domingo, 7 de septiembre de 2008

Cultura política en tiempos de escasez

Carlos Monsiváis
El Universal/07 de septiembre de 2008

Test para calificar el grado de politización
1. Diga usted los nombres de todos los integrantes del gabinete presidencial.
2. Diga usted los nombres de todos los integrantes del gabinete presidencial de Adolfo Ruiz Cortines.
3. Diga usted el nombre del presidente de la República en el sexenio de Adolfo López Mateos.
4. Mencione un acontecimiento célebre de 1968 que no había pasado antes y por qué.

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Las definiciones de cultura política abundan en tiempos de explosión académica de politólogos y expertos en administración pública. En la práctica —en esa práctica infinita de artículos y simposios—, la cultura política es el conjunto de ideas, creencias y supersticiones que profesan la sociedad (en particular) y las personas que la componen (en general) en torno a las relaciones entre el Estado y los individuos, y a propósito del ejercicio y la toma del poder. Se han necesitado movilizaciones, presiones, crisis económicas, graves enfrentamientos, votaciones copiosas para desdibujar el modelo impuesto en la era del PRI.
Hoy, la cultura política (de nuevo: la profesada voluntaria o involuntariamente por la colectividad) es por entero distinta a la de hace una década, y sin embargo todavía se conservan muchos de los rasgos y las actitudes dominantes por más de 70 años. Aprender los usos de la diversidad y el respeto democrático continúa siendo tarea ardua y, a ratos, imposible. A esto se oponen las inercias, las tradiciones, los intereses creados, los grupos de poder y el miedo a lo desconocido. Y es todavía muy impreciso el afianzamiento de la nueva cultura política.Test para discernir el grado de sofisticación política
1. Hay un incendio en la vetusta residencia en donde se encuentra la versión original de la Constitución de la República con las firmas de todos los constituyentes y un poema desconocido de Ramón López Velarde en homenaje a Emiliano Zapata. Usted nada más tiene tiempo de salvar uno de los dos escritos. ¿Cuál elige?
2. Se empató la votación para decidir si todas las deudas de los banqueros (incluidas las de sus familiares hasta el cuarto grado) pasan a ser deuda pública. Los que no admiten esta decisión protestan por la terrible injusticia; los que están a favor aseguran que de no pasarse a deuda pública habrá una catástrofe sin paralelo, se dará el caso de banqueros pordioseros y nadie volverá a entender nunca la realidad. Su voto es el decisivo. ¿A quién se lo entrega?
3. Va usted a celebrar su fiesta de cumpleaños. Por azares del destino, le tocó ser el biógrafo de Felipe Calderón, Vicente Fox, Juan Camilo Mouriño, Jesús Ortega, Ruth Zavaleta y Emilio Gamboa Patrón. Sólo puede invitar a uno de ellos, ¿quién será? (No se vale mencionar al más desprestigiado.)

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Desde el siglo XIX, la versión más favorecida de la política le señala como la actividad sin escrúpulos cuya técnica es engañar a la gente y cuyo fin es la acumulación de poder y riqueza. Las paradojas se cumplen sin dificultades: a la política se le desprecia, a los políticos se les adula; la política no se considera oficio de hombres honrado, y es incontable el número de quienes desean volverse políticos porque están hartos de la honradez.
El descrédito de la política, agravado desde el advenimiento del narcopoder y desde el recelo crédulo ante la mercadotecnia de los políticos, puede volverse en caso de grandes operaciones fraudulentas en las elecciones un elemento desmovilizador o fatalista.
Una pregunta terminal: la política nunca dejará de ser lo que es; entonces, ¿cómo imaginársela distinta?

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