viernes, 9 de octubre de 2009

El saldo educativo


Daniel Cortés Vargas
El Universal/9 de octubre de 2009

El tercer Informe de Gobierno se vio acompañado esta vez de un mensaje político centrado en un diagnóstico crítico de la difícil situación por la que atraviesa el país en casi todos los órdenes. El presidente Felipe Calderón Hinojosa planteó en dicho mensaje la urgencia de llevar a cabo por lo menos 10 cambios de fondo, uno de ellos en la educación. A continuación se presenta un examen general de los apartados dedicados al sector educativo en ambos documentos.
El mensaje político confirmó, como tradicionalmente se ha hecho, el papel central de la educación para superar los problemas del país, así como la importancia de brindarle atención oportuna a sus problemáticas más apremiantes. Asimismo, destacó la necesidad de alcanzar una educación de calidad para lograr un verdadero cambio de fondo de cara a un mundo más competitivo, pero acotando que nada se logrará si no se cuenta con finanzas fuertes. Si se concede que efectivamente la propuesta económica que el Presidente envió al Congreso hace unas semanas va a fortalecer las finanzas del país, por lo señalado en el discurso, se estaría frente a la oportunidad de que la educación sea revalorada sin reservas con una significativa asignación presupuestal. Sin embargo, existen ya algunas muestras de que las cosas no se presentarán de esta manera; tan sólo en el caso de las universidades públicas podría haber, de acuerdo con la ANUIES, hasta 6.2% de recorte real en el presupuesto de egresos 2010.
La gran ausente en el mensaje político fue la ciencia. Se olvidó que la planta científica y tecnológica de muchos países ha sido y sigue siendo condición y detonante de su desarrollo, más aún en tiempos de crisis. Para acentuar este descuido, que no parece gratuito, en el informe escrito se estima para 2009 un gasto federal en ciencia de sólo 0.46% del PIB, porcentaje ínfimo, ya que no debiera ser inferior a 1% del PIB, como lo establece desde el año 2004 la Ley de Ciencia y Tecnología. A esto se puede sumar la falta de oportunidades para que los jóvenes que terminan sus posgrados en el país o en el extranjero se integren a la planta productiva.
Este año el informe escrito tuvo como hilo conductor las acciones compensatorias de atención a la infraestructura física de los centros escolares. Además, en varios de sus apartados se hace referencia a la Alianza por la Calidad de la Educación —pacto más político que educativo entre el gobierno federal y el SNTE—, que más allá de ser considerada como el marco de inscripción de algunos programas, no presenta hasta ahora resultados palpables; de la educación media superior se destaca el apuntalamiento efectivo del nivel; en educación superior se subraya lo realizado a través de los programas de fortalecimiento institucional; mientras que los programas principales de inicios de sexenio, como Escuela de Tiempo Completo, Escuela Siempre Abierta y Escuela Segura, aparecen esta vez con una descripción escueta, señalándose que sigue en aumento la atención a alumnos y sus recursos asignados.
El informe escrito habla también de un mayor gasto real en educación (2.7% superior al del año anterior), y especialmente del gasto anual por alumno para todos los niveles, pero si se consulta el Panorama de la Educación 2009 de la OCDE, es posible observar que de sus 30 países miembros, México tiene el último lugar en gasto anual por alumno para educación preescolar, el penúltimo para educación primaria, el último para educación secundaria, el penúltimo para educación media superior, y el lugar 27 para educación superior. Resulta claro el manejo discursivo de muchas de las cifras contenidas en el informe, el cual, sin hacer referencia al impacto real que puede tener el gasto en cada área de atención, esgrime que los recursos destinados a educación produjeron resultados satisfactorios.
Después de tres años de gobierno, una verdadera política de Estado para educación sigue ausente. Existe en su lugar un conjunto de medidas que buscan paliar asuntos focalizados, sobre los que se siguen concentrando los programas gubernamentales, así como algunas reformas cuya pertinencia y errores las tornan cuestionables, como la Reforma Integral de la Educación Básica, sobre las cuales ni el mensaje político ni el informe escrito ofrecen una versión creíble de que efectivamente los esfuerzos aplicados en ellas, en cualquier caso, son suficientes.
http://www.observatorio.org/
Observatorio Ciudadano de la Educación

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