jueves, 13 de noviembre de 2008

Una mirada distinta a los rankings

Wietse de Vries*

Aunque los rankings siguen rodeados por dudas, por lo menos proveen insumos para el debate sobre la calidad. Las posibles fallas son muchas: la metodología o la elección de indicadores pueden favorecer a unas universidades sobre otras. Los datos subyacentes a los indicadores suelen ser incompletos, o ser calculados según los criterios propios de cada país. Y como señala Roberto Rodríguez (Campus293, 16/10/08), en las encuestas de opinión a expertos sobre la reputación de las universidades hay más entrevistados de Estados Unidos, Gran Bretaña o Australia, que de Brasil, México y Argentina.Por estas razones, los resultados que publica el Times Higher Education Supplement (THES) no sólo revelan vaivenes anuales, sino aparentan estar sesgados: en el listado de las 200 mejores universidades aparecen 57 estadunidenses, 29 británicas, 12 canadienses y 9 australianas. Con ello, más de la mitad (107) de las mejores universidades se ubica en países anglosajones.Estados Unidos parecen establecerse como el poder mundial en materia de educación superior de calidad y ser el modelo a seguir. En cambio, América Latina parece quedarse atrás, con sólo una institución en Argentina, Brasil y México, respectivamente. Europa no parece estar mucho mejor, con menos de una decena de universidades "distinguidas" en cada país.
Contrastes no considerados
Sin embargo, una mirada más cuidadosa indica que hay grandes contrastes en el interior de la tabla. En cuanto a las instituciones, hay desde muy pequeñas (la Ecole Normale Supérieure de Lyon reporta 947 estudiantes) hasta muy grandes (la Universidad de Buenos Aires con 279 mil inscritos). Lo mismo aplica a los países: China tiene una población de 1.3 mil millones de habitantes, mientras que Nueva Zelanda apenas llega a 4 millones. Existen, además, diferencias en la historia y la organización de los sistemas de educación superior, en la cobertura y en los costos.Una manera de ponderar el ranking es tomar en cuenta estos factores. La tabla refleja cómo se sitúa cada país si consideramos la matrícula total inscrita en la educación superior y el tamaño de la población del país.
Una visión ponderada
Con la ponderación surge una perspectiva bastante distinta. Suiza cuenta con únicamente siete instituciones entre las 200 mejores, pero éstas atienden a 85 mil estudiantes, lo cual representa a 42.7 por ciento de la matrícula de educación superior del país y a 1.11 por ciento de la población suiza.En los términos de los planes sectoriales mexicanos, Suiza sí logró “cobertura con calidad”, pues casi la mitad de los estudiantes se educa en una carrera calificada como de “calidad mundial” por THES.Destaca también el desempeño de otros países europeos, como Austria, los Países Bajos o Bélgica. En el caso de Austria, solamente hay una universidad entre las 200 (la Universidad de Viena), pero ésta atiende a 29.4 por ciento de la matrícula nacional. En el caso de los Países Bajos, destaca que las 11 universidades calificadas atienden a 33 por ciento de la matrícula. Además, éste país solamente cuenta con trece universidades (las demás IES son escuelas vocacionales), lo cual implica que logró posicionar a 85 por ciento de sus universidades entre las 200 mejores del mundo.Hay algunos casos donde el indicador de la matrícula de las 200 sobre la población total resulta ligeramente inflado: en países como Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá hay una alta participación de estudiantes extranjeros.En el caso de algunas universidades australianas, su suscripción puede llegar a 40 por ciento. En el de Hong Kong, el THES considera a todos los estudiantes chinos como extranjeros. Llama la atención que en este ranking ponderado, Estados Unidos se sitúan en el lugar 18. Las mejores universidades norteamericanas atienden a gran parte de los estudiantes matriculados en universidades de calidad (28 por ciento), pero en el plano nacional estas universidades brindan formación a 8.0 por ciento de la matrícula de educación superior estadunidense, y a 0.45 de la población total.En comparación, los resultados de Alemania o Suecia son mejores. Destaca también el desempeño de Argentina: sin querer comparar a la Universidad de Buenos Aires con Harvard, es menester señalar que 13.1 por ciento de la población estudiantil argentina estudia en una universidad que pertenece a las mejores 200, lo que representa 0.69 por ciento de la población total. Y México, con la UNAM solamente, se acerca bastante a Estados Unidos. Hay países peor calificados. Si uno se fija solamente en el número de instituciones por país calificadas entre las mejores 200, podría dar la sensación de que Corea Sur, China o India están alcanzando o rebasando a otros, como México. Pero las tres universidades coreanas, o las seis chinas atienden únicamente a una pequeña parte de la matrícula o de la población nacional. Llama también la atención, en la parte baja de la tabla, el pobre desempeño de algunos países europeos: Italia, España y, sobre todo, Francia. Si bien lograron colocar algunas instituciones entre las mejores, éstas atienden sólo una pequeña parte de la matrícula o de la población. A modo de comparación: las cuatro instituciones francesas calificadas atienden a menos estudiantes que las cinco belgas.
Cobertura y equidad
La comparación también revela diferentes resultados de estrategias y políticas educativas: Estados Unidos son el hogar de las más prestigiadas universidades de investigación, pero la mayor parte de su matrícula está en los colleges de dos o cuatro años, que no tienen pretensiones de realizar investigación científica (o de calificar para THES).En cambio, la atención a la demanda en varios países europeos se ha canalizado a través de las universidades. Aunque ahí también existen instituciones vocacionales, varios institutos tecnológicos se han convertido en universidades de investigación durante las últimas dos décadas, y algunas han logrado posicionarse en la tabla del THES. El resultado es que las universidades estadunidenses, en promedio, resultan mejor calificadas que las europeas, pero las europeas atienden a un mayor porcentaje de la matrícula nacional. En otras palabras, la posibilidad de acceder a una universidad de calidad es mayor en Europa que en Estados Unidos.Un factor adicional a considerar es el costo para el estudiante: en el sistema estadunidense, el costo anual por colegiaturas se sitúa en alrededor de 30 mil dólares. En la mayoría de los países europeos, la colegiatura anual es de mil euros, gracias al financiamiento público.
Conclusiones
En términos generales, Europa no parece quedarse detrás de Estados Unidos. Las universidades europeas incluidas entre las mejores 200 suman 77 (sin incluir a Rusia, pero sí contempla a países de bajo impacto como Italia, Grecia, España y Francia) y atienden a 1.5 millones de estudiantes. Las universidades estadunidenses suman 57 y atienden a 1.4 millones de estudiantes. Dentro de esta comparación, las universidades europeas atienden a una mayor proporción de la matrícula total, a una proporción mayor de la población, a un costo más bajo para el estudiante.Sin embargo, donde sí hay notables brechas es entre Europa y Estados Unidos, por una parte, y el resto del mundo, por otra. Hay pocas universidades de Asia o de América Latina, y África o el Medio Oriente están prácticamente ausentes. Los antiguos países socialistas quedaron representados por una sola institución rusa. Quizá este aspecto debería llamar más la atención: la educación superior ha ido en rápida expansión en países en vías de desarrollo, pero pocas universidades de estas regiones han logrado colocarse entre las mejores. Así, el ranking del THES contempla a 200 universidades que atienden a 5 millones de estudiantes, pero en un mundo con más de 50 mil instituciones y una matrícula que ya superó a los 100 millones. Es decir, la mayoría de los estudiantes universitarios estudia en instituciones de calidad desconocida.

* Investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

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