martes, 24 de junio de 2008

Despedida





Despedida

Ramón Cota Meza
EL UNIVERSAL/19 de junio de 2008

A Guillermo Fabela y Federico Campbell

EL UNIVERSAL inicia una etapa que incluye una redistribución de su contenido. La mitad de la sección editorial pasa a ser cartas a la redacción con el fin de aumentar lectores e interactuar con ellos. Este es uno de los muchos cambios que los diarios impresos y los medios de comunicación en general están experimentando a causa de la revolución tecnológica, la presión de una competencia creciente, los altibajos del mercado y los nuevos retos de la profesión en la era de la información.

La internet tiende a borrar las diferencias entre el escritor profesional y el escritor aficionado (el autor de cartas a la redacción en este caso), empujando un desplazamiento del análisis informado por las exclamaciones de indignación y protesta. Decidir si esto es preferible al artículo sólido y oportuno es cosa de criterio editorial. En lo que a mí respecta, es mi deber respetar las decisiones del diario que me ha dado generosa hospitalidad semanal durante 13 años, y que me la sigue dando, ahora cada mes, lo cual agradezco.

Por desgracia, esta nueva periodicidad altera el balance de mi trabajo intelectual, así que no puedo seguir colaborando en tales condiciones. Lamento la tendencia a la merma del espacio editorial, no sólo en este diario. Si hay sesgo en mi postura, mi propia ocupación profesional me justificaría, pero es obvio que el cambio de prioridades mengua el espacio de la argumentación y el debate, de por sí menguado por políticos incrustados en las páginas editoriales para promover sus causas.

A pesar de esto, las secciones editoriales de varios periódicos y los foros de otros medios han mejorado en los últimos años. Los artículos de ahora tienen más información específica, mientras el moralismo y el “chacaleo” de los viejos tiempos languidecen, sin que esto nos libere de otros vicios, como explotar lugares comunes, parlotear como expertos, volvernos monotemáticos e irnos a veces con la cargada ideológica.

Es probable que la opinión manifestada en secciones editoriales haya contribuido a formar una actitud más atenta a los asuntos públicos y a la información en general en la era democrática, más ahora que la opinión fluye por diversos medios a todas horas y en la red. Por lo menos a mí ese flujo me sirve y supongo que a otros también porque nos transmite datos, sin que necesariamente compartamos la postura del emisor.

La función informativa del articulista supera la vieja querella “reporteros versus articulistas”, según la cual estos últimos no aportan y sólo parasitan la información del primero. Lo cierto es que el articulista de ahora también informa, pues sus argumentos carecerían de valor sin datos específicos. La opción sigue siendo mejorar el contenido intelectual, pero la presión para igualar el nivel a la baja es fuerte. En espera de mejores tiempos para el editorialismo, va de nuevo mi agradecimiento a EL UNIVERSAL, de veras.

blascota@prodigy.net.mx

Analista político

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