jueves, 24 de julio de 2008

Se nos está yendo de las manos

Por María Elena Carrera

Considerado como un espacio natural de protección, la familia se ha vuelto vulnerable. En ella, a diferencia de lo que sucedió posterior a los años setentas del S. XX , se desarrollaban y fortalecían los seres humanos. La familia era un refugio donde las personas encontraban a través del afecto y cuidado; casa, vestido, educación y sustento además de inculcar cuáles eran las reglas básicas de la convivencia. Es verdad que esta aseveración tan generalizada, no refleja por supuesto la complejidad de la realidad pues en todas las épocas de la historia de la humanidad, la familia es y ha sido un núcleo que no se sustrae a los graves problemas de pobreza, rezago, guerra, etc. que viven los países y sus gobiernos.
Sin embargo hoy día el impacto que tienen en las familias las decisiones de sus gobiernos ha roto en buena parte ese tejido social básico, y los problemas a los que se enfrenta son cada vez más difíciles de sortear porque impactan en su propia integridad.
Tal es el caso del terrible delito de la trata de personas que, sumado al narcotráfico y tráfico de armas, se registra ya como el tercer “negocio” más lucrativo de nuestro planeta. Cifras conservadoras nos dicen que para la delincuencia organizada, la trata de personas genera alrededor de 320 millones de dólares.
La trata de personas es un delito que consiste en utilizar a una persona con fines de explotación en provecho propio o de un tercero, haciendo uso de la coerción o la limitación a su libertad individual. La trata de seres humanos es considerada como una forma de esclavitud moderna y una de las peores violaciones a los derechos humanos.
A través de este ilícito al ser humano se le convierte en un objeto que puede ser comercializado, y éste es un fenómeno extendido en el mundo que atenta contra la dignidad de las personas ya que a través de la fuerza, coacción, el rapto, el fraude, el engaño una persona es explotada sexualmente, es sometida a trabajos forzados ó esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
Todo este marco conceptual y jurídico fue abordado recientemente en el primer Foro Binacional sobre trata de personas, al cual fui invitada como Coordinadora de Mujeres y Punto en el Estado de Sonora. Evento que fue cubierto por Dossier con una responsabilidad periodística y de calidad inigualable a través de sus reporteros.
Pero algo que a mi en lo particular me parece fundamental destacar es precisamente que, una vez más es en el propio seno de la familia y esto dicho por los conferencistas y especialistas en el tema que fueron invitados al Foro, insistieron en que independientemente de la vulnerabilidad económica y la pobreza que sufren las familias es en ella donde se vive la violencia de manera cotidiana y a ella escapan, a través de muchas rutas algunos de sus integrantes y son los más jóvenes y los niños y las niñas.
En este punto me centro para expresar nuestra preocupación ya que todo el recurso económico que se destina para “enfrentar” a la delincuencia organizada no tendrá éxito mientras no se perfilen y decidan políticas públicas a favor de las familias. Para empezar, el apoyo a las mujeres madres y cabeza de millones de familias en el País y en el Estado de Sonora: horarios extendidos en las escuelas públicas, horarios laborales coordinados a los escolares que les permitan establecer y fortalecer una relación mas estrecha entre sus integrantes, entre otros.
Tenemos que “blindar” a las familias para que puedan hacer frente a todos los retos que se le presentan entre otros el consumo excesivo de alcohol en jóvenes así como el uso de drogas…pero acusándola y responsabilizándola no se logra mucho, sino estableciendo los apoyos.
Muy grave y todavía rodeado de silencio está creciendo y se nos está yendo de las manos “la moderna esclavitud”; poner el tema en la mesa es necesario y alertar sobre la manera en que operan las redes de trata de personas es urgente.
Y para cerrar unos datos: El departamento de estado de Estados Unidos de Norteamérica estima que anualmente un mínimo de 700 mil personas son víctimas de trata de seres humanos y que la cifra puede exceder los dos millones de personas; la ONU nos habla de 4 millones de personas “atrapadas” en esas redes donde participan hoteleros, taxistas, familias, enganchadores, y por supuesto autoridades que se “dejan sobornar”.
La ciudadanía debe poner atención y cuidado a todo lo que está sucediendo.

MARÍA ELENA CARRERA
COORDINADORA DE MUJERES Y PUNTO, SONORA

Tomado de: DOSSIER POLITICO/www.dossierpolitico.com
En columnas, encontrarás esta nota de María Elena, es su primer participación como columnista.

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