jueves, 1 de octubre de 2009

Razones para el pesimismo

Alberto Aziz Nassif
El Universal/29 de septiembre de 2009

Todos los días las malas noticias golpean a los ciudadanos de este país que atraviesa momentos muy difíciles. Las expectativas se han vuelto cada día más pesimistas. Resulta difícil imaginar que el futuro inmediato puede ser un poco mejor. El país está atrapado en las viejas inercias de poder. Los partidos, el Congreso, los sindicatos, las instituciones están capturadas por sus intereses patrimoniales.
Una muestra cotidiana de la incapacidad política y del ejercicio del poder capturado la vimos en los días pasados con las comparecencias de los secretarios de Estado y los nombramientos que se hicieron. Muy lejos estamos de un debate parlamentario en el que, además de los golpes, los insultos, las pataletas y las descalificaciones, se pueda rescatar algo para mejorar las políticas públicas del país. El Congreso de la Unión fue un foro en el que la deliberación sobre el tercer Informe de Gobierno fue sólo un gran circo político, en el cual los funcionarios de Calderón mostraron las limitaciones de un gobierno rebasado y los legisladores, salvo excepciones, tampoco aportaron para tener una mejor rendición de cuentas.
Sumada a las comparecencias de funcionarios llegó la ratificación de Arturo Chávez Chávez como procurador general de la República. De nada sirvieron las críticas y evaluaciones negativas (nacionales e internacionales) por su desempeño sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. En nada ayudó el cuestionamiento que hizo el senador Pablo Gómez, en el cual evidenció la limitada visión del examinado. Lo único cierto fue, una vez más, que las alianzas y componendas entre el PAN y el PRI son más potentes que cualquier protesta o criterio de desempeño. Lo que se ve en la pantalla y se lee en las crónicas periodísticas no llega a las mesas de negociación real, en las que la opaca clase política hace arreglos e intercambia fichas a su conveniencia.
Junto al del nuevo procurador se hicieron los dos nombramientos del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI). Se trata de una ex integrante del Consejo Nacional de Seguridad, Sigrid Artz, y una ex comisionada del Instituto de Acceso a la Información del DF, María Elena Pérez-Jaén. Con ellas Calderón asume abiertamente que el IFAI es una oficina más del gobierno federal para ubicar piezas. De nuevo la autonomía y el desempeño quedaron subordinados al juego de alianzas entre el gobierno panista y el PRI. Ahora el Senado sólo podrá, en dado caso, objetar, pero nada indica que esa vaya a ser la tónica.
Los nombramientos de los llamados organismos autónomos muestran que la autonomía fue una aspiración del pasado, y que hoy son espacios deslavados para que la actual coalición gobernante coloque sus piezas. Tal vez la única excepción hasta hoy sea la Comisión de Derechos Humanos del DF, en la que se ha logrado construir un modelo de gestión autónoma y trasparente. Esperamos que ahora que viene el cambio de su presidente se nombre a una persona que pueda continuar y mejorar esta ruta de autonomía y ciudadanización.
Las razones para el pesimismo se acumulan. El manejo institucional es cada día más escandaloso y no pasa nada. La última del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fue su decisión de mantenerle los recursos públicos al recién desaparecido Partido Social Demócrata (PSD). Una vez más se revoca una resolución del IFE para que esa organización —sin registro— siga percibiendo sus prerrogativas hasta el próximo mes de diciembre (Reforma, 24/IX/09). ¿Por qué razón? Quizá porque la magistrada presidenta del tribunal, María del Carmen Alanís, fue asesora de ese partido. La captura es brutal, lo que se conoce como los abusos sindicales del viejo régimen en las empresas públicas adquiere cifras y montos justo en el momento en que se quiere imponer un aumento de impuestos: en Pemex hay al menos 11 mil aviadores, es decir, trabajadores y empleados que cobran sin trabajar y que en los últimos cuatro años han obtenido 19 mil millones de pesos (EL UNIVERSAL, 25/IX/09).
Con esos huecos va a ser muy complicado que se puedan tener finanzas sanas y empresas públicas eficientes. Sin pretender que la privatización sea la respuesta, es urgente romper la captura que se ha hecho de los bienes públicos del país como los energéticos, la educación o las pantallas de televisión.
Después de la muy breve enumeración de hechos que han pasado en los últimos días —y que no se trata de nada extraordinario, sino de lo cotidiano—, se puede entender de mejor forma los resultados de una encuesta del Pew Research Center de Estados Unidos. En el estudio se indica que 78% de los mexicanos estamos insatisfechos con la dirección del país y 69% considera que la economía del país está muy mal; que nuestros grandes problemas siguen siendo el crimen, las drogas, la situación económica y la corrupción de los funcionarios y políticos. Como una consecuencia, casi 60% considera que las personas que se han ido a vivir a Estados Unidos tienen una mejor vida (EL UNIVERSAL, 24/IX/09).
Razones para el pesimismo cotidiano frente a un Estado capturado por los intereses patrimoniales en instituciones legislativas, partidos y sindicatos.
Investigador del CIESAS

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