miércoles, 1 de julio de 2009

El buen negocio de embodegar niños

Señor director:
En Palabra de Lector de Proceso 1702, la señora Martha Asid Gaytán firma una carta donde manifiesta dolor e indignación por la muerte criminal de infantes inocentes debido al cinismo y la corrupción de los gobiernos –federal, estatal y municipal– en un negocio que la politóloga Denise Dresser calificaría de “capitalismo de cuates”.

Esa indignación crece cuando vemos el buen negocio que representa embodegar niños, el cual fue evidenciado en un excelente artículo del columnista Miguel Ángel Granados Chapa (Proceso 1702, página 24), donde explica el crimen colectivo ocurrido en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora.

La investigación de Granados Chapa también descubre el negocio redondo que significa la renta que paga el gobierno estatal por la bodega de dicha guardería: 500 mil pesos mensuales, que es un saqueo al erario parecido al toallagate de Vicente Fox.

El hecho de que esta guardería haya “pasado” las revistas o revisiones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) me hizo recordar el tiempo en que trabajé como cirujano pediatra en esa institución. Quedé asqueado de las subrogaciones del IMSS, de los servicios médicos y del sistema de turnos de ocho horas que obliga a los doctores a complementar su sueldo miserable con la práctica de la medicina privada, lo que se traduce en que se deslinden de sus pacientes al término de sus turnos.

Una consecuencia de esto se vio cuando los especialistas en el manejo de niños quemados del hospital Schneider revelaron que, en el Centro Médico de Occidente del IMSS, en Guadalajara, habían dado a los pequeños un tratamiento obsoleto y poco científico.

Puedo afirmar que este mal manejo no se debe a una deficiente preparación ni a una falta de infraestructura, sino a la sobrecarga de trabajo (pocos galenos para muchos pacientes), a los deficientes sistemas de doctores de turno, a que no hay un responsable por cada enfermo y al hecho de que el sindicato sólo sirve para solapar a médicos burócratas y a paramédicos flojos que exigen prestaciones sin cumplir sus obligaciones.

Aprovecho la ocasión para expresar al presidente Calderón y a su secretario de Salud, doctor José Ángel Córdova Villalobos, que la salud de nuestro país no se soluciona pagando anuncios en la televisión, sino con medidas como las siguientes:

–Terminen con el absurdo sistema de médicos mal pagados, por turnos de ocho horas, en el IMSS.

–Contraten más doctores con el dinero que gastan en publicidad engañosa.

–Den más autoridad y responsabilidad a los Consejos Médicos de la Academia Mexicana de Medicina y Cirugía, pues de esa manera los galenos estarán mejor preparados y calificados.

–Terminen con el sindicalismo absurdo de la Secretaría de Salud y del IMSS, que sólo solapan a burócratas de la medicina.

Por último, una pregunta: ¿Acaso se necesita otra tragedia para pensar en esto?, y una sugerencia: Si no pueden, renuncien, como diría Alejandro Martí.

(Carta resumida.)
Atentamente
Doctor Francisco González Durán de León
Cirujano pediatra certificado No. 730
Tomado de la Revista Proceso, sección palabra de lector

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