miércoles, 4 de junio de 2008

¡Oops!, me enamoré de mi maestr@

¡Oops!, me enamoré de mi maestr@

Pudo haberte sucedido en la primaria, o en la universidad, sin excluir a aquellos que tuvieron clases extra y que también quedaron un poco atolondrados por aquel maestr@ que les robó el corazón; ¿tienes alguna experiencia? Cuéntanosla

Bien dicen que cuando uno se enamora, lo hace sin pensar, son cosas que llegan y que, en ocasiones, parecen imposibles, como enamorarse de un@ maestr@; para algunos es una especie de amor imposible; para otros, se convierte en una aventura y una experiencia prohibida. ¿Te ha pasado? Si no te gustaba la clase de matemáticas, química, filosofía, etcétera, aquel primer día de clases cuando viste a tu profe, todo cambió; o ¿cuántos en la prepa dejaron de “volarse esa clase”? o ¿se volvieron el alumno número uno, el consentido?

Para colmo, posiblemente era muy feit@, no era precisamente una persona atractiva, pero la forma en cómo daba la clase y esa manera de tratarte son lo que te atraía; en el fondo sabías que no te haría caso, aunque no es un regla.

¡Oops!, me enamoré de mi maestr@

Les contaremos el caso de Diana. Cuando iba en secundaria se dio cuenta de que le atraían las mujeres, en especial Ericka, su maestra de matemáticas: “Nunca me gustó tanto sumar y dividir como cuando mi maestra daba esa clase, la atracción hacia ella era tanta, que buscaba todos los días sentarme adelante y participar siempre en clase. Fue ahí cuando descubrí que sentía mucha atracción por las mujeres, me enamoré de un imposible, pero le declaré mi amor con una cartita anónima”.

Cuando Anahí tenía 20 años, estaba cursando los últimos semestres de la prepa; ahí conoció a un maestro de Turismo, del cual se enamoró, pero no se quedó como un amor platónico: “Pues no podía negar que el profe me encantaba, y que yo también le parecía atractiva, pues respondía a mis coqueteos. Para no hacer de esto una novela, como a mediados del cuatri, le declaré mi amor, lo besé; fuimos como novios a escondidas, pero se supo y tuvimos que terminar; la verdad ha sido una locura que he gozado mucho”.

Alberto también tiene su historia: “Cuando iba en la primaria, me enamoré de mi maestra de computación, lógico que no me iba a hacer caso; ya en la prepa, la maestra de biología estaba algo fea, pero su forma de pensar me cautivó, no había clase que no cargara sus cosas; la que de plano se robó mi corazón, fue mi instructora de yoga, ¡hasta dejé de dormirme en las tardes para ir a sus clases!”.

¿Por qué nos enamoramos de un/a profesor/a?

No tienen que ser guap@s o ser los más intelectuales, a veces son los pequeños detalles los que pueden llegar a robarle un suspiro a sus alumnos. Pero, ¿qué hace que nos enamoremos de estos personajes? Recurrimos a la asesoría de la psicóloga Tania Bistrain, esto fue lo que comentó:

“No hay una razón general, depende de las circunstancias y la personalidad de las personas. Ahora bien, la explicación más común es que inconscientemente vemos en el profesor una imagen de protección, seguridad, confianza, apoyo, presencia, madurez, conocimientos; el profesor es como el reflejo de nuestros padres, es decir, son las personas más allegadas a nosotros cuando estamos creciendo, son los que toman la estafeta en lo que respecta a la educación. Yo sé que esta explicación se les hará algo extraña, pero si tienen pareja, pónganse a pensar un momento en cómo es su pareja y después en cómo son sus papás, les aseguro que más de uno va a decir que su pareja tiene una o más características de sus padres.

“Creo que es ‘normal’ que nos enamoremos de los profesores, es como un amor platónico, algo inalcanzable, una ilusión que después desaparece. Conozco varios casos de personas que se han enamorado de sus profesores y terminan andando con ellos. Cuando estudié la carrera, tuve una maestra que un día nos comentó que su novio fue su alumno, salieron varias veces y terminaron siendo novios y les puedo decir que hasta la fecha siguen con la relación y se llevan muy bien. No le veo nada de malo llevar una relación con sus profesores, pero si lo llegan a hacer, tomen en cuenta que pueden desilusionarse porque tal vez el profe esté comprometido, casado etc. También hay que considerar que muchas veces los profesores no nos van a hacer caso y debemos respetar su decisión, porque a nadie le gusta que lo estén acosando”.

Fuente: http://tva.com.mx

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