viernes, 9 de octubre de 2009

Masivo homenaje en Bolivia a Ernesto Che Guevara; participa el presidente Evo Morales

Miles de personas marcharon hacia La Higuera al cumplirse 42 años de su asesinato

Rosa Rojas
La Jornada/9 de octubre de 2009

Cochabamba, 8 de octubre. El presidente boliviano, Evo Morales Ayma, participó esta tarde en Vallegrande, 850 kilómetros al sudeste de La Paz, en los actos de sentido homenaje al cumplirse los 42 años de la muerte del legendario guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara.
Se estima que unas 3 mil personas, entre los que destacaban delegados al V Encuentro Social Alternativo 2009, marcharon este día hacia el poblado de La Higuera, donde el Che murió asesinado el 9 de octubre de 1967, un día después de ser capturado por el ejército boliviano.
En la peregrinación había asistentes al foro junto con pobladores de Vallegrande y comunidades aledañas, además de colaboradores cubanos de la salud, la educación y trabajadores sociales comunitarios.
Morales recibió las conclusiones del Encuentro Social Alternativo que se inició el martes y en el que participan líderes latinoamericanos que analizaron la problemática social, económica y política continental, para que a su vez los haga llegar a los jefes de Estado de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), que se reunirán en esta ciudad el 16 y 17 de este mes.
Durante el foro, el mandatario destacó que ha llegado el momento de “cerrar las venas abiertas de América Latina”, al citar al escritor uruguayo Eduardo Galeano y una de sus obras más famosas sobre la situación histórica de la región.
A su vez, las fuerzas armadas del país homenajearon en el gran cuartel de Miraflores, en la sede de gobierno, a los 59 militares caídos en el combate a la guerrilla en 1967.
En el acto castrense, el general Enrique Alvan Cejas recordó que el propio comandante guerrillero dijo “nunca pensé que el ejército de Bolivia nos diera tanto trabajo, cómo nos persiguieron esos soldados, no descansaron ni de día ni de noche hasta derrotarnos”.? Esas palabras, agregó, “valen más que mil harapos”, ya que provienen de una figura legendaria que combatió en Sierra Maestra, en el Congo, en el Líbano y “sufrió una terrible y amarga derrota en suelo boliviano al empuje de nuestros valerosos soldados, oficiales, suboficiales y sargentos”.?
Apuntó que para las fuerzas armadas, “esos señores de la guerra revolucionaria de la década de 1960 no interpretaron la rica historia del ejército boliviano que forjó la patria, que combatió en el norte, en el sur, este y oeste del territorio nacional”, según reportó la estatal Agencia Boliviana de Información.
En tanto, el reconocido intelectual Boaventura de Sousa Santos aseveró que el pensamiento crítico occidental no necesita “una teoría de vanguardia, necesitamos una teoría de retaguardia, o sea una teoría que valore lo que los movimientos sociales están haciendo” en países como Bolivia, Ecuador o Venezuela, al participar en la V Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales.
En su conferencia magistral la víspera, ante el presidente Morales, en este evento organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), señaló que las bases para la refundación del Estado son “desmercantilizar, democratizar y descolonizar”.
Al hablar del contexto en el que vive el continente americano, planteó que en este momento coexisten en el continente “las luchas más avanzadas y ofensivas con las luchas más retrasadas y defensivas, en las primeras el Estado es parte de la solución, en la segundas el Estado es parte del problema”.
Entre las primeras mencionó “el constitucionalismo transformador de Bolivia y Ecuador, la revolución bolivariana, el moderno nacionalismo en el control de los recursos naturales, la plurinacionalidad”, que son, dijo, luchas ofensivas.
Pero, dijo, “hay luchas retrasadas, de defensa, como la lucha contra la criminalización de la protesta; centenares de líderes indígenas y campesinos han ido a prisión en el Perú, en Chile, en Argentina” acusados de ser “terroristas” cuando su crimen es bloquear carreteras para no permitir que las multinacionales entren en sus territorios.
Destacó además la criminalización contra el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra en Brasil, los intentos en Brasil por transformarlo en una organización “terrorista”, el paramilitarismo, el golpismo hondureño y la lucha contra él, además del control de los medios “que nos obliga a luchas defensivas ante este nuevo poder de oposición que es el más claro poder de oposición ante todas las transformaciones progresistas”, no solamente en el continente sino en África y en India.
Otro contexto, apuntó De Sousa, en el continente hay en este momento una doble guerra de oposición, “dos violentas negaciones de la democracia liberal en América Latina”, dijo citando al pensador peruano Mariátegui: el comunismo, podemos decir también el socialismo por un lado y el fascismo por otro lado, “lo que está pasando hoy es que de alguna manera estas negaciones están luchando dentro del marco democrático”.
Aseveró que por un lado el socialismo intenta avanzar a través de formas de radicalización de la democracia, lo que podemos llamar una demo-diversidad, que por ejemplo en Bolivia está en la Constitución, no con una forma de democracia sino tres: representativa, participativa y comunitaria, y otras formas como la democracia del acceso a la tierra, la democracia del acceso a la renta de los recursos naturales, una democracia intercultural.
El socialismo, señaló, entra por esa vertiente pero el fascismo intenta también penetrar, “es un fascismo nuevo, es un fascismo fragmentario” que a veces es estatal y a veces público-privado, el paramilitarismo, y el control de los medios, y por eso hay una dualidad de poderes, uno que lucha por el socialismo pero también la negación fascista dentro de la lucha democrática.
Manifestó que en el continente hay un debate civilizatorio abierto y una imposibilidad de “hablar en la lengua colonial” de esta realidad, por lo que se hace necesario utilizar nuevos conceptos para cambiar, por ejemplo, la dualidad que existe entre hablar de recursos naturales por un lado y de la pachamama –madre tierra– por el otro, Estado-nación de un lado y pueblos y nacionalidades del otro, desarrollo global de un lado y suma qamaña –buen vivir– del otro, o sociedad civil-derechos colectivos…
Concluyó que “esto no es un choque de civilizaciones, es una lucha por un encuentro finalmente más igual, una diferencia igual, en camino de una interculturalidad que esa sí va a cambiar las relaciones de producción”.

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