jueves, 13 de mayo de 2010

Arizona sin educación

Fernán A. Osorno H
fernanosorno@elhablador.com.mx

La ley antiinmigrante SB1070 ha generado rupturas en todos los sectores sociales, incluso en la educación. En cuanto a las relaciones con México, la UNAM y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) han sido las primeras instituciones públicas en manifestar su indignación ante la norma aprobada en Arizona, en Estados Unidos, al interrumpir programas de intercambio con la Universidad de Arizona.

¿De qué sirve que las universidades respondan a las acciones emprendidas por el gobierno de Arizona? Esta medida de solidaridad con los inmigrantes por parte de las universidades representa su compromiso con la sociedad mexicana, trascendiendo las barreras fronterizas. El objetivo material es unirse a las empresas privadas y estatales que declarado el boicoteo del desarrollo económico de Arizona. Sin embargo, en lo simbólico, el problema se agudiza.

El peligro que enfrentan los estudiantes mexicanos y latinoamericanos de ser discriminados y perseguidos por las autoridades en el marco de la nueva ley —que criminaliza a cualquier persona que, ante su apariencia de inmigrante, no pueda comprobar su situación legal en el país con documentos, ante la sospecha de cualquier policía—, representa una situación inaceptable para cualquier acuerdo de intercambio universitario. Ése será el escenario para cualquier persona con fenotipo latinoamericano, no importa si eres estudiante o trabajador explotado, aunque las autoridades de la Universidad de Arizona digan lo contrario.

La educación para los inmigrantes en el estado de Arizona pasa por momentos críticos en todos los niveles. Por eso, no ha sido gratuita la declaración de la Secretaría de Educación Pública (SEP) al preparase para la recepción de mexicanos que han comenzado a regresar a casa, para incorporarlos a todos los niveles de educación pública. En el ámbito de la educación básica, podría ser el de mayor demanda, si se consideran las medidas que ha tomado el Departamento de Educación de Arizona hacia algunas localidades fronterizas en esa entidad. Como es el caso del distrito escolar El Ajo, al cual las autoridades estatales le exigen la retribución de más de un millón de dólares por haber utilizado dinero público para la educación de mexicanos que cruzaban la frontera diariamente para recibir educación.

En este sentido, cabe una pregunta: ¿por qué la SEP no se había movilizado, antes del actual caos desatado por la ley antiinmigrante, para integrar a estos alumnos mexicanos que cruzaban la frontera a diario para alcanzar las aulas? Al parecer, independientemente de la ley aprobada, el escenario educativo para los más jóvenes era deprimente y ha sido desatendido. Encima de todo, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) anunció que prevé el abandono de 60 mil menores por padres que se ven obligados a regresar a México, sólo en Arizona, ante la nueva ley —25 mil fue la cifra del año pasado—, los cuales, a juzgar por las acciones del Departamento de Educación de Arizona, no están siendo considerados dentro de los planes de desarrollo.

Migración como estrategia electoral
A un lado de los reclamos generados por las autoridades de gobierno de ciudades como San Francisco, hasta la presidencia de Estados Unidos, también crecieron aquellos simpatizantes de la postura antiinmigrante. Algo tendrá que ver con el hecho de que éste es un año de suma importancia para el electorado estadunidense, pues en noviembre se llevarán a cabo las elecciones del Senado, y los medios alineados al poder conservador de dicho país han comenzado su campaña.

Aunque desde mediados del siglo pasado, los medios de comunicación se han jactado de ser pieza fundamental para el desarrollo democrático de dicho país, hoy la opinión pública comienza a cuestionar qué tanto están ayudando a libre flujo informático. Gracias a posturas radicales por parte de magnates de las telecomunicaciones como Rupert Murdoch, que dirige al canal Fox, hoy temas de identificación conservadora como la visión antiinmigrante y el rechazo del socialismo de Obama son utilizados para polarizar a la opinión pública.

Tomando como excusa a millones de mexicanos que residen en el otro lado de la frontera, el aparato de poder conservador ha puesto en marcha su campaña electoral. El diario Los Angeles Times publicó un artículo titulado “Gracias a Arizona”, argumentando que con la aprobación de la ley antiinmigrante ahora la tan aclamada reforma quizá deberá ser abordada por fin en el Congreso. Aunque ello ponga por encima a cuestiones de derechos humanos, Arizona se alegra de tomar la batuta. Sin educación, seguirá el camino del odio racial.


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