martes, 9 de septiembre de 2008

México, a la baja

Alberto Aziz Nassif
El Universal/09 de septiembre de 2008

Alfredo Gutiérrez Gómez, in memoriam

En los últimos días y semanas se ha acumulado un conjunto de indicadores que expresan una situación preocupante en el país. La confianza institucional ha bajado de forma crítica y la aprobación de los gobernantes también ha descendido; las expectativas de crecimiento económico se han derrumbado; la seguridad pública está hecha añicos. En México los únicos datos que suben son los de los muertos por la guerra en contra del narcotráfico, el número de secuestros, el alza de los precios (combustibles y alimentos) y la intención de voto por el PRI. Llegaremos a la mitad del sexenio en un momento muy complicado en lo económico, lo político y lo social.
Las metas económicas del gobierno federal se han quedado cortas: la inflación ya rebasó la meta fijada y se encuentra prácticamente en 5.39% y el crecimiento está un punto por debajo de las previsiones, en sólo 2.7% (EL UNIVERSAL, 2/IX/08). A ello se puede agregar la estrategia fallida del Programa del Primer Empleo que, como ya reconoció el propio gobierno, quedó en buenas intenciones y no ha resultado. Diversos diagnósticos ubican que este año será malo y las previsiones del que viene no son mejores, por lo que estamos ante una perspectiva pesimista.
México está atorado por su dependencia de la crisis en EU, mientras la mayoría de países de América Latina crece en sus indicadores económicos. Dos de las fuentes de ingreso más relevantes de nuestro país se ubican a la baja: los ingresos por la venta de petróleo caerán 10.8% para 2009 (EL UNIVERSAL, 1/IX/08). La otra fuente de recursos, las remesas que mandan los paisanos desde el vecino del norte, también han bajado como una consecuencia de la contracción en EU. En julio pasado la caída fue de 6.9% (Reforma, 2/IX/08). El salario real también cayó.
Las percepciones económicas están en sintonía con este panorama. Dos de las encuestas que realiza el Banco de México muestran un panorama crítico: el instrumento que mide las expectativas de los especialistas indica que para 90% de la gente la economía en 2008 está peor que en 2007; para 80% los próximos seis meses no tendrán una evolución favorable y casi 40% señala que el momento es malo para invertir. En otra encuesta del banco central, la que mide el índice mensual de confianza del consumidor, todas las variables han caído: la situación económica de los hogares al mes actual, comparada con la que había hace 12 meses, bajó casi 10 puntos; la perspectiva del país está peor porque bajó casi 20 puntos.
Los indicadores políticos no son mejores. La confianza institucional ha bajado de forma severa. La insatisfacción con la democracia ha crecido, en año y medio pasó de 40% a 54%. Algunos ejemplos del descenso son que el Ejército bajó 7%, el IFE 12%, la Suprema Corte de Justicia de la Nación 9%, el Senado 12%, la Cámara de Diputados 10% y los partidos políticos 5%. De la misma forma han caído otros indicadores democráticos, como libertad de expresión, representación política, capacidad para exigir cuentas y para influir en el gobierno (Reforma, 27/VIII/08).
La crisis de inseguridad que se ha destapado muestra un sombrío panorama social en el que la confianza en las autoridades se ha erosionado: una mayoría de 77% califica como muy mala la seguridad pública, los secuestros han aumentado y el gobierno está rebasado (Excélsior, 29/VIII/08). Todos los días se rompe el récord de asesinatos por el crimen organizado; ya van más de 3 mil en el año, simplemente en agosto fueron 547 y sólo en Chihuahua llegaron a mil 194 asesinatos. La inseguridad, que tiene múltiples dimensiones, ya cuesta al país, según el secretario de Hacienda, un punto porcentual del PIB, es decir, 100 mil millones de pesos (EL UNIVERSAL, 3/IX/08).
Albert Hirschman decía que el pesimismo era la vía para pensar a la democracia en América Latina; hoy en México se cumple sobradamente con esta condición.

Investigador del CIESAS

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