jueves, 20 de mayo de 2010

Autoengaño

Carlos Ornelas
Excélsior/19 de mayo de 2010

Nuestra capacidad para el autoengaño no tiene ningún límite conocido.
Michael Novak



Según un artículo del Skeptic’s Dictionary, “El autoengaño es el proceso o el hecho de engañarse para validar como verdad lo que es falso o inválido. El autoengaño, en breve, es una manera de alinear creencias falsas a nosotros mismos”. Tengo la impresión de que eso le pasa al presiente Calderón cuando hace referencia a la Alianza por la Calidad de la Educación, al Sindicato Nacional de Trabajadores de ese sector y a su presidenta vitalicia, Elba Esther Gordillo. Tal vez él desea que sus dichos sean verdades y por eso le concede todo a la señora Gordillo, hasta la aceptación de que sea ella, no el Presidente, quien inspiró y guía la ACE.

El sábado pasado la nación felicitó a los maestros en su día. El presidente Calderón y su secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, festejaron a la señora Gordillo y a la cúpula del SNTE. Hubo elogios mutuos y se colocó a la ACE muy cerca del Olimpo. El presidente Calderón afirmó que la ACE ya terminó con la venta y herencia de plazas: “No ha sido fácil, porque nos ha tocado enfrentar enormes resistencias, inercias, intereses y, también, una enorme incomprensión” (ver la nota de Lilian Hernández, en Excélsior, del 16 de mayo).

¿Que ya no hay venta ni herencia de plazas? Eso es autoengaño (o ignorancia de las chapuzas del SNTE, lo que sería peor). El Presidente habló de voluntad política y aseguró que, a pesar de que la reforma a la carrera magisterial no avanza, el gobierno y el sindicato la sacarán adelante.

Antes del discurso del mandatario, la señora Gordillo ya le había leído la cartilla. Ella aseguró que en la ACE el sindicato es mano; incluso agradeció al Presidente su apoyo. Expresó sin ambages que es ella y no él, quien lidera: “Al inicio de su gobierno, señor Presidente, le propusimos una profunda reforma educativa que más tarde se convirtió en la Alianza por la Calidad de la Educación ... propuesta impulsada por el SNTE ...” (Reforma, 16 de mayo).

Después, ante los reporteros, la señora Gordillo reviró con rudeza a la amabilidad del secretario Lujambio, quien le solicitó “respetuosamente y afectuosamente a los maestros (se refería a los líderes del SNTE) para que nos acompañen en los esfuerzos que estamos haciendo por perfeccionar nuestra carrera magisterial”. Ella respondió: “El maestro Lujambio tiene mis respetos y consideraciones (nótese el patronazgo), pero él habla cuando lo cree conveniente y una servidora también” (Excélsior, 16 de mayo). Lo que confirma mis sospechas de que la reforma a la carrera magisterial no pasará.

Pienso que lo mismo le va a suceder a la publicación de un padrón nacional de maestros, la demanda de organizaciones civiles que tuvo amplias repercusiones en la prensa y otros medios. Esa exigencia no es arbitraria, todos sabemos cómo se disipan miles de millones de pesos del presupuesto para educación en comisionados políticos y sindicales. Ya no es nada más la demanda de un pequeño grupo de académicos y periodistas ilusos, también, un requerimiento del Congreso. Lujambio, como partidario de la transparencia, se comprometió a que el 30 de junio se hará publico dicho padrón.

Pero me temo que no lo va a cumplir. No es cosa de él: tiene la autoridad para pedir a los gobiernos estatales, mas no poder con el fin de obligarlos. Sospecho que en varios estados (y también en la Administración Federal de Servicios Educativos para el DF) se preparan mecanismos para maquillar los datos, en otros (Oaxaca y Michoacán, por ejemplo), los grupos disidentes no dejarán que se pongan al descubierto las nóminas. Todos los grupos del SNTE, por más declaraciones de buena fe que haga la señora Gordillo, pondrán en juego sus artimañas para ocultar los números de comisionados, las transas con las dobles, triples y más plazas de que disfrutan los dirigentes y sus fieles.

Pienso que las organizaciones que lidera Mexicanos Primero no se autoengañan, saben lo que piden y son realistas; esta vez no obtendrán lo que buscan, pero van a seguir insistiendo. Y, si algún día llegamos a conocer esas cifras, Felipe Calderón ya será ex presidente.

Quizás él seguirá pensando que hizo bien en aliarse con el SNTE. ¡Era la única vía!, acaso se dirá. Sería otra forma de seguir en el autoengaño.

*Académico de la UAM

Carlos.Ornelas10@gmail.com

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