Milenio/18 de marzo de 2009
Ante el escandaloso fraude financiero de Bernard Madoff (no “pirámide”, porque no tenía niveles, sino “esquema Ponzi”: Madoff era el contacto directo de todas sus víctimas) cabe preguntar si no hay casos similares en ciencia.
En su clásico libro El mundo y sus demonios, Carl Sagan explica que “la ciencia requiere del libre intercambio de ideas; sus valores son opuestos al secreto”.
Valores que, añade, comparte con la democracia.
Un sistema así se basa en la confianza. Y donde hay confianza, puede haber fraude. El jueves pasado en este espacio, mi amigo Horacio Salazar platicó cómo un solo científico deshonesto puede poner en jaque a toda una rama de la ciencia (en este caso, la algiología, o estudio del dolor, donde se descubrió que por lo menos 21 artículos especializados de Scott Reuben, reconocido anestesiólogo, contenían datos falsos).
Aunque la ciencia cuenta con mecanismos de control de calidad, como la “revisión por colegas” a que se somete todo artículo antes de ser publicado, es imposible revisar cada detalle. Y como el sistema de evaluación y sueldos de los investigadores exige producir cuantos artículos sea posible (“publicar o morir”), la tentación —y la oportunidad— de hacer fraude siempre existen.
El mismo jueves, el académico Wietse de Vries reflexiona en el suplemento Campus de Milenio sobre la semejanza entre la “industria de las publicaciones académicas”, basada en la confianza, con un esquema Ponzi (nombrado por Charles Ponzi, emigrante italiano que descubrió lo fácil que era hacer fraudes utilizando la confianza de los ciudadanos y las reglas del sistema financiero, que permiten hacerse rico no con dinero, sino con la promesa de dinero, como explicó Carlos Mota el jueves en MILENIO).
Los investigadores, dice de Vries, escriben artículos que sus colegas evalúan (y viceversa); éstos luego citan, en sus propios artículos, los de los demás.
El sistema premia publicaciones y citas: cuantas más haya, mayor beneficio para todos.
No estoy seguro de que la analogía de de Vries esté bien fundada, pero no vendría mal que los científicos revisaran —ya lo están haciendo— sus sistemas de evaluación y de control de fraudes.
lacienciaporgusto.blogspot.com
En su clásico libro El mundo y sus demonios, Carl Sagan explica que “la ciencia requiere del libre intercambio de ideas; sus valores son opuestos al secreto”.
Valores que, añade, comparte con la democracia.
Un sistema así se basa en la confianza. Y donde hay confianza, puede haber fraude. El jueves pasado en este espacio, mi amigo Horacio Salazar platicó cómo un solo científico deshonesto puede poner en jaque a toda una rama de la ciencia (en este caso, la algiología, o estudio del dolor, donde se descubrió que por lo menos 21 artículos especializados de Scott Reuben, reconocido anestesiólogo, contenían datos falsos).
Aunque la ciencia cuenta con mecanismos de control de calidad, como la “revisión por colegas” a que se somete todo artículo antes de ser publicado, es imposible revisar cada detalle. Y como el sistema de evaluación y sueldos de los investigadores exige producir cuantos artículos sea posible (“publicar o morir”), la tentación —y la oportunidad— de hacer fraude siempre existen.
El mismo jueves, el académico Wietse de Vries reflexiona en el suplemento Campus de Milenio sobre la semejanza entre la “industria de las publicaciones académicas”, basada en la confianza, con un esquema Ponzi (nombrado por Charles Ponzi, emigrante italiano que descubrió lo fácil que era hacer fraudes utilizando la confianza de los ciudadanos y las reglas del sistema financiero, que permiten hacerse rico no con dinero, sino con la promesa de dinero, como explicó Carlos Mota el jueves en MILENIO).
Los investigadores, dice de Vries, escriben artículos que sus colegas evalúan (y viceversa); éstos luego citan, en sus propios artículos, los de los demás.
El sistema premia publicaciones y citas: cuantas más haya, mayor beneficio para todos.
No estoy seguro de que la analogía de de Vries esté bien fundada, pero no vendría mal que los científicos revisaran —ya lo están haciendo— sus sistemas de evaluación y de control de fraudes.
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mbonfil@servidor.unam.mx
1 comentario:
Este es otro ejemplo de un fraude multinivel:
http://www.youtube.com/watch?v=oYdPcWjHmRQ&feature=channel_page
Saludos
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