Mayo 68, instrumento del capitalismo

Gabriela Torres
Barcelona/BBCMUNDO.Com

"Fue bastante raro", así recuerda el filósofo francés Luc Ferry, uno de los principales exponentes del humanismo secular, el mayo del 68. Tenía 17 años y empezaba la universidad.

"Había una mezcla de libertad individual y de jóvenes que luchaban contra los valores y las estructuras tradicionales. Pero por otro lado, también luchaban en nombre de valores muy dogmáticos, lo cual era bastante extraño".

Confiesa que esos días de revuelta los recuerda menos violentos de lo que se narra en los libros de historia y que pudo haber sido más divertido de lo que realmente fue.

"La gente, como los maoístas, era muy dogmática. No luchaban por la libertad o por la emancipación del humanismo, sino que lo hacían en contra del partido comunista... por la restauración del estalinismo más puro".

Cuarenta años más tarde, Ferry le explica a BBC Mundo que no cree que esa revuelta estudiantil de París, que marcó un antes y un después en la historia contemporánea -al menos europea- sea motivo de celebración.

Instrumento del capitalismo

El autor de "La Pensée 68", un libro crítico a los eventos de ese mayo francés, considera que todo por lo que aquellos jóvenes "sus amigos" lucharon fracasó.

Muchos de ellos eran maoístas, anarquistas, trotskistas... estos jóvenes contestatarios fueron el instrumento del desarrollo del capitalismo moderno
"Todos ellos se imaginaron que luchaban en contra de la sociedad de consumo. Muchos de ellos eran maoístas, anarquistas, trotskistas, así que luchaban en contra de la sociedad capitalista, en contra de la sociedad de consumo... estos jóvenes contestatarios fueron el instrumento del desarrollo del capitalismo moderno", explica.

Ésa es la tesis que defiende Ferry en su libro. Esos jóvenes bohemios sirvieron para que el capitalismo se desarrollara y creciera todavía más.

"Era necesario deconstruir los valores tradicionales, romperlos, para que pudiéramos entrar en la sociedad capitalista del hiper consumo. Es decir, en la globalización".

De izquierdista a director de empresa

El resultado, para el filósofo francés, es que esos jóvenes de izquierda fueron absorbidos por la maquinaria consumista.

Cuando uno observa el mayo del 68, todos los protagonistas actualmente son directores de empresas, grandes ejecutivos de compañías publicitarias, cinematográficas, etc.

Para Ferry, hasta los sindicatos están integrados en la sociedad neoliberal. "Cuando uno se fija en España, Francia, Alemania, Inglaterra, en Italia, ves que la revolución no se ha producido. La revolución política y económica no se ha producido".

¿Por qué? Porque no estamos en un sistema marxista, sino que "estamos en un sistema más liberal y capitalista que nunca".

"Por eso, mayo del 68, como toda la deconstrucción de los valores tradicionales, se puso al servicio del capitalismo".

No todo es tan malo

Ferry admite que en el aspecto social, hubo transformaciones profundas que beneficiaron la sociedad, como fue la liberación sexual, la emancipación de la mujer o de las costumbres.


"Hay más democracia en las empresas a través de los sindicatos. En el matrimonio, el hombre y la mujer tienen los mismos derechos. Existe el derecho a la contracepción... por lo tanto hay toda una serie de aspectos de la vida humana que ha permitido la deconstrucción de los valores tradicionales, que ha permitido la emancipación".

Libertades que contribuyeron a la expansión de la sociedad del consumo. "'Disfrutar sin límites', era uno de los grandes eslóganes de mayo del 68. Todos mis amigos de esa época hoy son neoliberales y votan por Sarkozy".

Un alto precio

Entonces, ¿mayo del 68 fue necesario? Para Luc Ferry, lo fue. Aunque depende del ángulo desde donde se mire.


El aprendizaje tradicional se ha destruido. Hoy en Francia los niños cometen cuatro veces más errores de ortografía en los dictados que en los años 30
"A mí me parece bien que la gente sea más libre. Pero no todo es color de rosa". Porque para el filósofo francés, hubo que pagar un precio muy caro por esas libertades: las escuelas.

Quien fue ministro de Educación de Francia explica que con la revuelta de Francia de hace cuatro décadas, se premió la creatividad por encima de los valores tradicionales. Con lo cual, todo lo que es la transmisión de los valores se vio perjudicado.

"En la escuela, todo lo que tiene que ver con el aprendizaje tradicional más o menos se ha destruido. Hoy en Francia -por ejemplo- los niños cometen cuatro veces más errores de ortografía en los dictados que en los años 30. Todo lo que tiene que ver con el patrimonio tradicional tiene dificultades en la actualidad".

No en Europa. Menos, en París

Ferry no quiere ser malinterpretado. Él no está de acuerdo en regresar a las tradiciones del siglo pasado, sino que hay que empezar una reconstrucción de los valores a partir de las libertades que la sociedad ya ha ganado.

Libertades instauradas en Europa que hacen "imposible" que se produzca un nuevo mayo del 68. "¿Contra qué vamos a luchar?", se pregunta.

"Aquí se puede hacer lo que uno quiera. Uno se puede acostar con quien quiera y cuando quiera; uno puede insultar al presidente del gobierno o al primer ministro sin riesgo. Se puede hacer absolutamente todo. Lo único que nos frena somos nosotros mismos".

Para este filósofo francés hay que ir a países donde todavía existe el dogmatismo policial, como China o Irán. "¡Sería fantástico! Entonces yo iría allí y estaría con esos revolucionarios. Pero aquí en Europa, no veo contra quién vamos a luchar".

Así que para Ferry, no será en Europa y menos en París donde se produzca un nuevo mayo francés.