martes, 11 de noviembre de 2008

Aprendizajes


Alberto Aziz Nassif
El Universal/11 de noviembre de 2008


Las recientes elecciones en Estados Unidos son un hecho histórico que deja diversos aprendizajes que pueden ayudar a una relectura de la democracia mexicana. No se intenta hacer comparaciones de sistemas electorales ni correspondencias artificiales entre modelos distintos, sino entender en sus propios términos un proceso que pudo traducir la voluntad de millones de ciudadanos en una esperanza de que las cosas puedan ser diferentes.
Frente a estas experiencias en México podemos recordar el ya lejano año 2000, una gran expectativa de cambio y un lamentable desenlace. Ahora en Estados Unidos termina un gobierno que fue un desastre dentro y fuera de su país. Con razón Obama dijo la noche de su victoria: enfrentamos “dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo”. La dinámica entre un gran entusiasmo y los riesgos de una enorme decepción pueden ser una posibilidad, pero no necesariamente tienen que ser un destino predeterminado.
Las elecciones en Estados Unidos dejan un saldo positivo. Básicamente con las mismas reglas, fragmentadas a nivel local porque en cada estado organiza los comicios, se pueden generar procesos inversamente proporcionales: en el año 2000 Bush ganó no porque las urnas así lo decidieron, sino porque la Corte le dio el triunfo después de varias semanas de incertidumbre; en 2008 fue una fiesta democrática. La cultura política de esa democracia tiene una gran capacidad para regenerarse. Después de un presidente como Bush, con un rechazo nacional e internacional, puede llegar otro presidente como Obama y despertar un entusiasmo planetario. Esta capacidad se nutre de una democracia cuya fortaleza puede cambiar el escenario.
Antonio Caño escribió en El País que personas como Obama no nacieron para ser presidentes, no vienen de familias poderosas ni de las influyentes redes de la política del establishment, por ello este hombre ha trastocado el modo de hacer las cosas. A la hazaña no se le puede regatear el calificativo de histórico.
El sentido de la competencia electoral tuvo ingredientes importantes que nos muestran una cultura consolidada para jugar a la democracia. Lo que se ha considerado como el mejor discurso de McCain en esa campaña, el reconocimiento de su derrota, hizo que el perdedor contribuyera a desandar la confrontación que dejó el proceso electoral. La enorme coalición de apoyo que recibió Obama sin duda le da un enorme capital político para empezar la reconstrucción que necesita EU después de tanto neoconservadurismo, después de que la democracia y los derechos humanos han sido fuertemente vulnerados y después de un gobierno unilateral que amenazó la gobernabilidad del planeta.
Obama hizo todo lo necesario y más para ganar, con una estrategia inteligente sumó votos por todas partes, puso en operación las nuevas tecnologías para recabar una enorme cantidad de millones de dólares. Quizá una de las partes que se pueden cuestionar de este proceso es su enorme costo económico. Las campañas son para sumar, no para restar. Después de ver los resultados de estados como Indiana, Florida y Ohio, se entiende que esos territorios eran decisivos para ganar. El recuerdo de lo que sucedió en México en 2006 no deja de ser contrastante, el candidato puntero de la izquierda cometió una enorme cantidad de errores que le restaron votos y le impidieron ganar.
Fueron las minorías, los nuevos votantes, los independientes, los vectores de una gran coalición que se sumó a una oferta de cambio y rompió el empate de la polarización. Veremos de qué tamaño y profundidad puede ser el cambio; veremos si la democracia en Estados Unidos tiene capacidad para regenerar el desencanto y el hartazgo que se han apoderado de la política; veremos si el neoliberalismo, el debilitamiento del Estado, la desregulación y el aumento de la desigualdad social empiezan a tener un límite. Como escribió Juan Luis Cebrián: “Ya se encargará la realidad de poner límites al sueño”.

Investigador del CIESAS

No hay comentarios: