jueves, 15 de mayo de 2008

Fraude académico

Nota tomada del portal aprendemas.com:

La acreditación, cauce para la calidad universitaria y solución al fraude académico
NP-L. Gallardo/Redacción Aprendemas/30/11/2006

El fraude en la educación superior


Otro de los temas que trata el Informe de 2007 es el fraude. La tendencia de crecimiento del estudiantado ha fomentado una competencia en la educación superior.Esta presión incrementa el riesgo de fraude académico y engaño por parte de los estudiantes (conseguir entrar en determinadas instituciones educativas o aprobar exámenes) y de las instituciones de educación superior (rebajar los requisitos de admisión académica, vender programas o proporcionar certificados falsos). La competencia también llega en el área de la investigación, donde las instituciones son más vulnerables al plagio y a la manipulación de resultados de la investigación.

Según relatan en su informe los investigadores Jacques Hallak y Muriel Poisson, en Georgia, los tutores privados aceptan sobornos para ayudar a asegurar que los estudiantes sean admitidos en el departamento que hayan elegido, y las conductas fraudulentas se extienden a los exámenes, a la concesión de credenciales, licencias y acreditaciones académicas. Un fraude académico donde están implicados diversos grupos de interés, como profesorado, funcionarios y personal, y los mismos organismos encargados de la garantía de calidad.

Los exámenes son el área clave de diversas prácticas fraudulentas. Profesores que ofrecen caras sesiones de tutoría como requisito para matricularse; trabajadores que filtran los contenidos de los exámenes; tratamiento de los temas de los exámenes en academias privadas de funcionarios dirigidas a los candidatos al examen; uso de centros fantasmas dirigidos por examinadores corruptos donde los candidatos hacen los exámenes con ayudantes; sustitución de manuscritos; intimidación a los vigilantes de los exámenes, así como prácticas fraudulentas durante la corrección del examen como soborno, falsificación de expedientes, venta de plazas a estudiantes no admitidos y la emisión de títulos falsos.

El uso no autorizado de una marca en determinados programas formativos o la donación fraudulenta de títulos de grado de instituciones como Yale o Harvard son otras prácticas engañosas. Fraude que, hasta el momento, los procesos de acreditación no han conseguido evitar totalmente. Así, por ejemplo, el inspector general del Departamento de Educación de los Estados Unidos (USDE) declaró en mayo de 2005 que en el 74 % de los casos de fraude estaban involucradas instituciones con ánimo de lucro. El sistema de acreditación de EEUU está considerado como el más efectivo del mundo.

Internet es, actualmente, el principal vehículo para las prácticas engañosas en la educación superior. Entre otras, la gran telaraña digital ha favorecido prácticas como la venta de trabajos académicos (convirtiendo el plagio en un problema importante), o la donación de títulos de grado falsos, a veces, de célebres escuelas universitarias e instituciones reconocidas por su excelencia como Harvard y Yale.

Según la Agencia Nacional de Educación Superior sueca, Suecia está más afectada que nunca por el fraude: doctorados falsos, solicitudes de estudiantes para hacer cursos basados en titulaciones falsas y uso de títulos universitarios falsos para acceder a un sitio de trabajo. Además, existen universidades falsas que se anuncian en la prensa internacional, difunden información a través del envío masivo de correo electrónico (spam) y aparecen en los primeros lugares de las listas de buscadores de Internet.

El fraude también aparece en la gestión de estudiantes extranjeros. Se ofrecen incentivos económicos a los estudiantes para que se matriculen; los aspirantes acceden con credenciales falsos y pagan a los funcionarios para falsificar documentos y así ser aptos para entrar; se matricula indiscriminadamente a estudiantes extranjeros sin requisitos de acceso, y se baja el nivel de exigencia a los estudiantes extranjeros.

Retos para afrontar la corrupción

Jacques Hallak, consultor internacional y profesor de la Universidad Julio Verne de Amiens (Francia), y Muriel Poisson, especialista en programas en el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de París, proponen seis líneas de acción para hacer frente a la corrupción universitaria:

• Regular las condiciones operativas del mercado de la educación superior para combatir el fraude, cosa que significa establecer criterios y procedimientos claros de admisión.

• Establecer organismos profesionales autónomos con una representación justa de los grupos de interés (públicos y privados), para reducir el riesgo de aparición de conflictos de intereses.

• Diseñar y adoptar códigos de conductas profesionales, éticas y de honor tanto para estudiantes como para profesores. Ha habido experiencias relevantes en este sentido en países como Canadá, Hong Kong, la India y los Estados Unidos.

• Utilizar herramientas de gestión más eficaces y transparentes tanto en lo que se refiere a las formas nuevas de educación superior como para las tradicionales, así como también para los mecanismos y organismos responsables de la garantía de la calidad y las acreditaciones. Por ejemplo, el uso más sistemático de las TIC permite poder detectar el fraude, comprobar si existe plagio y aumentar los costes de las prácticas corruptas en procesos de examen y en el acceso al mercado de trabajo para los graduados en educación superior.

• Facilitar el acceso público a la información: sistemas de información fiables y fáciles de hacer servir en las instituciones de educación superior y en los organismos acreditadores. Favorecer el acceso a bases de datos internacionales de referencia de cursos e instituciones de educación acreditados.

• Establecer y hacer servir indicadores que permitan verificar la integridad de un organismo acreditador o de una institución educativa.

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