Un año, le queda a Pedro Ortega Romero en la rectoría de la Unison. Nos reportan que Ortega ha declarado que terminado sus complicados 8 años de gestión rectoral, no buscará ningún puesto de elección popular (lease diputación local o federal), y que se dedicará a sus labores de investigador del DICTUS, tal vez -suponemos- a esperar a que se le cumpla el plazo para tener derecho a la jubilación. ¿Se jubilará al cumplir los treinta años de antiguedad? ¿Del total de años que tiene Pedro en la Unison, cuántos se ha dedicado a labores de admninistrativo y cuántos a actividades académicas de investigación?
Mientras tanto, las piezas del ajedrez rectoral se siguen moviendo con discreción, pero con paso firme a amarrar una anhelada palomeada del actual rector, a uno los delfines visibles, Enrique y Heriberto, ante los miembros de la Junta Universitaria.
Pareciera que el perfil de Enrique es el que más se asemeja al estilo ortegista de conducir a la universidad, pero tal parece que la coyuntura de la próxima sucesión rectoral del 2009, estará demandando una persona con las cualidades del actual vicerrector Grijalva, más cercano a los grupos de poder que manejan sectores claves de la vida política universitaria, lease sindicatos STAUS Y STEUS, grupos de poder en economía, derecho, humanidades y centros de investigación con mucho peso académico, DIFUS, Polimeros y el DIPA.
Sería interesante saber si los que se manejan para suceder a Pedro, Enrique y Heriberto, hicieran desde ya explícita su decisión de querer aspirar a ocupar la rectoría para el período 2009-2013, y que nos dijeran los justificantes que avalen tal aspiración. Vivimos tiempos de trasparencia, qué no ??
¿O todo seguirá haciéndose a la Martín Valenzuela, en lo oscurito y con unos cuantitos?
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