EL PAÍS.com/11 de marzo de 2009
La mayoría de las universidades españolas están optando por elaborar masters oficiales cortos, de un año, "lo que puede convertirse en un serio peligro para su posición internacional", dice el informe sobre la educación superior en España presentado ayer por la Organización para lo Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los países más desarrollados. Se trata de que podría quedar en cuestión la calidad de esos masters.
Con el nuevo esquema que ya se está implantando para homologarse con el resto de Europa (el Proceso de Bolonia), las diplomaturas y licenciaturas serán sustituidas por grados de cuatro años (otros países lo han dejado en tres) y los posgrados se dividen en master (de uno o dos años) y doctorado. Uno de los autores del informe, el experto francés Guy Haug, explicaba ayer que los posgrados serán lo que realmente marcará la imagen internacional de los campus. Además, el informe dice que España debe fijarse como "prioridad" la evaluación de la calidad de los doctorados para facilitar la transición desde el modelo actual, que a veces "no es más que la vinculación entre un profesor y un alumno, sin un programa detrás", dice Haug.
En plena campaña de comunicación del Gobierno y los rectores (ayer presentaron dos webs: www.queesbolonia.es y www.boloniaensecundaria.es) para combatir los movimientos anti-Bolonia, llega este informe de la OCDE que contiene algunas recomendaciones que no les gustarán a los alumnos descontentos. Por ejemplo, la OCDE dice que los campus españoles están demasiado "académicamente dirigidos", y que por eso no responden a las necesidades de la economía y la sociedad actuales. En esa reclamación clásica de que la Universidad se abra a la sociedad y a las empresas, los alumnos ven mercantilización. Sin embargo, la OCDE coincide con los estudiantes en reclamar al Gobierno más esfuerzo en becas y ayudas al estudio.
En general, el informe da una visión positiva de las reformas emprendidas (no todas tienen que ver con Bolonia), con mayores controles de calidad o más autonomía de las universidades para diseñar las carreras. Sin embargo, dice que hay que pisar el acelerador de los cambios, por ejemplo, ampliando la oferta y diversidad de los títulos, o conectando mucho más la FP de grado superior (se pide el Bachillerato para entrar) y los campus.
España, dice Haug, debe insistir en las pasarelas de la FP al campus. "No se trata de que todo sea convalidable, sino que los alumnos tengan claro de antemano qué camino pueden seguir, qué se les convalidará y cómo", añade el experto.
Con el nuevo esquema que ya se está implantando para homologarse con el resto de Europa (el Proceso de Bolonia), las diplomaturas y licenciaturas serán sustituidas por grados de cuatro años (otros países lo han dejado en tres) y los posgrados se dividen en master (de uno o dos años) y doctorado. Uno de los autores del informe, el experto francés Guy Haug, explicaba ayer que los posgrados serán lo que realmente marcará la imagen internacional de los campus. Además, el informe dice que España debe fijarse como "prioridad" la evaluación de la calidad de los doctorados para facilitar la transición desde el modelo actual, que a veces "no es más que la vinculación entre un profesor y un alumno, sin un programa detrás", dice Haug.
En plena campaña de comunicación del Gobierno y los rectores (ayer presentaron dos webs: www.queesbolonia.es y www.boloniaensecundaria.es) para combatir los movimientos anti-Bolonia, llega este informe de la OCDE que contiene algunas recomendaciones que no les gustarán a los alumnos descontentos. Por ejemplo, la OCDE dice que los campus españoles están demasiado "académicamente dirigidos", y que por eso no responden a las necesidades de la economía y la sociedad actuales. En esa reclamación clásica de que la Universidad se abra a la sociedad y a las empresas, los alumnos ven mercantilización. Sin embargo, la OCDE coincide con los estudiantes en reclamar al Gobierno más esfuerzo en becas y ayudas al estudio.
En general, el informe da una visión positiva de las reformas emprendidas (no todas tienen que ver con Bolonia), con mayores controles de calidad o más autonomía de las universidades para diseñar las carreras. Sin embargo, dice que hay que pisar el acelerador de los cambios, por ejemplo, ampliando la oferta y diversidad de los títulos, o conectando mucho más la FP de grado superior (se pide el Bachillerato para entrar) y los campus.
España, dice Haug, debe insistir en las pasarelas de la FP al campus. "No se trata de que todo sea convalidable, sino que los alumnos tengan claro de antemano qué camino pueden seguir, qué se les convalidará y cómo", añade el experto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario