miércoles, 5 de mayo de 2010

Televisa, el gran negocio

Jenaro Villamil
Proceso/4 de mayo de 2010

El negocio más importante de telecomunicaciones de este año --y quizá del sexenio-- iniciará esta semana su periodo final: entre el 6 y el 7 de mayo, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) recibirá las ofertas de las empresas que participarán en las licitaciones para telefonía móvil con servicios de banda ancha.

Se trata del arranque del cuádruple play en México y que convertirá al ganador de esta pugna por las bandas 1.7 y 1.9 Ghz en el consorcio más importante para dar servicios de Internet, audio, video y telefonía móvil.

Desde la discusión del Presupuesto de Ingresos de 2010, en octubre del año pasado, fue un escándalo sin mayores consecuencias políticas que la mayoría de diputados y senadores aprobara exentar durante dos años el pago de derechos al ganador de la licitación de estas bandas del espectro radioeléctrico.

Sin embargo, quedó muy claro que esta condonación fiscal –estimada en más de 5 mil 600 millones de pesos-- beneficiaba al nuevo competidor de la telefonía móvil en México: Televisa.

Y para confirmar esta apreciación, el 16 de febrero de este año, Televisa anunció una alianza con Nextel por mil 600 millones de dólares para que ambas compañías pugnaran por obtener hasta 80 Mhz en la licitación de esta banda.

Así, se tomaba en cuenta que Nextel era la única compañía que podía rivalizar con Televisa en alcanzar esta licitación.

Por ese motivo, el vicepresidente de Finanzas de Televisa, Alfonso de Angoitia, artífice de la transformación del consorcio televisivo en un conglomerado de telecomunicaciones, advirtió que la compra de hasta 30% de Nextel sólo se concretaría si la empresa que controla 70% de las frecuencias de televisión abierta concesionada ganaba también la licitación de telefonía móvil convergente con banda ancha.

Finalmente, la sociedad entre Televisa y Nextel fue autorizada por la Comisión Federal de Competencia (CFC). Y desde ese momento quedó claro que todo estaba preparado para incrementar el emporio de Televisa.

Para marzo de este año, de las 27 empresas que se inscribieron en la licitación anunciada por Cofetel, 20 renunciaron a la puja.

Según la Cofetel, sólo quedarán en la recta final las siguientes empresas:

--Radio Dipsa, filial de Telcel, propiedad de Carlos Slim, que sólo puede aspirar a un máximo de 10 Mhz.

--Telefónica Movistar, la filial de la empresa española Telefónica, dirigida en México por el exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz. Esta empresa sólo puede aspirar a un máximo de 30 Mhz y los especialistas especulan que no peleará más porque la licitación de la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está orientada para beneficiar a la compañía ibérica.

--Grupo Salinas, del dueño de Unefon, Iusacell y Televisión Azteca, que rompió lanzas contra la licitación al denunciar que las bases constituían “un regalo para Televisa”.

--Megacable, la tercera compañía más grande de televisión por cable en México, asociada a Televisa en el cartel de cableras conocida comercialmente con el nombre de Yoo. Se maneja la posibilidad de que esta compañía establezca una alianza con el Grupo Hevi.

--Axtel-Avantel, las dos telefónicas asociadas que pretenden enfrentar a la ‘mega-alianza’ Televisa-Nextel, y al gigante de Telcel.

--Y Nextel-Televisa, la alianza más importante que se ha anunciado en los últimos tres años.

Si Televisa y su socio Nextel salen beneficiados, se confirmará entonces lo que desde el año pasado era muy claro: el gobierno de Felipe Calderón optó por su alianza de mutuo beneficio con la empresa de Emilio Azcárraga Jean para garantizar una cobertura mediática favorable hacia el 2012.

Este fenómeno explica también por qué el gobierno de Calderón le ordenó al PAN que se retirara de última hora en la dictaminación de la “reforma integral” a las leyes federal de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones, que se quedaron una vez más en el límite, el pasado 27 de abril, a unas cuantas horas que culminara el periodo ordinario de sesiones.

Lo más escandaloso es que no sólo este negocio está orientado para beneficiar a Televisa. El propio ISSSTE benefició con un jugoso contrato por mil 793 millones de pesos a la empresa telefónica Bestel, filial también de Televisa, para que instalara la red privada de este instituto.

Telmex, de Carlos Slim, se amparó ante los resultados de esta licitación acusando al ISSSTE de claro favoritismo hacia Bestel.

Luego la jueza federal Ana Luisa Priego aceptó la demanda de amparo de Telmex, pero todo parece indicar que nada frenará este regalote para Televisa.

¿Y así habla aún Calderón de enfrentar a los monopolios?

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