miércoles, 1 de julio de 2009

Otro (Molinar) muerde el polvo

Raymundo Rivapalacio
El Zócalo de Saltillo/1 de julio de 2009

'¿Quiere que se haga cargo del futuro de sus hijos?’

La tragedia en la guardería ABC de Hermosillo cobró una nueva víctima política. Juan Molinar, secretario de Comunicaciones y Transportes y ex director del Seguro Social, difícilmente llegará al 2012. El hombre a quien metió el presidente Felipe Calderón al gabinete para construir una candidatura presidencial alterna que corriera en paralelo a la que se está fabricando con Ernesto Cordero en la Secretaría de Desarrollo Social, se colapsó. Será muy difícil para el Presidente inclinarse por Molinar en la sucesión, cuando la campaña negativa será natural en su contra. Imagínese el spot con su cara de fondo: “¿Quiere que se haga cargo del futuro de sus hijos?”. Con esa frase, lo liquidan. Calderón tiene que preparar otro precandidato.

Si bien desde los primeros días de la tragedia se rompieron los sueños presidenciales del gobernador Eduardo Bours, con el paso de las semanas se han ido sepultando los de Molinar. El secretario era director del Seguro Social cuando se otorgó la subrogación de la guardería ABC, mediante un mecanismo administrado y supervisado por la coordinadora general de Guarderías, Carla Rochín, quien había sido su lugarteniente en el equipo de transición del presidente electo Calderón.

De acuerdo con la norma vigente en el Seguro Social, Rochín se encuentra en la línea de responsabilidad directa en el caso de las guarderías subrogadas, como jefa de la encargada regional de guarderías, quien fue enviada a prisión la semana pasada, convirtiéndose en la única funcionaria a nivel federal, estatal o local es ser encarcelada por su presunta culpabilidad en la tragedia que causó la muerte a decenas de menores. Aunque Rochín no es culpable, sí es responsable, pero se le ha mantenido al margen de todo este episodio y no ha salido a dar la cara. Molinar sí ha estado en la arena pública defendiéndose atacando a Bours. Pero el golpe contra él es directo, y en el mediano plazo, impacta a Calderón.

Cada presidente busca siempre la manera de que una persona que comparta totalmente su proyecto de gobierno, sea quien lo suceda. A veces quieren perpetuarse; en ocasiones porque el país que quieren necesita más de un sexenio para cuajar. En otras, como llave de seguridad ante eventuales ataques políticos.

Miguel de La Madrid, por ejemplo, pensó en Carlos Salinas porque estaba ideológicamente comprometido con el modelo económico neoliberal. Salinas en Luis Donaldo Colosio porque era el único de sus cercanos al que podía manipular. Al ser asesinado, la solución de Ernesto Zedillo se inscribió en la mecánica que siguió De la Madrid con él. Vicente Fox pensó en Santiago Creel, pero al igual que sucedió con Salinas y Zedillo, las cosas no salieron como querían. Calderón tenía a Juan Camilo Mouriño, pero a la muerte del secretario de Gobernación que estaba construyéndole un grupo económico que le ayudara a construir su proyecto de país más allá del sexenio, la ecuación se le complicó.

El alterno de Mouriño era Cordero, quien ahora pasó a la punta. Pero tendrá que crecer mucho para que pueda aspirar a ser un candidato viable y factible para la Presidencia. A la salida de Luis Téllez del gabinete, una ventana se abrió para Calderón, quien colocó a cargo del despacho de Comunicaciones y Transportes a Molinar. Calderón necesitaba opciones para jugar con ellas en los próximos meses, principalmente de cara a los duros del PAN –y los resentidos con él-, que intentarán arrebatarle la candidatura presidencial, y que están coqueteando con construir una con Josefina Vázquez Mota desde la Cámara de Diputados. En estos momentos, el Presidente tiene la fuerza, pero a Calderón le faltan precandidatos.

Molinar, como Cordero y antes Mouriño, pertenecen al equipo muy cercano a Calderón, quien es una persona sumamente desconfiada y busca siempre en su kitchen cabinet, como se denomina a los grupos políticos íntimos, el trazo estratégico de su gobierno. Los sucesos de Hermosillo lo volvieron a colocar en la misma situación de principios de noviembre, cuando falleció Mouriño. Dos tragedias lo dejaron sin dos precandidatos suyos, y tiene que comenzar a construir una opción alterna a Cordero, por si este no crece o se desbarranca en el camino. Pero lo tiene que hacer ya, pues tiene únicamente dos años para construir esa candidatura, que tendrá que resolverse en el PAN en otoño de 2011.

La sucesión para Calderón no puede ser vista como una carrera de caballos, como otrora han sido las sucesiones, sino de movimientos estratégicos para que el Presidente amarre su proyecto gubernamental. Sus adversarios no estarán sólo en los partidos de oposición, sino dentro del mismo PAN, donde la lucha política será más fuerte, más enconada y más inmediata. Lo veremos rápido. La pugna por el poder y la Presidencia comenzará el próximo lunes, un día después de las elecciones.

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