Alberto Aziz Nassif
El Universal/18 de mayo de 2010
Se cumplieron siete meses del cierre de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y el servicio eléctrico en la ciudad de México se encuentra en peores condiciones de las que estaba antes de esta medida. El gobierno de Calderón tiene la capacidad de transformar los problemas manejables en situaciones graves y luego dice que el único frente que no logra ganar es el de las percepciones. En el caso del servicio eléctrico, no se trata de percepciones y de opiniones sin base, sino de experiencias cotidianas que nos muestran que hoy estamos peor que hace siete meses.
Un reportaje de Daniel Lizárraga en la revista Proceso (1749) nos muestra los resultados de una investigación que indica que no se sabe cuáles fueron las causas reales del cierre LyFC, que dejó a 44 mil trabajadores sin empleo. La argumentación de Calderón sobre supuesta corrupción e ineficiencia, no tienen respaldo legal. Hoy el problema de un servicio eléctrico que ha empeorado apunta hacia diversas razones: sobrecarga del sistema, obsolescencia de los equipos y la infraestructura, incapacidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que se ha visto rebasada. Ahora el gobierno Federal dice que también hay apagones provocados y actos de sabotaje y ya se montó el Centro de Atención y Reacción Inmediata (CARI) para atender este problema.
Pero vayamos por partes. La semana pasada hubo vientos en la ciudad de México y eso ocasionó que 75 colonias, en 13 delegaciones, se quedaran sin luz (EL UNIVERSAL, 13/V/2010). EL UNIVERSAL realizó un sondeo de opinión sobre lo que ha pasado con el servicio eléctrico, a siete meses de que la CFE tomara el control, y la opinión de 17,452 ciudadanos señala que: 40.8% consideran que el servicio ha empeorado, 28.7%, que ha mejorado, y 30.3%, que sigue igual (datos del 14/V/2010). Puedo decir, en mi propia experiencia, que el servicio en el centro de Tlalpan ha empeorado y ya en dos ocasiones, febrero pasado y ahora en mayo, nos hemos quedado sin el servicio eléctrico, la primera vez durante tres días y ahora fueron cinco días para resolver el problema. En este caso, como en muchos otros, no hubo sabotaje, sino ineficiencia. El domingo 9 de mayo por la tarde hubo viento, luego un tronido y la privada de 24 casas en la que vivo, se quedó sin luz; inmediatamente se hizo el reporte y durante cinco días se hicieron llamados todos los días y las respuestas siempre fueron diferentes: “que ya se pasó el reporte”, o su contraria, “que todavía no se pasa el reporte”; que “no se tiene fecha ni hora para saber cuándo se solucionará el problema”; “que se va a levantar un nuevo reporte”; “que mañana a más tardar se soluciona”; “que pronto irá una cuadrilla a revisar el caso”, etcétera, etcétera. En este caso no fue un acto provocado, simple y sencillamente hubo un corte porque se dañó algún fusible. En situaciones anteriores, cuando se interrumpía el servicio, porque en el centro de Tlalpan las interrupciones del servicio eléctrico son frecuentes, LyFC, con todas las críticas que se le hacían, arreglaba el problema en unas horas, hoy pasan días y la CFE, que se dice una empresa de “clase mundial”, se tarda varios días en arreglar el problema, esa es la diferencia. Imaginemos el desastre que se aproxima en los meses de lluvias, si ahora con unos vientos hubo una severa afectación. ¿Cuándo habrá atención y reacción inmediata para atender a los ciudadanos?
Además de los problemas legales del cierre de LyFC, los resultados prácticos son negativos en términos de la calidad en el servicio. Y si atendemos el reportaje de Proceso, nos quedamos con la especulación de saber cuáles son las razones de fondo que ocasionaron esta decisión. En la discusión que hay sobre el tema se habla desde la privatización de la red de fibra óptica, lo cual representa un enorme negocio, hasta razones de tipo político, sobre todo en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), cuyos sobrevivientes se encuentran hoy en huelga de hambre por el cierre de su fuente de trabajo. Otro de los móviles es el frente político, porque el SME ha sido un importante actor en contra de las políticas del gobierno panista.
Así, mientras el gobierno persigue o por lo menos denuncia que la falta de luz se debe a actos de sabotaje, por ninguna parte se ve que el servicio eléctrico haya mejorado, sino todo lo contrario. Habría que explicarle al gobierno que cuando la percepción ciudadana tiene una visión negativa no se trata de un invento, sino de una experiencia cotidiana, de un mal servicio. ¿Por qué será que los políticos cuando son mal evaluados por los ciudadanos, piensan que están mal informados, o que tienen problemas de percepción?
Investigador del CIESAS
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