viernes, 27 de junio de 2008

¿De qué escribir?

Por: Arturo Damm Arnal/La Crónica de Hoy/Viernes 27 de Junio de 2008

Hay días, como hoy, en los que, simple y sencillamente, no se me da la escritura, o por lo menos no la que se espera, en espacios como éste, de alguien como yo, esencialmente analista de temas económicos, siempre y cuando no haya algo más importante que analizar, como puede ser el caso de la legalización y la reglamentación del consumo de drogas, a favor de la cual estoy, o el caso de la legalización, bajo ciertas circunstancias, del aborto, a lo cual, tal y como he dejado constancia en estos Pesos y Contrapesos, me opongo.
Retomo el hilo: hay días, como hoy, en los que, simple y sencillamente, no se me da la escritura. Y no porque falten temas, sino porque ésos, los temas, siguen siendo los mismos: el repunte en la inflación; el congelamiento de precios; el subsidio al precio de la gasolina y el diesel; el aumento en la Tasa de Interés Interbancaria, a 1 día, que el Banco de México cobra a los bancos comerciales que le piden dinero prestado, todo ello con el objetivo de contener las presiones inflacionarias; las discusiones en torno a la reforma de Pemex, por citar los temas directamente relacionados con la economía, que tal vez sean los más urgentes, pero no los más importantes. ¿O no será al revés, de tal manera que son los más importantes pero no los más urgentes? ¿O no será, tercera posibilidad, que son, al mismo tiempo, urgentes e importantes? Por ejemplo, ¿la reforma de Pemex es importante? Sin duda alguna. ¿Es urgente? También. Entonces, si es urgente a la vez que importante, o, cambiando el orden de los factores, importante y urgente, ¿por qué tarda tanto? No será que, al final de cuentas, al menos para los intereses creados en torno a la industria petrolera nacional, y a partir de prejuicios ideológicos y aspiraciones políticas, ¿la mentada reforma no resulta ni importante ni urgente, razón por la cual tarda tanto?
Lo anterior, el juego con tres posibles combinaciones entre importante y urgente, juego que literalmente me he sacado del teclado conforme he tecleado, muestra que, efectivamente, hay días, como hoy, en los que, simple y sencillamente, no se me da la escritura. Y no porque falten temas, sino porque los mismos siguen siendo eso, los mismos, y por tanto sobre los que ya se ha escrito una y otra vez, tal y como es el caso de la guerra del gobierno contra los narcotraficantes, misma que, hasta el pasado miércoles 24, había cobrado, en lo que va de la administración calderonista, 6 mil vidas, entre “culpables e inocentes”, vidas que, tal y como lo señala Calderón cada vez que habla del tema, se seguirán perdiendo, señalamiento que el presidente hace como si de señalar cualquier estadística se tratara, digamos un índice bursátil, lo cual a mí me genera indignación, por una razón muy sencilla: ninguna de esas 6 mil vidas, entre inocentes y culpables, debería de haberse perdido si tan sólo el gobierno desistiera de su pretensión de convertirse en ángel de la guarda y preservarnos de todos los males, comenzando por aquellos que podemos hacernos a nosotros mismos, consumo de drogas incluido, acción dañina pero que no es delictiva por su propia naturaleza, razón por la cual no debe prohibirse, debiéndose, por el contrario, legalizarse y reglamentarse. Y sin embargo, producto del abuso del poder político, se prohíbe, con las consecuencias que estamos viendo, entre las que sobresalen miles de muertes innecesarias, comenzando por las de los policías, a quienes se manda a una guerra injusta, efecto de los gobiernos ángeles de la guarda, que abusan de su poder, creando problemas (el narcotráfico) más graves que los que originalmente se pretendían resolver (la drogadicción).
En fin, que hay días…

arturodamm@prodigy.net.mx

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