martes, 19 de agosto de 2008

Un gran tropiezo

Alberto Aziz Nassif
El Universal/19 de agosto de 2008

Hace un par de semanas José Ramón Fernández, uno de los grandes analistas deportivos del país, anticipó cómo sería la actuación de México en la Olimpiada de Pekín (Beijing 2008); dijo: será “un gran tropiezo del deporte mexicano (…) porqfracasos ya son muchos”. Otra de las proyecciones de Joserra fue que si México ganaba una de bronce, sería mucho.
En lo que México tiene primeros lugares internacionales es en la industria del secuestro o en la incompetencia de sus maestros de educación básica, en la que casi 70% reprobó el primer examen para ganarse una plaza docente. En esta Olimpiada hasta la cobertura televisiva ha dejado mucho que desear. Faltan programas atractivos, inteligentes, como fueron en el pasado reciente; las televisoras mexicanas han dado muestras de poco talento.

¿Cuáles son los problemas de fondo del deporte mexicano? Sin duda, las estructuras burocráticas no ayudan, los desencuentros entre la Comisión Nacional del Deporte (Conade) y la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), una parte de la mediocridad deportiva del país se debe a la corrupción; también hay una falta de una organización eficiente y de instalaciones adecuadas.

¿Por qué triunfan los países con buenos desempeños en el deporte? Puede haber diferentes modelos institucionales y apoyos económicos. China, seguramente, tendrá formas organizativas distintas a las de Estados Unidos, los dos punteros de esta Olimpiada. Y qué decir de Gran Bretaña, Corea del Sur, Alemania o Italia, países que están haciendo bien las cosas en materia deportiva y los resultados están en el medallero. Si vemos dónde estaba México hace 40 años —cuando se celebró aquí la XIX Olimpiada— se logró la mejor actuación que ha tenido nuestro país (tres medallas de oro, tres de plata y tres de bronce) y se ubicó en el lugar 15. Cuatro años después en Munich sólo obtuvo una de plata y bajó al lugar 31; en Atenas 2004, con cuatro medallas, llegó a la posición 59 con un gasto de 100 millones de pesos, 25 por medalla. En las últimas 10 olimpiadas México ha ganado sólo cuatro medallas de oro. El sistema deportivo nacional no funciona, por lo menos para ganar en las competencias olímpicas. México no ha hecho bien las cosas; el sistema produce fracasos.

Tampoco hay que quebrase la cabeza para poner en práctica políticas de impulso deportivo eficientes, desde el reclutamiento, la contratación de entrenadores de alto nivel, las instalaciones adecuadas, la participación internacional y, quizá lo más complicado, la neutralización de las grillas burocráticas en el mundo institucional para generar atletas de alto rendimiento.

Las glorias del deporte en México son, en su gran mayoría, historias extraordinarias de desempeño personal. Pero el sistema deportivo mexicano no produce deportistas de alto rendimiento y hoy nuevamente está en crisis.

En esta Olimpiada no se compite en ningún deporte de conjunto, no hay futbol, voleibol, básquet. Las glorias de los marchistas se han esfumado. En las disciplinas individuales uno a uno han sido descalificados los deportistas mexicanos en estos días en Pekín, desde la natación, el remo, los arqueros, pesistas, boxeadores y un largo etcétera. No hay continuidad, no se ve al grueso de los atletas que tuvieron buenos resultados en Atenas hace cuatro años. Así, mientras China gana su Olimpiada y se vuelve una potencia deportiva, México sigue atorado sin un proyecto para impulsar el deporte, sin una política eficiente para aprovechar los recursos, sin un liderazgo que pueda remontar la crisis que cubre al deporte en México, a pesar de la complacencia oficial.

Después de los primeros 10 días de competencias podemos ver que Joserra estaba en lo cierto: el país está en el sitio 63 del medallero sólo con una medalla de bronce, que consiguieron con mucho talento Tatiana Ortiz y Paola Espinosa.


Investigador del CIESAS

No hay comentarios: