miércoles, 22 de julio de 2009

Tragedia a la mexicana

Juan Ignacio Zavala
Milenio/22 de julio de 2009

La victoria de Juanito en la delegación Iztapalapa no es la única tragedia a la mexicana que hemos vivido en estos días. Resulta, como ya es ampliamente conocido, que Alberto y Alejandro Jiménez Pérez, gemelos de 35 años de edad, fueron asesinados hace unos días. Como buenos gemelos, todo lo hacían juntos, hasta morir. Los conocían como La Parkita y Espectrito Jr. y gozaban de buena popularidad en las arenas de lucha libre.
La historia resulta conmovedora. Los hermanos Jiménez Pérez eran lo que se conoce como “enanitos”. Alejandro y Alberto supieron sacar provecho de su estatura y se convirtieron en gente de la farándula. Aquel día fatídico, salieron de luchar y se fueron a beber juntos. Seguramente cantaron en Garibalidi y habrán sido motivo de atracción entre los asistentes de los bares que visitaron aquella noche.
Felices y contentos, en estado de ebriedad, La Parkita y Espectrito Jr. decidieron continuar la fiesta hasta el amanecer, para lo cual resolvieron contratar un par de chicas con las cuales cerrar con broche de oro el jolgorio. Así pues, se dirigieron al hotel Moderno, alquilaron la habitación y subieron —suponemos— decididos a tener un rato de sexo rudo. Ah, pero la suerte no es siempre de quien la desea. En esta ocasión, la verdadera parca se les presentó a los luchadores, encarnada en dos prostitutas.
No sabemos gran cosa de lo que pasó en el cuarto. Por el video del hotel (que de esa manera justificó lo de Moderno) se sabe que una de las sexoservidoras acudió a la recepción por una cerveza. Horas después salieron ambas del hotel y con mucha clase dijeron: “Ya nos vamos. Los caballeros se quedan a descansar”. Al filo del mediodía personal del hotel acudió a la habitación 52 para avisar a los clientes —La Parkita y Espectrito Jr.— que tenían que desalojar la habitación pues el tiempo había concluido. Tocaron, y al no obtener respuesta, abrieron el cuarto y encontraron los cadáveres de los gemelos ¡juntos en la misma cama! Todo lo hicieron juntos: lucharon, bebieron, bailaron, cantaron, copularon y murieron juntos los hermanos gemelos Alejandro y Alberto Jiménez Pérez. Un ejemplo de hasta dónde puede llegar la hermandad.
“Se determinó la presencia de la sustancia conocida como ciclopentolato, misma que se utiliza en fórmula de gotas para los ojos que, combinada con alcohol o sustancias psicotrópicas, potencializa su efecto, dañando el sistema nervioso central, lo que deriva en un paro cardiorrespiratorio”, informó la autoridad.
La justicia, pronta y expedita como debe ser, ha encontrado ya a una de las prostiasesinas. Se trata de Estela González Calva, mejor conocida como La Tía. El sobrenombre tiene sentido pues doña Estela tiene 65 años y se dedica a la prostitución ¡tiempo completo! Pero falta aún de ser detenida su cómplice, otra sexoservidora con el mote de La Gorda.
Todo es tan mexicano en este caso: unos gemelos enanos que se ganan la vida en la lucha libre se ponen hasta atrás en Garibaldi, se van con un par de prostitutas al hotel Moderno, las de la vida galante se apodan La Tía y La Gorda y dan muerte a La Parkita y Espectrito Jr. con gotas para los ojos. Sólo aquí.
juanignacio.zavala@milenio.com

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