuevos doctores, así como un apoyo financiero inadecuado en muchos campos, disminuyen las inscripciones y provocan que muchos estudiantes dejen sus programas. Países con sistemas de educación superior con rápido crecimiento son especialmente difíciles de cambiar. Vietnam, por ejemplo, requiere más de 12 mil académicos cada año para satisfacer sus metas de expansión y sólo 10 por ciento de sus profesores actualmente tiene grados doctorales.
Ejemplos globales en el actual estado de la profesión académica ilustrarán el deterioro contemporáneo. Estos ejemplos se escogen para enmarcar amplias realidades.
El alza de la profesión de medio tiempo

Para ser más efectivos, los profesores necesitan estar realmente comprometidos con la enseñanza y la investigación. Deben tener asignaturas académicas de tiempo completo y prestar devota atención exclusivamente a sus responsabilidades académicas y a las universidades e instituciones que los emplean.
Los profesores de tiempo completo son una raza en extinción. América Latina es el hogar del profesor “taxista” de medio tiempo, apurándose entre trabajos de enseñanza o entre clases y otra profesión. Excepto por Brasil, en la mayoría de los países latinoamericanos hasta 80 por ciento del profesorado está empleado medio tiempo. Reciben una miseria, por lo que tienen poco compromiso con la universidad o los estudiantes. No es sorpresa que prácticamente no haya universidades latinoamericanas entre las mejores 500 y tengan poca productividad en su investigación. En Estados Unidos, sólo la mitad de los académicos recientemente contratados son de tiempo completo —profesores que podrían tener una carrera en la educación superior—. El resto son “contingentes” de medio tiempo a quienes se les paga poco por cada clase y tienen pocos beneficios. Una nueva clase de profesores de tiempo completo ha crecido en años recientes como forma de asegurar flexibilidad al staff por parte de las universidades. Las asignaturas académicas tradicionales tienden a ser más comunes en universidades e instituciones superiores, incrementando así las desigualdades en el sistema académico como unidad.
En muchos países, las universidades emplean profesores de medio tiempo que tienen asignaturas de tiempo completo en otras instituciones. Muchos países de Europa del Este, China Vietnam, Uganda y otros son ejemplos de tal sector. Los salarios académicos son demasiado bajos y las universidades esperan que los profesores ganen fondos extras para complementar sus propios ingresos y, en algunos casos, subsidiar el propio salario de las universidades.
En algunas instituciones de educación superior chinas, se espera que los profesores realicen consultorías y otros trabajos externos como parte de sus tareas académicas. En otros casos, las universidades contactan a instituciones y piden a su staff realizar labores adicionales en dichas escuelas, aumentando los ingresos de la universidad y los salarios individuales al mismo tiempo. También es el caso de profesores en las universidades estatales en la mayor parte del mundo que ayudan como parte del profesorado en el reciente sector de educación superior privada al dobletear.
El descenso de un profesorado real de tiempo completo demerita la educación superior de alta calidad. Si los profesores no pueden prestar su total atención no sólo a la enseñanza y la investigación sino al mantenimiento de la cultura académica, trabajando con los estudiantes afuera del salón de clase y participando en la gestión de la universidad, de seguro la calidad académica decaerá. Como dicen los británicos, penny wise and pound foolish (cautos con poco dinero, despilfarradores con mucho).
El adormecimiento del profesorado

Es posible que hasta la mitad de los profesores universitarios en el mundo sólo tengan un grado de licenciatura. Nadie lo sabe bien. Lo que sí sabemos es que mientras la profesión académica está creciendo rápidamente, las facilidades para grados avanzados de estudio no están a la altura —ni tampoco los niveles salariales que empujen a los “mejores y más brillantes” a unirse al profesorado—. En China, el sistema académico más gran del mundo, sólo 9 por ciento de los profesores tienen gran doctoral (aunque 70 por ciento sí lo tiene en las mejores universidades). En la India, 35 por ciento de los académicos tiene grados doctorales. En muchos países, una parte significativa de la comunidad de profesores posee un grado de licenciatura y algunos incluso no han obtenido dicho grado básico. En los países en desarrollo, sólo el staff académico en las universidades más prestigiadas tiene un doctorado —usualmente menos de 10 por ciento del total—. La expansión de los programas posbachillerato se han identificado como una alta prioridad en todo el mundo, pero su expansión ha sido lenta debido a que la demanda por acceso básico es muy alta.
El empobrecimiento de la profesiónYa no es posible atraer a las mejores mentes a la academia. Una parte significativa del problema es financiero. Los salarios académicos no han estado a la altura con altos puestos de trabajos para profesionales capacitados. Un estudio reciente de los salarios académicos en 15 países muestra que el staff académico de tiempo completo puede sobrevivir con su salario. Sin embargo, no ganan mucho más que el salario promedio en su país. Relativamente pocos de los jóvenes mejor calificados experimentan la rigurosa educación requerida para los puestos de trabajo en las mejores universidades. No obstante, individuos altamente entrenados frecuentemente escapan a trabajos mejores pagados o, en el caso de los países en desarrollo, se van por otros trabajos, académicos o de otro tipo, a Europa o Estados Unidos.
La burocratización del profesorado

En años pasados, incluso si los académicos no estaban bien pagados, poseían gran autonomía y control sobre su enseñanza e investigación, así como sobre su tiempo. Esta situación ha cambiado en los sistemas e instituciones académicas. En términos de responsabilidad y evaluación, el profesorado ha perdido mucha de su autonomía. Ejercicios de evaluación y otras medidas de responsabilidad requieren mucho tiempo y esfuerzo para completarse. La presión para evaluar la productividad académica de todo tipo es sustancial, incluso cuando mucho de ese trabajo es de hecho muy difícil o imposible medirse correctamente. Mucha de la crítica se ha dirigido hacia los ejercicios británicos de evaluación de la investigación, que para muchos tienen un trabajo académico distorsionado.
Las universidades también se han vuelto mucho más burocráticas en la medida que han crecido y se han vuelto más responsables ante las autoridades externas. El pesado control burocrático ha deteriorado en cierto sentido a la comunidad académica y, generalmente, a la tradicional participación del profesorado en la gestión académica. El poder de los profesores, alguna vez dominante y algunas veces usado por ellos para resistirse al cambio, ha decaído en la edad de la rendición de cuentas y la burocracia.
¿Qué debe hacerse?

No es difícil identificar el camino a una profesión académica restaurada —y, por ende, hacia sistemas de educación superior exitosos, la profesión académica debe volverse de nuevo una profesión— con entrenamiento apropiado, compensación y estatus. Esto significa que los programas académicos que provean grados de maestría y doctorado deben expandirse significativamente. La corriente de contratar maestros de medio tiempo debe terminar y, en su lugar, se debe colocar un cuadro de profesores de tiempo completo con oportunidades de ascender en su carrera. Los salarios deben ser suficientes para atraer a jóvenes escolares y para mantenerlos en el campo.
En un sistema académico diferenciado, no todos los profesores se enfocan en la investigación —típicamente el estándar a seguir en términos de prestigio y estatus—. La mayoría de los académicos, principalmente, enseñan y sus cargas de trabajo deben reflejarlo. También sería imposible regresar a los días de autonomía injustificada, y un poco de evaluación del trabajo académico es necesario. Sin embargo, la rendición de cuentas y la evaluación se pueden lograr en formas que sean adecuadas para el trabajo académico, en lugar de ejercicios punitivos.
Si existen buenas noticias en esta historia, es que más profesores disfrutan lo que hacen y son leales a su profesión. El estudio internacional de Carnegie sobre la profesión académica descubrió sorprendentes altos niveles de satisfacción y la encuesta global “La cambiante profesión académica” encontró el mismo resultado. A pesar de los problemas, la vida académica tiene bastante atractivo. El reto es asegurar que la profesión vuelva a verse, por quienes crean políticas y el público en general, como algo vital para el éxito de la educación superior.
En el ambiente actual, la prensa popular, así como los administradores de las universidades y muchos funcionarios del gobierno, critican frívolamente a los profesores como raíz de los problemas de la academia. De hecho, es todo lo contrario: los profesores son la raíz de una educación superior exitosa sin precedente. Siempre hay lugar para la mejoría, pero atacar a los profesores no llevará a reformas o a mejorar la productividad.
* Académico del Boston College.

Problemática de los académicos

Humberto Muñoz García*

Hay toda una problemática en torno de los académicos. Debido a una serie de circunstancias institucionales, y a demandas sociales emergentes, enfrentamos la necesidad de reconstruir el perfil de las figuras y las trayectorias en nuestro trabajo. Asimismo, tenemos condiciones laborales y remuneraciones inadecuadas que traban el buen desempeño. Dificultades para vincular la investigación y la docencia. También, para elevar nuestras capacidades, de manera que podamos educar con nuevas tecnologías, acceder a la información para enseñar sus implicaciones y darle un manejo adecuado a la producción y la distribución del conocimiento para que tengan impacto social y disciplinario.
Otro ángulo de la problemática es que no se puede continuar manejando las instituciones por el cumplimiento de indicadores. Y esto toca a las relaciones entre los académicos y quienes administran las universidades. Se trata, en una vertiente, de modificar el control sobre el trabajo académico, que ha sido desplazado de las manos de profesores e investigadores. Sería bueno que las autoridades hicieran nuevos acuerdos con los académicos sobre su trabajo. Se espera un aumento en la demanda y en las presiones de grupos de interés por el conocimiento producido en las instituciones educativas que cambiarán el comportamiento de los académicos. En estos tiempos, es indispensable definir cómo articulamos el trabajo intelectual y cómo diseminamos los resultados de la investigación.
Como en todo, por otra parte, los sentimientos y las creencias cuentan para hacer el trabajo. Me decía una investigadora muy prestigiada que hay enojo porque no tenemos dónde manifestar el enojo que sentimos por las formas de evaluación. Y agregó que las élites académicas son las que están poniendo en duda la calificación al desempeño. Mientras, nos movemos en condiciones que nos obligan a emplear la creatividad para salir adelante en nuestras tareas, y para comunicarle a las nuevas generaciones de académicos que no hagan su trabajo con la preocupación de juntar puntos.
Con lo expresado, como marco de referencia, y para pensar en un nuevo perfil, es bueno decir quiénes somos. Los académicos somos los portadores del conocimiento científico. Somos los soportes de la ciencia porque la producimos, la enseñamos y la hacemos circular. En las universidades ocupamos posiciones y desde cada una de ellas entramos en relación con otros actores de la vida académica, dándole significado a nuestro trabajo. Los académicos generamos cultura.
Los académicos somos los actores y agentes que construimos las instituciones donde trabajamos. En ellas, y por las tradiciones que perpetúan la academia, mantenemos y acumulamos conocimiento, el cual al distribuirse se vuelve un factor ligado a la riqueza y al bienestar social. Somos quienes reflexionamos sobre nuestras prácticas y metodologías, quienes debatimos de manera racional y ordenada los problemas sociales.
¿Cuáles son los rasgos más generales de este grupo social? Para indicarlos, las fuentes no son muchas y los datos son pocos. La última información disponible (ciclo 2006-2007) señala que en las instituciones de educación superior hay 263 mil 945 profesores e investigadores. (ANUIES). Seis de cada diez académicos trabajamos en instituciones públicas, lo cual muestra la enorme importancia del sector privado en la conformación de este grupo. El crecimiento más importante de todo el conjunto se dio entre 1980 y 1999. La planta aumentó 2.6 veces, lo que contrasta con las 2.15 de la matrícula estudiantil.
La mayoría de la planta (dos de cada tres aproximadamente) se compone por académicos a quienes se les contrata por horas. Para el ciclo referido, los de tiempo completo representábamos 27.5 por ciento del total. En los últimos años el crecimiento absoluto de los académicos de carrera ha sido pequeño, en comparación con el pasado. La mitad de los tiempos completos se concentraba en seis entidades federativas: DF, Jalisco, México, Nuevo León, Puebla y Veracruz. Los profesores en el doctorado éramos un tercio de la planta de tiempo completo. Los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) constituíamos 18.5 por ciento de los académicos de tiempo completo.
La reflexión y la información nos dejan con varias cosas. La necesidad de aumentar y distribuir territorialmente mejor a los profesores de carrera. Académicos con una posición regular desarrollan una vinculación más estrecha con la universidad. Se necesita invertir en la creación de plazas, en función de las metas de cobertura, para incorporar a jóvenes doctores que desean ser académicos.
El SNI ha sido crucial para que exista y se desarrolle la ciencia en México. Hay que construir una política salarial para que los académicos del país tengan ingresos dignos según las categorías y niveles que ocupen.
En suma, gestar un modelo educativo que tenga varios propósitos: orientar los cambios del perfil del académico, estimular una cultura de colaboración y trabajo en equipo, aumentar la disposición para cubrir un mayor rango de actividades, quitarle lo perverso a la evaluación y buscar que el conocimiento desde la academia tenga más impacto social. A futuro, las instituciones serán vistas según las posibilidades que abran a sus académicos para que tengan un mejor desempeño en su trabajo.
La problemática da para mucho más. Por ahora, trato, apenas, de que empecemos a discutir de nuevo.
* Seminario de Educación Superior, IIS. Profesor de la FCPS. UNAM.

Contra el PAN, el voto útil

Octavio Rodríguez Araujo
La Jornada/2 de abril de 2009

El PAN ya comenzó su guerra sucia, ahora contra el PRI. Si le dio resultados en 2006, ¿por qué no también en 2009? Los priístas están ligados al narcotráfico –dicen–; en cambio, Felipe Calderón, nuestro Elliot Ness michoacano, lucha encarnizadamente por acabarlo, aunque con su lucha haya provocado mayor inseguridad de la que ya teníamos, y una buena cantidad de muertos diariamente. Los priístas, por si fuera menor la anterior acusación, quieren regresar al poder, y el hecho de preguntarnos si “los vamos a dejar” implica que sería nuestro suicidio. Son, para los panistas, lo que fue López Obrador en 2006: un peligro para México. Habrá que cerrarles el paso, con lo que sea y con lo que el IFE permita (que es bastante, como ha sido demostrado).
Los panistas, que ya probaron las mieles del poder, no quieren dejarlo. Ya le encontraron el modo y sus ventajas, incluso personales, y los priístas ciertamente son una amenaza para ellos. Aunque en algunas encuestas han bajado su popularidad, los del tricolor siguen estando arriba. Habrá que inventarles todo lo que se pueda para desprestigiarlos, para ponerlos abajo. Del PRD no se ocupan, sus dirigentes y militantes sobresalientes se han encargado de hundir a su propio partido. No han necesitado que los traten de desacreditar; en esto son autosuficientes. Los únicos partidos que ganarán algo en este cochinero serán el PT y Convergencia, pero lo que obtengan de ventaja será relativo, pues son y por un tiempo seguirán siendo partidos pequeños o, si se prefiere, medianos (y no sólo en tamaño).
Jacqueline Peschard escribió en junio de 2006 que “el voto útil es en realidad un voto estratégico que implica sacrificar la opción con la que un elector se identifica por razones ideológicas, por lealtad partidaria o por simple simpatía hacia un candidato, en aras de impedir el triunfo de otro contendiente. Se trata de un voto reactivo, más en contra que a favor, que privilegia cierto objetivo electoral, por encima de la opción de preferencia”.
Estoy de acuerdo con ella. Y, como están las cosas, quizá la mejor opción sea recurrir otra vez al voto útil para impedir el triunfo del PAN, no sólo por reaccionario, que lo es, sino porque ha demostrado ingobernabilidad, impericia, intolerancia, desdén por el pueblo, vocación de enriquecimiento personal y desprecio por los valores nacionales en lo económico, en lo cultural, en lo político y hasta en lo militar (usando al Ejército para que las drogas no entren en Estados Unidos, principal consumidor de éstas en el mundo).
La alternativa que nos dejan los partidos para las próximas elecciones federales no es analizar sus programas electorales ni sus principios e ideologías, que en conjunto son mera fórmula hueca, sino votar selectivamente en cada estado de la República por el partido que tenga más probabilidades de restarle votos (y diputados) al PAN.
No es traicionar principios ni preferencias personales o partidarias. Es castigar en las urnas a un partido que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos los mexicanos, nada promisoria. Si en México la Constitución permitiera la revocación del mandato, como sí la permite, pese a tantas críticas contra Chávez, la Constitución de Venezuela (artículos 6, 70 y 72), muchos mexicanos estaríamos intentando quitar a quienes fueron elegidos, incluso con malas artes, en coomicios pasados. Pero como este derecho no existe, el recurso del voto útil se vuelve una opción interesante, aunque de menor alcance que la revocación.
La alternativa que nos dejan los partidos, a partir de lo que leemos sobre ellos y la selección de sus candidatos en los periódicos, no es precisamente el voto ideológico o por identificación partidaria y política, sino por personas que nos parezcan, al menos, honestas, capaces, con una buena trayectoria y, desde luego, que no sean del PAN. ¿Esto es una regresión política y cultural? Sí, pero la culpa no la tenemos los ciudadanos ni quien esto escribe, sino los partidos que, además de parecerse entre sí en varios sentidos, no han sabido demostrarnos por qué unos serían mejores que otros.
Personalmente hubiera querido que el PRD fuera una organización sólida en términos político-ideológicos, con gente honesta en su dirección, con democracia interna, sobre todo para elegir a sus candidatos, que éstos fueran los mejores que pudiéramos imaginar, etcétera. Pero no es el caso, y muchos lo perciben así en su lamentable realidad, razón por la cual está tan abajo en las encuestas. ¿Qué es el PRD? ¿Su dirección? ¿Sus bases, a menudo entregadas sin que después las tomen en cuenta? ¿Sus tribus? Que nos lo diga, le estaríamos muy agradecidos.
El PRI tampoco es la mejor opción, pero lamentablemente es el único partido que, por ahora, podría derrotar al PAN, y este simple hecho milita en su favor. Dicho sea de paso, no sería un regreso, como malévolamente dicen los albiazules. Y no lo sería por la sencilla razón de que no podrá ser el mismo partido de hace 30 años, ya no lo era por lo menos desde Zedillo. Es otra cosa pese a que en él habitan todavía algunos dinosaurios que, por cierto, no son peores que los jóvenes, hijos de sus papás o esposas de sus esposos (y viceversa), que ahora quieren ser candidatos y candidatas (algo que pasa en todos los partidos, como si la habilidad política se heredara o se contagiara por ósmosis).
En resumen, no todo está podrido ni perdido. La abstención, pese a su atractivo frente a este patético panorama, no es la opción. Si la llevamos a cabo, el PAN, con los enormes recursos públicos y privados que tiene, ganaría y, entonces sí, agárrense, porque podría ganar otra vez, fraudes aparte, la Presidencia en 2012.

Moshinsky

Horacio Salazar
Milenio/2 de abril de 2009

Ayer a mediodía murió Marcos Moshinsky Borodiansky, una de las glorias mexicanas de la ciencia de todos los tiempos. No tuve el gusto de conocerlo, pero desde que empecé a leer sobre la ciencia en México, su nombre y su brillantez aparecían en todos los rincones donde se posaba mi mirada curiosa.
Hace años, cuando pasé por las aulas universitarias, llevé cinco cursos de física que empezaron con los griegos y llegaron hasta los fundamentos de la física cuántica. No me fue del todo mal en la asignatura, pero así y todo, debo confesar que no me tropecé en mis estudios con las aportaciones de Moshinsky.
Ahora, al leer sobre su vida, descubro fascinado que desde hace literalmente medio siglo ya había hecho aportaciones fundamentales no sólo para la ciencia nacional sino para la física global.
Fue un científico universal. Además de estudiar bajo la tutela de un premio Nobel de Física, Eugene Wigner, conoció a Einstein, Bohr, Oppenheimer, Heisenberg, Schrödinger, Dirac y casi todos los que armaron el impresionante armatoste de la física moderna.
Para darnos una idea de su brillantez como físico teórico, en 1952 publicó en Physical Review un artículo titulado “Diffraction in time”. Hasta lo que entendí, analizó lo que ocurría con una partícula elemental confinada en un rincón del espacio y determinó los efectos cuánticos que ocurrían con la dicha partícula al paso del tiempo.
Era un resultado elegante... y de comprobación imposible en aquella época. Algo cómo el célebre gato de Schrödinger. Pero 45 años más tarde, experimentos hechos con neutrones lograron confirmar su predicción.
Parte del encanto de personalidades como Moshinsky radica en su sencillez y su vida casi espartana, que contrastan con la altivez mamucas que a veces exhiben investigadores mucho menos valiosos.
Para cerrar esta columna que sólo quiere rendir un microhomenaje a una figura señera en nuestra ciencia, unas palabras que don Marcos confió a un redactor de La Crónica de Hoy hace algunos años:
“Gracias a la ciencia, podemos protegemos de las calamidades naturales, las inundaciones, huracanes, tornados. Pero el peligro más grande para el futuro de la humanidad son los seres humanos. La falta de convivencia. Si pudiéramos tener la misma confianza para resolver la discordia con la que podemos enfrentar los fenómenos naturales y las enfermedades, las condiciones de vida serían más satisfactorias para todos”. Descanse en paz.
http://www.notasdeciencia.com/
horacio.salazar@milenio.com

La nueva guerra sucia de Acción Nacional

Humberto Musacchio
Excélsior/2 de abril de 2009

La bronca empezó en Acapulco, durante la convención de banqueros, donde Germán Martínez, aparente líder del PAN, la emprendió contra la lideresa de los priistas, Beatriz Paredes, a quien tramposamente emplazó a decir ahí mismo si estaban con el narco o con Felipe Calderón, como si alguna de las opciones resultara la buena.
En los días siguientes, las páginas de los periódicos se salpicaron aquí y allá de frases broncas de los albiazules, quienes, como bravucones de cantina que quieren liarse a golpes hasta con los amigos, siguieron picándole la cresta a los del PRI.
Por supuesto, desde hace varias semanas los panistas desarrollan una campaña en bardas y anuncios de azotea de los llamados espectaculares en la que sin rubor alguno se atribuyen las obras que el gobierno federal realiza con el dinero de los contribuyentes. Nada del otro mundo, pero que muestra el poco respeto de la derecha por la inteligencia de los ciudadanos.
Del mismo tenor son algunos anuncios que se trasmiten por radio y televisión, lo que merecería por lo menos un apercibimiento del IFE si este organismo fuera otra cosa y no el cascarón vacío que es hoy, el mismo que le hizo el trabajo de albañal a los panistas en 2006 y ahora funciona con otras caras y las mismas cartas.
Pero el asunto llegó a lo punible el lunes 30 de marzo, cuando apareció en los diarios un anuncio del PAN que mostraba un juego de palabras cruzadas arriba de las cuales se indicaba al lector: “Busca 13 características del gobierno del PRI en esta sopa de letras”. En el recuadro era fácil localizar horizontal o verticalmente, en forma cruzada o invertida, palabras como “impunidad”, “complicidad”, “transa”, “corrupción”, “narco”, “pobreza”, “deuda”, “robo” y “atraso”, “represión”, “crimen”, “abuso” y “censura”. Al calce, arriba del emblema del PAN, la leyenda: “Amenazan con regresar. ¿Los vas a dejar?”
Si el panismo tuviera colmillo se hubiera mordido la lengua, pues resulta siniestramente ridículo acusar a los priistas de impunidad o complicidad hoy, cuando bajo un gobierno panista, jueces de consigna acaban de declarar a Luis Echeverría inocente de la matanza del 2 de octubre de 1968.
Los azules no tienen cara para acusar a nadie de transa y corrupción si los hermanitos Bribiesca andan sueltos disfrutando de la multimillonaria fortuna que hicieron al amparo del poder, mediante el tráfico de influencias y muy probablemente otros mecanismos que implican, esos sí, “transa” y “corrupción”. Y qué decir de términos como “atraso” y “pobreza” cuando tenemos un gobierno tan notoriamente incapaz de hacerle frente al desempleo masivo —en tres meses más de medio millón de despedidos que estaban bajo el régimen del IMSS—, que anuncia tres veces grandes planes de empleo que no se ve cuándo empiecen a concretarse, que alegremente promueve la inopia de grandes sectores y el regreso de las condiciones socioeconómicas que privaban en el siglo XIX.
¿Y la deuda? Habría que ver cuánto ha crecido en los últimos dos años y averiguar si el endeudamiento no ha sido mayor gracias a las divisas negras del narcotráfico, al que se condena mientras brotan como hongos negocios que en todas partes son típicos lavaderos de dinero.
De represión y censura mejor ni hablar. En México, nunca como hoy el periodismo ha sido una profesión de tan alto riesgo, ya no sólo por la amenaza del crimen organizado, sino por la complicidad de algunos jueces que dan entrada a demandas contra periodistas que ejercen su oficio con apego a la ley. Por si algo faltara, Manu Chao repite que en Atenco hubo una represión salvaje y algún funcionariete federal lo amenaza con echarlo del país, lo que obligó a suspender el concierto que tenía anunciado.
Por lo pronto, las encuestas de intención de voto sitúan al PAN muy lejos del PRI, que volverá a tener mayoría relativa en San Lázaro y probablemente mayoría de 50% más uno. Están desesperados, porque se verán obligados a ceder más espacios a los tricolores y, de seguir cuesta abajo en su rodada, nadie se extrañe si Calderón integra un gobierno de coalición y los muchachos de Beatriz Paredes regresan al poder antes de tiempo.
Lo cierto es que en la panadería están muy preocupados. Saben que de algún modo se arreglarán con el PRI, pero sus temores están en otro lado y el miedo lleva a las tendencias golpistas a mostrar las garras. Al respecto, cabe citar aquí las palabras —que me hizo llegar el crítico de arte Alberto Híjar— de un tal Edgar Döring, quien en una reunión juvenil de la Organización Demócrata Cristiana de América llamó a “librarse de los estorbos sociales que impiden o dificultan el desarrollo, razas inferiores como los negroides y los indígenas, seres pervertidos como los afeminados y los drogadictos, errores de la naturaleza como los discapacitados y gente con síndrome de Down, pero sobre todo la escoria comunista de López Obrador, que por suerte ya no tiene cabida ni en el PRD. Aún así seamos cautelosos, la crisis nacional les hará fortificar sus filas. Debemos aplastarlos antes de que vuelvan a levantarse”.
hum_mus@hotmail.com

miércoles, 1 de abril de 2009

UNAM: Burocracia en carne propia

Sara Sefchovich
1
Poco después de que terminó la huelga de 1999 en la UNAM, el investigador Cinna Lomnitz hizo declaraciones en las cuales aseguró que la Universidad Nacional estaba muerta, que era un cadáver que no podría levantarse más.1

Sin embargo, hoy vemos que la UNAM no solamente está viva sino activa, cumpliendo con sus funciones sustantivas y recibiendo reconocimiento internacional. Esto se logró gracias al esfuerzo y a la inteligencia de muchos universitarios que, cada uno desde su trinchera, hicieron todo lo que pudieron para recuperar el tiempo perdido en docencia, investigación y difusión de la cultura y, sobre todo, para tratar de restaurar el fracturado tejido social que quedó después de ese largo y difícil periodo.

Pero haber llegado hasta acá no significa garantía, porque aún hay muchos problemas. Esto tiene que ser así dado que se trata de una institución enorme y compleja.

Algunos de esos problemas vienen de fuera, otros de dentro. Aquéllos tienen que ver principalmente con la asignación de recursos2 y con los grupos de poder a quienes la mera existencia de la universidad pública les produce escozor, en particular la UNAM por su historia y trayectoria. Éstos, por su parte, tienen que ver con las formas de funcionar de nuestra casa de estudios, las cuales se han ido produciendo y cristalizando durante años, algunas para bien y otras al contrario.

Un código no escrito ha hecho que quienes quieren manifestar su cariño con la institución y pretenden defenderla, hablan de lo primero y prefieren no meterse con lo segundo. Pero en mi opinión, ya no podemos evadir el debate sobre los problemas internos, si queremos que nuestra universidad se mantenga, como afirmó recientemente Bolívar Zapata, como “un espacio laico, de libertad, cuestionamiento y disentimiento”.3

Escribo este texto porque estoy convencida que lo mejor que podemos hacer por la UNAM es debatir, como dice el mismo científico, “de manera crítica, plural, intensa y comprometida”.4

Para leer el texto completo, da clik aquí.

La escuela que quiere Obama

David Alandete
EL PAÍS.com/30 de marzo de 2009

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado recientemente una serie de propuestas para reformar totalmente el sistema educativo, algunas de ellas muy polémicas, como la de vincular el sueldo de los profesores a los resultados académicos de sus alumnos. Por ahora, el presidente se ha encontrado con la resistencia de los sindicatos y con el problema de que la constitución estadounidense atribuye las competencias en materia de educación a los Estados, por lo que el modelo está completamente descentralizado. Con pocos recursos y muchas ideas, el presidente ha pedido una alianza entre políticos, maestros, padres y alumnos para superar las divergencias y mejorar el maltrecho cuadro de la educación en Estados Unidos.

Así, Obama hace campaña a favor de sus ideas en discursos y actos públicos, y va a condicionar la concesión de al menos una parte de los fondos federales para educación (cerca de 50.400 millones de euros anuales) a que los Estados y los distritos escolares trabajen juntos para mejorar la calidad educativa. "Debe haber un plan de reforma asociado a los fondos", dijo Obama recientemente en Los Ángeles. Dirigiéndose a los profesores, añadió: "No pidáis más dinero, grupos de alumnos más pequeños, sin estar dispuestos a considerar una nueva forma de evaluar mejor el sistema".
La propuesta es regular los aumentos de sueldo en función de los resultados de los alumnos en unas pruebas estandarizadas que cada Estado efectúa anualmente entre tercer y octavo grado, hasta los 13 o 14 años. El presidente fue tajante: "Si a un profesor se le da una, dos o tres oportunidades pero no mejora, no hay excusas para que siga enseñando". En principio, el Departamento de Educación destinará fondos para que 150 distritos escolares -de los más de 13.000 que existen- ofrezcan complementos salariales a sus profesores en función de esos resultados de los alumnos.
Rechazo sindical
Al abrir esta posibilidad, Obama sorprendió a la que fue una de las grandes bases sobre las que erigió su victoria electoral: los sindicatos. Éstos alabaron la voluntad de reforma del presidente, pero no los medios con los que quiere acometerla. "El del pago por méritos individuales, tal y como se ha planteado hasta ahora, es un sistema fallido", explica A. J. Duffy, portavoz del sindicato de profesores de Los Ángeles UTLA. "Es una idea de mercado. Ofrece bonos a aquellos empleados que obtienen más ingresos. Pero los maestros son personas que trabajan con un derecho humano como el de la educación".
"Los maestros que eduquen a niños de entornos pobres, que sufren penurias económicas, se enfrentan a un desafío mucho mayor. Los resultados de un examen no pueden ser el único baremo. A veces se dice que un profesor educa mejor cuando tiene buenos estudiantes o cuando enseña a niños que tienen sus necesidades básicas (nutricionales, sanitarias, familiares...) satisfechas. Y suele ser cierto. En principio, este tipo de iniciativa es una buena idea. Pero debe aplicarse examinando todos los factores implicados", explica el profesor de la American University Charles Tesconi.
Obama también ha emprendido una campaña para establecer estándares nacionales que permitan homogeneizar la educación en el país, algo que contempla como un requisito previo para mejorar la calidad educativa en las aulas. La polémica ley No Child Left Behind, impulsada por el anterior presidente, George Bush, en 2001, estableció una serie de exámenes en los que se decidiría cuántos fondos federales merecía una escuela, en función de los resultados de sus alumnos. Un resultado no esperado de esta medida es que muchas escuelas públicas de zonas deprimidas, o aquellas que educan a niños con necesidades especiales, han quedado sumidas en la bancarrota. Pero los Estados son los que tienen la última palabra a la hora de administrar estos exámenes, y muchos de ellos, con sistemas educativos tradicionalmente deficientes, se han puesto unas pruebas más fáciles.

Preguntas sobre Bolonia

Fernando Savater
EL PAÍS.com/30 de marzo de 2009

1. Las autoridades del Ministerio y de muchas universidades españolas tienen gran empeño en defender -aunque más con eslóganes publicitarios que con argumentos- las bondades de los objetivos del plan Bolonia. Naturalmente, nadie puede estar en contra de promover la compatibilidad de las titulaciones y la movilidad de los estudiantes, de facilitar a estos últimos su inserción en el mercado laboral europeo o de transformar nuestras universidades y volverlas más atractivas para captar estudiantes de otras partes del mundo. ¿Pero es eso lo que previsiblemente se va a producir una vez culminado el proceso de Bolonia? ¿No se les ha ocurrido pensar a nuestras autoridades que una cosa son los efectos deseados y declarados de una determinada política y otra sus efectos reales?
2. El hecho de que algunas carreras universitarias, y no precisamente marginales -como Medicina, Arquitectura y diversas ingenierías "clásicas"-, hayan quedado fuera del proceso y se las haya privado, en consecuencia, de lo que se anuncia como grandes bienes para las otras, da qué pensar. ¿Acaso los anteriores objetivos no son de aplicación a los futuros médicos, arquitectos e ingenieros? ¿Será quizás que alguien ha considerado -lo que no dejaría de ser un alivio- que hay ciertos riesgos que no conviene correr? ¿O será simplemente que hay algunos gremios que siguen contando con una considerable capacidad de presión?
3. Resulta bastante curioso que la homogeneidad que pretende lograrse en el ámbito europeo vaya a hacerse a base de exacerbar la heterogeneidad entre los diversos planes de estudio (para las mismas titulaciones) de las diversas universidades españolas. ¿Son conscientes, las autoridades ministeriales y los rectores, de cómo se están elaborando los planes de estudio en la mayoría (por no decir en la totalidad) de las universidades públicas españolas? ¿Era eso lo que se pretendía cuando se decidió dar libertad total a las universidades a la hora de configurar titulaciones y de diseñar planes de estudio?
4. Fuentes enteramente fidedignas aseguran que no; que lo único que pretendió el ministerio con esa (irresponsable) decisión fue evitarse problemas. ¿Pero no resulta extraño que políticos de ideología socialista no fueran conscientes de los riesgos de semejante desregulación? Y, en todo caso, a la vista de lo que ha pasado con las políticas de desregulación en el ámbito económico y financiero, ¿no sería conveniente aplicarse el cuento en relación con las universidades? ¿Es tan disparatado pensar que la codicia con que ha obrado tanta gente en el mundo de las finanzas tiene un pendant bastante exacto en el deseo de no perder o de aumentar su poder por parte de los numerosos mandarines universitarios?
5. La aplicación que se está llevando a cabo de la Declaración de Bolonia en muchos países europeos se aleja en aspectos importantes de lo que está ocurriendo en España. Por ejemplo, tanto Francia como Italia, Alemania o Reino Unido -o sea, los países cuyas tradiciones jurídicas solemos tener como referencia- han renunciado a estar en el sistema de Bolonia por lo que se refiere a la carrera de Derecho. ¿Habrá que advertir quizás a estos países del gran error que están cometiendo? ¿O será que se han dado cuenta del hecho elemental de que los estudios de Derecho tienen un carácter marcadamente nacional, de manera que tiene escaso sentido hablar aquí de homologación de estudios? ¿Y no ocurrirá algo parecido en relación con otras titulaciones pertenecientes al campo de las ciencias sociales o de las humanidades?
6. Es casi imposible no pensar que lo que la reforma de Bolonia va a producir en un futuro inmediato, con la sustitución de las licenciaturas por grados, es justamente una degradación de los estudios y de las titulaciones; o sea, los graduados de mañana sabrán menos que los licenciados de hoy y tendrán un título que les abrirá menos oportunidades laborales. ¿O alguien cree que por arte de birlibirloque, aun contando con el concurso de pedagogos y psicólogos, lo que antes se aprendía en cinco años va a poder ahora asimilarse en cuatro? Quedan, claro, los estudios de posgrado, pero ¿cuántas universidades estarán en condiciones de ofrecer títulos de master "competitivos en el mercado laboral"? ¿De verdad se cree que va a ser tan fácil, desde el punto de vista económico, acceder a ellos como hoy lo es acceder a una universidad pública? ¿Han pensado los rectores de muchas, de la mayoría, de las universidades públicas las consecuencias que va a tener la conversión de sus instituciones en colleges (como se sabe, en Estados Unidos, los colleges son centros de educación que, aun siendo universitarios, están a mitad de camino entre nuestras universidades y nuestros institutos de enseñanza media)? ¿Es eso lo que quieren?
7. El gran avance en los métodos de enseñanza que, se supone, significa Bolonia no es otra cosa que una imitación del modelo estadounidense. No cabe duda de que algunas de las universidades de ese país constituyen centros de excelencia en cuanto a la investigación y a la docencia y que, por lo tanto, tiene pleno sentido tomarlas como modelo. Lo que ocurre es que cualquiera que conozca mínimamente esas universidades sabe que la excelencia se debe a los medios de financiación con que cuentan y a otros factores "subjetivos" como la calidad de los estudiantes, la dedicación de los profesores y la "cultura institucional" (que haría imposible, por ejemplo, que pudieran aprobarse titulaciones y planes de estudio como los que se están elaborando en nuestras universidades). ¿Cree el ministerio que todo ello se va a conseguir a golpe de Boletín Oficial del Estado y como simple efecto de "la sana competencia entre universidades"? ¿Ignora, por ejemplo, cómo se están confeccionando -con qué "seriedad"- los apartados "metodológicos" de los planes de estudio?
8. La Declaración de Bolonia fue un mero compromiso que no vincula jurídicamente a los Estados y que se está aplicando de manera muy desigual en los diversos países europeos. A la vista de que es cuando menos plausible que la rápida culminación del proceso en nuestro país puede ocasionar daños graves e irreparables, ¿no sería razonable establecer una moratoria, con independencia de que quienes la están pidiendo desde hace algunos meses sean o no estudiantes "antisistema"?
Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense.

El arbolito de Darwin

Martín Bonfil Olivera
Milenio/1 de abril de 2009

En 1837, regresando de su viaje de cinco años en el velero Beagle, e iniciando las dos décadas que emplearía en pensar sobre la “transmutación de las especies”, Charles Darwin escribió en su cuaderno de notas “Creo que”, y luego dibujó un pequeño esquema ramificado: el primer árbol evolutivo.
En 1859 publicó El origen de las especies, y la única ilustración que incluyó es un árbol más elaborado.
Desde entonces, esa es la metáfora dominante de la evolución: un proceso ramificado en que las nuevas especies surgen a partir de especies preexistentes.
Pero atacar a Darwin es un pasatiempo que pocos pueden resistir, desde fanáticos que intentan prohibirlo hasta biólogos inquietos que pretenden saltar a la fama demostrando que alguna de sus ideas es errónea.
Y claro, hay muchos aspectos en que Darwin se equivocó (su teoría de la herencia, por ejemplo, estaba completamente extraviada). Con el tiempo, la teoría darwiniana de la evolución por selección natural se ha corregido, completado y refinado. Aun así, sigue siendo la columna vertebral del pensamiento evolutivo moderno.
Recientemente la revista New Scientist publicó un artículo que causó revuelo, pues afirmaba que el descubrimientos de la “transferencia lateral de genes” (no de padres a hijos, sino como la que ocurre cuando dos bacterias intercambian genes de resistencia a antibióticos, o cuando un virus nos inyecta genes de otra especie, como ha ocurrido muchas veces en la evolución humana) dan al traste con la imagen de la evolución como un árbol.
Pero evolución de genes no es lo mismo que evolución de especies. Efectivamente, la cosa no es tan sencilla como la pintó Darwin, y en ciertos aspectos se parece más a una red confusa que a un pulcro árbol.
Hay ramas que se conectan extrañamente unas con otras (como cuando ciertas bacterias entraron a células antiguas para convertirse en mitocondrias y cloroplastos).
Quizá el árbol tenga más de una raíz (hay evidencia de varios “orígenes de la vida” que luego se conectaron).
Tal vez la metáfora del árbol cambie, o se sustituya por una red. Pero de ahí a proclamar “el fin de Darwin” o la gran revolución de la biología hay mucho trecho.
lacienciaporgusto.blogspot.com
mbonfil@servidor.unam.mx

La transa

Carlos Ornelas
Excélsior/1 de abril de 2009

En la conferencia anual de la Sociedad de Educación Comparada e Internacional, celebrada la semana anterior en Charleston, Carolina del Sur, Romualdo López Zárate, en nombre del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, mostró el enojo de ese consejo por la firma de la Alianza por la Calidad de la Educación. Afirmó que la ACE constituye la abdicación del gobierno federal a conducir la educación básica. Abdicar es un verbo de connotaciones fuertes, y me parece correcto. Pero si con la ACE ya hubo abdicación, ¿cómo calificar los hechos de la semana pasada? El gobierno de Felipe Calderón va más allá de entregar la educación a los dirigentes del SNTE.
El 26 de marzo, la Secretaría de Gobernación anunció que el gobierno otorgaba un incremento de salario global de 6.8% a los maestros, además de 12% a la mayoría de los docentes de la Zona Económica 2 (por lo que en la jerga del sector educativo se conoce como rezonificación). Además, este año se abrirán cerca de 30 mil plazas nuevas (contra ocho mil y pico del año pasado), cuando en 2007 hubo un desvío de mil 690 millones de pesos para comisionados sindicales (ver el reportaje de Lilian Hernández, Excélsior, 30 de marzo de 2009). Un incremento generoso en todo sentido. Es difícil concebir que se requiera esa cantidad de plazas nuevas cuando hay casi 120 mil maestros comisionados.
Eso es grave, lo mismo, que el anuncio se haya hecho en Gobernación y no en la SEP. Acaso el Presidente prepara el terreno para conceder a su aliada, Elba Esther Gordillo, la cabeza de la secretaria de Educación Pública. Eso ya no sólo es abdicación, sino una transa en la que pierden el Estado y la sociedad; los únicos que ganan son los miembros de la camarilla que se apoderó del SNTE y de la Subsecretaría de Educación Básica. Para nadie es un secreto que la señora Gordillo quiere a Josefina Vázquez Mota fuera de la SEP; la secretaria es el freno único a la ambición sin medida de la dirigente sindical.
Parece que la estrategia que elaboraron los dirigentes sindicales les está funcionando, gracias a la munificencia del Presidente. Ellos querían colocar a la secretaria como el jamón del sándwich y, a juzgar por los símbolos que se manejan en estos días, lo están logrando. Elba Esther Gordillo acuerda con el Presidente y su yerno presiona desde adentro de la SEP. Este año, el SNTE dirigió su pliego de peticiones a Calderón, no a la jefa de esa secretaría, como era la tradición, y la respuesta la da el titular de Gobernación (además, dos meses antes de la fecha habitual). Eso acrecienta los rumores de que el Presidente prepara la salida de Vázquez Mota de la SEP. ¡Y vaya que son intensos esos bisbiseos!
Una de esas murmuraciones señala que Vázquez Mota se cansó de batallar con el SNTE y de los insultos que le prescriben sus dirigentes. Por eso quiere ir a la Cámara de Diputados y ser la coordinadora de la bancada. No se puede descartar esa conjetura, pero no me la creo. Ella ha puesto energía inusitada para colocar la “agenda educativa” (como le llama a su proyecto) en los medios y en la prensa, se tomó en serio las apuestas de la ACE, tendió puentes con gobernadores y el sector privado, en fin, muestra una firme vocación de poder. La SEP le sienta bien, según parece, a pesar de las majaderías que le dirigen sus adversarios.
Me parece más creíble la hipótesis alterna. El presidente Calderón quiere mantener a cualquier precio su pacto político con la dirigente sindical. Tal vez sacrificar a JVM no le parezca mal, ella no es de su círculo cercano, tiene carrera propia y, para el malestar presidencial, es de las pocas figuras del PAN que aparece en las encuestas, sólo después de Santiago Creel, otro desapegado del Presidente.
Tal vez JVM no era la mejor opción para la SEP (quizá nadie del PAN); sus antecedentes y ambiciones apuntaban para Gobernación. Pero el Presidente la puso allí y no previó la presión de Gordillo. Hoy enfrenta el dilema. Si confirma a Vázquez Mota, su arreglo electoral con el Panal se puede venir abajo, con todo y las canonjías que le concede al SNTE. Y, si la inmola, sabremos que le entrega la educación a la señora Gordillo, aunque después él quiera lavarse la cara diciendo que Vázquez Mota renunció.
¡Qué mal anda este país! Muchos interpretamos que la candidez de Vicente Fox hizo crecer a Gordillo y pensamos que un político profesional como Calderón no se dejaría engañar, que le pondría límites a ese poder. Pero nos equivocamos. No le opone barreras al SNTE, le ofrece incentivos (a costa del erario, como en los tiempos del PRI), con la esperanza de que le salve las elecciones. Si el Presidente despide a Vázquez Mota para satisfacer afanes mezquinos nada salvará a la educación de su debacle. Si lo hace, no será por ignorancia y, aunque coloque allí al mejor de sus amigos, la medida creará efectos perversos.
Retazos
Se equivoca el Presidente al confiar en Gordillo. Su camarilla transó a Fox, antes a Zedillo y a Salinas. También a él lo transará.
Carlos.Ornelas10@gmail.com

Buen chiste


Helguera
La Jornada/1 de abril de 2009

Según las pruebas, Díaz Ordaz planeó solo la matanza de 1968, arguyen jueces

Alfredo Méndez
La Jornada/1 de abril de 2009

Los dos tribunales federales que en días recientes otorgaron la libertad con las reservas de ley al ex presidente Luis Echeverría Álvarez, coincidieron en que las pruebas aportadas por la Procuraduría General de la República (PGR) perfilan a un solo presunto responsable del genocidio ocurrido el 2 de octubre de 1968: Gustavo Díaz Ordaz, antecesor de Echeverría en la Presidencia de la República.
En las resoluciones del quinto tribunal colegiado y del segundo tribunal unitario, que por primera vez se hacen públicas y a las que tuvo acceso La Jornada, se concluye que “el entonces presidente (Díaz Ordaz) preparaba una respuesta contundente para frenar el movimiento estudiantil de esa época, que ya había originado un número considerable de enfrentamientos con las fuerzas policiacas, pues así lo anunció el entonces mandatario (en su cuarto Informe de gobierno)”.
Utilizando la misma redacción los fallos agregan: “se aprecia que el temor del gobierno federal de aquel entonces era que se estropeara la celebración de los Juegos Olímpicos, que se inauguraron el 12 de octubre de 1968, lo cual sin duda revela que el entonces titular del Ejecutivo federal preparaba una respuesta contundente para poner fin al movimiento estudiantil”.
Según los impartidores de justicia, la PGR no pudo demostrar que Echeverría Álvarez, entonces secretario de Gobernación, fuera presunto responsable de los hechos de 1968 o tan siquiera cómplice de su entonces jefe, el presidente de la República en turno, pues si bien había en su contra al menos 10 denuncias de víctimas del acto genocida, “sólo se trató de apreciaciones personales y subjetivas de los dicentes, pero no se presentó una sola documental que demostrara que Gustavo Díaz Ordaz le hubiera dado instrucciones al indiciado (Luis Echeverría) para exterminar el movimiento estudiantil”.
Lo que sí está comprobado, señalan las dos resoluciones, es que con las pruebas aportadas por la autoridad ministerial, entre ellas el video denominado Operación Galeana, “se concluye que había la intención del presidente de la República de exterminar al grupo estudiantil. Lo anterior se robustece en una parte del Informe de gobierno pronunciado por Díaz Ordaz, en la que expresa: ‘asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política, histórica, por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado’ (1968)”.
Asimismo, agregaron los magistrados: “El presidente afirmó con posterioridad, en una conferencia de prensa, lo siguiente: ‘de lo que estoy más orgulloso de esos seis años es de 1968, porque me permitió servir y salvar al país, les guste o no les guste, con algo más que horas de trabajo burocrático, poniéndolo todo: vida, integridad física, horas, peligro, la vida de mi familia, mi honor, el paso de mi nombre a la historia, todo se puso en la balanza. Afortunadamente salimos adelante y si no ha sido por eso, usted no tendría la oportunidad, muchachito, usted no estaría aquí preguntando’”.
Ambos tribunales de circuito, el primero integrado por tres magistrados y el segundo por un juez unitario, narran con detalle, en sendas resoluciones de más de 4 mil fojas, lo sucedido el 2 de octubre de 1968.
Según los cuatro juzgadores federales está acreditado en autos judiciales que el Ejército Mexicano fue “confundido” por las autoridades gubernamentales de aquella época, con la “clara intención” de que el 2 de octubre de ese año “se iniciara una balacera, un fuego cruzado con elementos del llamado Batallón Olimpia (…) Esto fue para exterminar al grupo nacional estudiantil”.
Los tribunales también rechazaron la versión oficial que en su momento dio el gobierno mexicano respecto de que tras la balacera ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas, hace 41 años, fallecieron únicamente 38 personas.
Al respecto, el quinto tribunal colegiado indica: “se acreditó que efectivamente se causó la muerte de por lo menos 38 personas reconocidas por el gobierno, pero en realidad fueron un grupo considerable de ellas, entre las que se encontraban estudiantes, maestros, simpatizantes del movimiento estudiantil y vecinos del lugar”.
Mientras, el segundo tribunal unitario concluyó: “el sujeto activo del delito de genocidio, mediante el uso de armas de fuego, privó de la vida a miembros y simpatizantes del grupo nacional denominado movimiento estudiantil del 68, dirigido en ese momento por el Consejo Nacional de Huelga; víctimas que en cantidad se estiman de 150 a 300 personas”.
En otro orden, ayer, en entrevista con este diario, el ex dirigente estudiantil y uno de los denunciantes de estos hechos, Raúl Álvarez Garín, sostuvo: “no van a poder con nosotros estos poderosos que se coludieron para dar la libertad a Echeverría”.
Sorprendido por las recientes resoluciones judiciales que regresaron la libertad al ex presidente, añadió: “de una vez le digo a todos que no nos vamos a dejar. Si no quisieron vernos ni oir nuestros reclamos de justicia, ahora van a olernos. Vamos a ir a tirar basura a la entrada de la Suprema Corte, de los tribunales, de Gobernación, de la PGR y de la casa de Echeverría”.
A partir de ahora, destacó, les cambiamos el tono cordial y de respeto a las instituciones por el de la protesta social, porque “de ninguna manera vamos a dejar que archiven este juicio (contra el ex presidente). Echeverría no está absuelto, no está libre de responsabilidad, todavía la Procuraduría General de la República puede y debe actuar en su contra”.

Adiós a la privacidad

Arnoldo Kraus
La Jornada/1 de abril de 2009

En 1938, cuando se transmitió por radio la adaptación que hizo Orson Welles de la novela La guerra de los mundos, de H. G. Wells, casi inmediatamente, incluso antes de acabar la serie, familias enteras en Nueva York y en Nueva Jersey abandonaron despavoridas sus hogares, cubriéndose el rostro y la cabeza con lo que tenían a la mano. Muchas personas fueron presas de tal pánico que incluso olvidaron cerrar sus hogares. Las estaciones de camiones y de trenes se saturaron y fueron insuficientes. Se ignora cuántas personas fueron arrolladas por la masa pero se dice que fueron “cientos”.
El pánico se debía a que los marcianos no tenían un aspecto muy amigable. Orson Welles afirmó que poseían tentáculos y que eran criaturas grandes, mayores que osos, y que brillaban como el cuero húmedo. “Los ojos son negros, la boca tiene forma de V y les cuelga una saliva repugnante”, aseguró.
Orson Welles fue uno de los grandes actores de todos los tiempos. Sus lecturas eran magistrales. Los escuchas se sentían atrapados por su magia. Lograba que la vieja fórmula que asegura que la ficción no respeta la realidad adquiriese cartilla de veracidad. Para muchos radioescuchas la amenaza de los marcianos y la vigilancia a la que los sometían los seres extraterrestres fue suficiente para lanzarse a la calle y así escapar del acecho y de la vigilancia.
La vigilancia como parte de la ficción es bienvenida. Los lectores son los responsables de la lectura y de las acciones que surjan de ella. La vigilancia, como realidad de la vida, es detestable. La intromisión en la vida de las personas en intolerable. La pérdida de la privacidad es una de las características más desagradables de nuestros tiempos. Escribí acerca de la ficción y del terror generado por la lectura de Welles como pretexto para cavilar en las razones por las cuáles el escritor y profesor Luis Leante se rebeló contra la videovigilancia, y como excusa para cavilar sobre el cerco público que atenaza la privacidad de las personas.
Leo en El País (6/3/09): “Harto de sentirse grabado sin su conocimiento, el profesor Luis Leante estalló y arrancó de cuajo las tres cámaras de vigilancia instaladas en el instituto El Pla de Alicante donde imparte clases de latín. El arrebato le acarreó al ganador del premio de novela Alfaguara una noche en los calabozos de la comisaría”. La noticia explica que las cámaras se instalaron para evitar hurtos y actos de vandalismo.
Las cámaras, por supuesto, cumplieron su cometido: grabaron al profesor mientras arrancaba las cámaras, no cuando enseñaba latín. Me imagino que Leante no habría actuado de esa forma si el propósito hubiese sido filmar la clase para luego distribuirla y estudiarla. Me imagino también que su ira habría sido menor si acaso existiese “una ética de la videovigilancia”.
La vigilancia se ha convertido en sello de nuestros tiempos. Hay cámaras por doquier, la mayoría escondidas. Algunas de las razones que motivan su instalación se entienden, aunque no del todo. En los bancos, por ejemplo, las cámaras protegen a los banqueros y un poco a los usuarios; no protegen del todo a los cuentahabientes, porque a los banqueros, que roban bastante y sin cesar, las cámaras sólo los filman cuando ellos lo disponen. Otro ejemplo: en las oficinas de policía, seguramente en la mayor parte del mundo, la videovigilancia es selectiva: no se muestran las atrocidades que comete la policía, sólo las declaraciones y los actos de los reos.
Los teléfonos viejitos y los celulares, las huellas digitales en las aduanas, las credenciales cuando se entra en edificios habitados por ricos o de gobierno, el alto riguroso y la presentación de identificaciones ad hoc cuando se transita por calles cerradas, así como los lindos guardaespaldas que registran hasta el último suspiro de los posibles enemigos son también elementos utilizados para que ciertos seres humanos vigilen a otros seres humanos. Ejemplo de vigilancia telefónica fue la trampa que tendió el viejo Fidel Castro al novato Vicente Fox cuando el segundo le sugirió que mejor no acudiese a una de las tantas Cumbres (con mayúscula) que los latinoamericanos organizamos para decretar el fin de la pobreza; otro ejemplo es el de Mario Marín, ilustre gobernador poblano, quien vía telefónica expuso sus repugnantes ideas en relación con niñas y adolescentes.
La pérdida de la privacidad y la irrespirable vigilancia, tal y como le sucedió a Leante, es producto de los muchos tropiezos de la condición humana. Esa pérdida puede llegar a convertirse en enfermedad. El problema es doble: atenta contra la libertad de las personas y es utilizada por el poder para perpetuar sus designios. Nefanda combinación.
A Marcial Alejandro, un hombre que se preocupaba por los seres humanos.

Más de lo mismo: Heriberto Grijalva, nuevo rector de la Unison

Ignoraron opinión de universitarios del sistema Nacional de Investigadores

José Luis Jara
Dossier Politico/31 de marzo de 2009

La Junta Universitaria echó humo blanco, por decirlo de alguna manera, pues anunció que el doctor Heriberto Grijalva fue designado el sucesor de Pedro Ortega en la rectoría de la Universidad de Sonora.
Los integrantes de este órgano de gobierno, prácticamente celebraron sus reuniones en una especie de salto de mata. O mejor dicho de salto de hotel en hotel, pues cada día celebraba sus reuniones en salones de diferentes de hoteles de la localidad.
Durante las horas en que la junta celebraba su reunión, en la universidad de Sonora corrían y saltaban rumores, enfocados en su mayoría, a supuestos sucesos que ocurrieron durante la entrevista que sostuvo cada uno de los nueve candidatos con los 15 miembros de la Junta Universitaria.
La mayoría de esos rumores se encargaron de hacer la crónica de una designación ya anunciada en los hombros del candidato principal de la actual administración.
Heriberto Grijalva, con grado académico de doctor, fue al final de la sesión de la junta el que resultó designado, en un proceso en el que se mantiene el hermetismo en el máximo órgano de gobierno de la Universidad de Sonora.
Al concluir la sesión, el presidente de la Junta Universitaria, Roberto Gómez del Campo Laborin, ofreció una rueda de prensa en compañía de otros integrantes de esta estructura universitaria.
Ellos no hablaron, ni respondieron a las preguntas de los reporteros. Sólo Gómez del Campo habló y dijo que después de llevar a cabo un proceso de auscultación entre la comunidad de esta casa de estudios y entrevistas que realizaron a cada uno de los nueve aspirantes, la Junta Universitaria designó al doctor Heriberto Grijalva como el nuevo rector de la Universidad de Sonora.
Gómez del Campo leyó un comunicado en el que señala que “la Junta Universitaria de la Universidad de Sonora nombró rector de la institución al doctor Heriberto Grijalva Monteverde para el período del 16 de junio de 2009 al 15 de junio de 2013.
Heriberto Grijalva es oriundo de ciudad Obregón y para la junta universitaria fue el que presento un plan de desarrollo idóneo para la institución, así como se consideró que cuenta con el perfil adecuado desde el punto de vista profesional y académico.
Grijalva Monteverde –abundó- presentó y expuso un plan de trabajo viable para la superación institucional y que cuenta con perfil idóneo para desempeñarse como rector, como lo demuestra su conocimiento, experiencia, trayectoria académica y profesional.
En la rueda de prensa, Gómez del Campo Laborín se abstuvo de precisar la información sobre los votos que emitieron los integrantes de la Junta Universitaria. Se limitó a decir que de los 15 integrantes de la junta, Heriberto Grijalva obtuvo los votos necesarios para ser rector.
-¿10 votos? –se le preguntó.
-Más –respondió.
Señaló que el sucesor de Pedro Ortega rendirá protesta como rector el próximo mes de junio ante la Junta Universitaria.
Uno de los reporteros preguntó:
-¿Puede la comunidad tener la confianza de que se designó al mejor?
Gómez del Campo respondió:
-El proceso pudo llevarse con todo el rigor y la certeza, apegado a la legalidad que nos permite afirmar positivamente su pregunta.
-¿Fue difícil llegar a un acuerdo? –preguntó una reportera.
-Fue un ejercicio hecho con toda pulcritud, tanto por los entrevistados como por los entrevistadores.
-¿Cuál fue el mecanismo para designar al nuevo rector?
-Fue una mecánica donde se va sacando un consenso de mayoría. Hay un proceso en el cual se tiene que ir reduciendo la lista, porque es donde se va notando las diferencias de quién tiene más posibilidades.
-¿La elección del rector fue por votación entre los miembros de la Junta?
-Fue por mayoría
-¿Cuántos votos tuvo?
-Fue por mayoría…
-¿Las dos terceras partes votaron por él?
-Mínimo 10, que es lo que se plantea para elegir al rector.
-¿Fueron 10 votos para Grijalva?
-Poquito más.
-¡Y menos de 15! –afirmó con cierto escarnio otro periodista.
Entonces, Gómez del Campo asentó: “Sí, menos de 15”.
-¿Qué miembros de la junta votaron por Grijalva?
-Creo que es un dato más de curiosidad. Pero fue por mayoría. No fue por unanimidad.
-Pero deberíamos saber quiénes votaron y por quién votaron… no le parece?
-Esa información está reservada para la junta.
-Pero por transparencia deberíamos saber.
-No lo contempla la ley –respondió-
-Pero tampoco la ley lo prohíbe –se le atajó.
Sin embargo, por más preguntas que se hicieron, Gómez del Campo no quiso dar esa información.
-Unos maestros opinan que el grupo que está en el poder impuso a su candidato…
-No. Todo lo que ha pasado es lo que todos conocen. Justamente, antes de que iniciara este proceso se empezó a decir que había un favorito. Pero no le prestamos atención.
-¿Cuál fue la valoración de la Junta sobre el respaldo que tuvo Zarina Estrada de parte de los principales investigadores de la universidad?
La respuesta de Gómez del Campo fue:
-Creo que tuvimos conocimiento de eso. No nos adentramos porque hubo muchas manifestaciones y nosotros prácticamente las ignoramos las que salieron en la prensa, la radio porque era imposible estarlos monitoreando.