domingo, 18 de mayo de 2008

¿Qué se debe articular en una “agenda digital” para México?


Opinión publicada en POLÍTICA DIGITAL, suplemento de la Revista NEXOS. El autor, académico de la UNAM con reconocimiento internacional, esboza una serie de ideas y reflexiones centrales sin las que cualquier Agenda Digital quedaría coja. Lo que sigue son apenas algunos apuntes bosquejados para esta edición.

¿Qué se debe articular en una “agenda digital” para México?
Por: Alejandro Pisanty
Establecer una Agenda Digital para México en 2008 requiere tamizar y articular temas muy diversos, entre otros: ICT4D (TICs para el desarrollo, en español), informática, industria electrónica, telecomunicaciones; regulación tecnológica, de contenidos y de mercados; competencia, inversión pública, política pública; Sociedad de la Información, Sociedad del Conocimiento, educación, investigación, desarrollo; política industrial, política editorial del Estado, políticas para el país y para el Estado; políticas para el gobierno federal, estatal y municipal; políticas públicas para la innovación, clusters, desarrollo regional, competitividad en sus múltiples acepciones y ámbitos, y muchos más.

Cada uno tiene sus principios, sus múltiples y ambivalentes definiciones, sus beneficiarios, activistas, enemigos, resistencias y perversiones.

Algunos temas vitales:

1. Infraestructura. Sí, infraestructura. No habrá Sociedad del Conocimiento ni agenda digital sin una expansión constante, agresiva, porosa y capilar de la infraestructura. Computadoras y dispositivos portátiles y manuales; fibra óptica, redes de corto alcance como Wi-Fi y de mediano alcance como WiMax, cable y otros mecanismos de la televisión restringida; redes de mallas, antenas (¿qué tal una política fiscal y urbana que favorezca el negocio de levantar torres y rentarlas para la colocación de antenas?, ¿qué tal una política que impulse el tendido de ductos para fibra óptica, y la fibra misma, a lo largo de toda zanja o ducto de longitud y ubicación adecuadas, que permita su rentabilidad?); centros de acceso comunitario, electricidad en cantidad y calidad suficiente, techos y vidrios.

2. Internet, Internet, Internet. La agenda digital no puede construirse sobre la base de eufemismos como “las modernas redes de telecomunicaciones”. Con esto o sin esto, tiene que ser explícito el compromiso con Internet, porque la palabra engloba todas las capas del modelo desde la física, porque conlleva la comunicación multidireccional, el apego fanático a los estándares que garantizan la interoperabilidad, la comunicación más allá de fronteras de países, regiones, culturas, grupos de edad, ocupación o profesión, la gobernanza “multi-stakeholder” entre participantes en pie de igualdad. Y porque en el imaginario colectivo es símbolo de acceso a bajo costo, bajas barreras de entrada para la creación y puesta en marcha de negocios, el espacio de las ONG también, y un atractivo componente lúdico que invita a trabajar y producir con alegría.

3. El “Inware” y cómo construirlo. Esta palabra la inventó el Ingeniero Mayo Martínez Kahn. No hay sociedad del conocimiento sin socialización del conocimiento; es precondición. Conocimiento mínimo pero sólido sobre la red y cómo usarla, sobre las computadoras y el software, expandido a toda la sociedad, actualizado, granular, segmentado. Impulsar las licenciaturas y el posgrado y la vinculación academia-industria y la publicación digital más allá del texto. Aprovechar y multiplicar la experiencia de SEPACómputo para capacitar a cientos de miles, a millones, en todo momento. E impartir, construir los aprendizajes, de técnica y ética a la par.

4. Lo que están haciendo los jóvenes y lo que les falta. La sociedad adulta, burocratizada, no ve y no ayuda a otros a ver lo que hacen los jóvenes programadores, autores, videoastas, escritores, operadores, creadores. Es imprescindible crear los espacios -mediante becas, premios, subsidios, concursos, pero ante todo mediante la atracción de ojos, de observadores- para que esta creación florezca, permita identificar las oportunidades de desarrollo individual y social y de negocio, las necesidades de capacitación y educación y de inversión y de fomento y de promoción, presentarlos con quienes pueden ser sus clientes, presentarles los grandes temas en los que su actividad es requerida (por ejemplo, “lo geográfico”, “lo espacial”, la necesidad de georreferenciar cada vez más los servicios y proveerlos al usuario en forma relevante para el lugar en que se encuentra.

5. Teoría del Intermediario Efectivo y cómo ir más allá. Además de los poco más de 20 millones de usuarios de Internet detectados por diversas estadísticas, una población quizás del mismo tamaño, o mayor, se beneficia de las actividades de muchos de estos primeros 20 millones. Algunos de ellos son estudiantes o miembros de familias o de comunidades aisladas, que entran en contacto con Internet a través de estas personas; personas integradas en alguna medida al sistema educativo, a la economía de mercado, al trasiego urbano, que son intermediarios efectivos entre los contenidos y servicios de las redes, y quienes no la utilizan. Transmiten información tan variada como la relativa a la salud, los fertilizantes, los mercados, y actúan como agentes de sus familias y comunidades ante el gobierno, la banca de desarrollo, los sistemas de fomento a la agricultura y la empresa, así como en las organizaciones de la sociedad civil en que se agrupan. La agenda digital de la sociedad se enriquece con su participación. El Estado tiene que enfocarse en esta intermediación para facilitarla y volverla poderosa, proveyéndoles capacitación constante y herramientas.

6. Cómo lograr la presencia de bienes y servicios esenciales en el mercado. No hay agenda digital que valga sin anchura de banda suficiente, barata, profusamente disponible, y entregada en la capa necesaria. Algunos usuarios forman un gran mercado para productos como redes privadas sobre MPLS. Otros requieren servicios en capas muy bajas: iluminar y administrar “lambdas” en la fibra óptica, entregada obscura. Actores como la CFE y otros que, o bien disponen de fibra, o bien disponen de ductos y derechos de vía extensos, deben sumarse a los esfuerzos de la academia, el sector educativo y de investigación e innovación tecnológica, el aparato de fomento a la ciencia, y el de fomento a la economía digital, para hacer disponibles estos recursos tanto en mecanismos fuera del mercado como en un mercado que debe transformarse por una intensa competencia.

7. OLPC y educación como caso de prueba: ¿quién manda? ¿quién establece la agenda digital, la agenda educativa, y sus articulaciones? La computadora “OLPC” (“One Laptop per Child”) inventada en el Massachussets Institute of Technology, proyecto intensamente controvertido, puede marcar un parteaguas en la educación, si su inserción se acompaña de una transformación radical del modo de hacer las cosas en la escuela, o sumarse a la montaña de fierros y plástico de las revoluciones desperdiciadas. ¿Van a estar los maestros, los padres de familia, las escuelas, todo el entorno, a la altura requerida para aprovechar las oportunidades que tecnologías como ésta proveen? Los niños y jóvenes, sí.

8. Ciudades digitales, regiones digitales: ¿El campo digital? Sustituir producción agrícola deficitaria por industrias de alto valor agregado, ¿es posible? Aprovechar los canales de comunicación con emigrados y remesas.

9. Continuidad o ruptura: ¿Es posible una revolución pacífica hacia la Sociedad de la Información?

10. Estándares, software libre: Bellezas, entretelas y obscuridad de la casa.

11. Detonar las fuerzas creativas: ¿Es posible en México aprovechar como oportunidad lo que hoy es un obstáculo? (el desgarre al interior de la sociedad, el desmadre, el encono, la imposibilidad de los acuerdos con altura de miras, el ventajismo personal, el tejido social selectivo).

12. Industria de contenido, industria de software. La industria de software progresa; los datos del ProSoft tienen mucho de alentador y sin embargo también admiten lecturas de preocupación intensa: un crecimiento mínimo en el número neto de empresas, un uso muy limitado de la tecnología - en general - en las PyMEs y por ello un limitado mercado interno. ¿Puede pasar algo diferente con los contenidos? Video, audio, texto, imagen, sus combinaciones, en nuevos formatos breves, justo a tiempo, para audiencias extremadamente segmentadas, para nuevas plataformas, para los nuevos canales de la convergencia? ¿Quién invierte, quién compra, qué política ampara a los productores de videos de tres minutos?

13. Ética, protección de datos personales; ley de la selva. Urge legislar y ejercer lo que se legisle en materia de protección de datos personales y de protección de la intimidad. Lo que sucede en Internet se queda en Internet. Lo que no sucede en Internet estará muy pronto en Internet. La grabación de un encuentro privado se convierte en pornografía de difusión masiva al instante, sea pornografía erótica o pornografía política. Ambas empiezan por quitar y poner ligas. No hay ley que baste: necesitamos una revolución ética.

14. Confianza e identidad o identidad y confianza: ¿Cómo podemos confiar en la identidad que se nos ofrece, sea ésta la de personas, instituciones, o bienes como los inmuebles, los automóviles, y otros que requieren de registro? México debe sumarse con prontitud al debate mundial y asimilar con rapidez y profundidad las consecuencias. ¿Dotar a todos los ciudadanos de un identificador y un autenticador electrónicos sin volverlos blanco y botín de abuso y delincuencia? ¿O vamos a escondernos todos de la red? ¿Qué políticas públicas y leyes, qué acuerdos de autorregulación, nos protegen contra la falsificación de personas, o de sesgo deliberado en buscadores y enciclopedias en línea? ¿Cómo se les hace valer a través de las fronteras?

15. Mecanismos de mercado, y cómo resolver lo que al mercado no le interesa como negocio. Un paquete debidamente articulado de política pública en la agenda digital impulsa la conectividad, la construcción de “inware”, la socialización, la disponibilidad de flujos multidireccionales de información y opinión también donde no hay mercado. Facilita la instalación y operación de redes de comunicación comunitarias, les abre generosamente el espectro, fomenta su formalización y su articulación con otras redes similares, integra Internet con radio, televisión, prensa y nuevos medios inéditos, y sin censura, evita su abuso por actores con poder asimétrico, sea este religioso, ideológico, político o comercial.

Alejandro Pisanty es Director General de Servicios de Cómputo Académico, Universidad Nacional Autónoma de México, apisan@servidor.unam.mx

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