sábado, 21 de junio de 2008

Soy un hombre que ha luchado por perdurar: Alí Chumacero

Por: Juan Carlos Aguilar García/La Crónica de Hoy/ Sábado 21 de Junio de 2008

“Soy un hombre dedicado a los libros, un pastor de la palabra”, mencionó de sí mismo Alí Chumacero, quien llega a los 90 años con un único deseo: vivir intensamente la literatura, cada palabra, cada línea...
Así lo ha hecho desde que aprendió a leer y, profesionalmente, desde hace más de 50 años como editor en el Fondo de Cultura Económica, donde ha corregido las obras de célebres escritores como Octavio Paz, Juan Rulfo y Juan José Arreola. Como autor fue conciso, pero contundente: sólo publicó tres poemarios: Páramo de sueños (1940), Imágenes desterradas (1948) y Palabras en reposo (1956).
Es por eso que Chumacero (Acaponeta, 1918) insiste en presentarse como un “simple obrero, no un intelectual”. Y es justo por esa labor de “obrero”, que el Fondo de Cultura Económica, la Secretaría de Educación Pública y el gobierno de Nayarit le han preparado un gran homenaje, ahora que está por cumplir, el próximo 9 de julio, nueve décadas de vida.
El FCE publicará su Poesía completa con prólogo de José Emilio Pacheco, además de que la próxima librería que la editorial abrirá en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez llevará su nombre.
Por su parte, el gobierno de Nayarit le otorgará el nombramiento de “Hijo Distinguido del Estado”, así como una medalla conmemorativa como un reconocimiento a su obra literaria.
Pero eso no es todo. El sello español Pre-Textos publicará una antología de su poesía, mientras que la Lotería Nacional editará un billete conmemorativo de Chumacero, para el sorteo mayor del 15 de julio.
“No puedo menos que agradecer la organización de este precioso acto, y más que nada, sin insultar a los organizadores, agradezco a quienes llenos de paciencia han venido a oír tanto elogio más o menos merecido”, expresó Chumacero durante el anuncio de las celebraciones.
Y rememoró: “Mi vida ha sido un desorden previamente ordenado, una forma de ver el mundo como si se fuera a acabar en unos cuantos días. Felizmente para mí, el mundo ha sido no sólo de 90 años; como dijo el poeta, yo he vivido tres minutos en cada minuto.
“He gozado de la vida, he procurado no pelear con nadie, le he dado por su lado hasta a mis hijos, he sido un hombre que sin buscar el aplauso ha vivido espléndidamente porque, señoras y señores, es muy bien sabido que yo soy un hombre pobre, pero tacaño.
“El tacaño vive como un príncipe, vive mejor que el rico desperdiciado. Goza de la vida porque no le hace falta nada. Si no come, adelgaza y mejora la línea; si no va a una diversión, se la inventa. Y si tiene tiempo se pone a leer un libro o, peor, a escribirlo.
“Yo he sido un hombre que ha leído muchos libros, dueño de una de las bibliotecas más amplias de este país (con cerca de 40 mil volúmenes), además de que he sido un hombre que ha encontrado en la vida un refugio para ahorrarse las horas de sueño. Yo he vivido de noche y soñado de día”.
Chumacero no ha sido un hombre de ambiciones materiales. Ahora su único anhelo es que cuando muera, lo recuerden como un hombre que, con su poesía, logró despertar algún sentimiento en el lector.
“Quiero que a la hora de la hora, cuando me vaya con mi música a otra parte, me recuerden como un hombre venido de un pueblo pequeño que se llama Acaponeta, de un estado pequeño que se llama Nayarit.
“Venido desde allá llegué a la ciudad de México y dije: ‘señores, yo también soy un ser humano capaz de dejar sobre la conciencia de los mexicanos un sentimiento, un reflejo de lo que es la vida, un sueño que sigue viviendo, que sigue jugándose la vida misma en la vida de todos los demás’”.
Mencionó que cada noche duerme con un libro en la mano, “así que es muy probable que muera con uno”. Sin embargo, al minuto siguiente soltó: “Seré eterno. He sido un hombre que ha luchado por perdurar. Es un deseo de muchos y una ganancia de pocos”. Él lo logró.

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