sábado, 21 de junio de 2008

“Sex and the City” y el papel de la mujer actual


Tema de actualidad, que es abordado por el Mtro. José Carlos García Cosco, profesor de Humanidades de la UAM-Azcapotzalco:

La serie Sex and the City, de la que el 6 de junio pasado se estrenó la película en México, es una oportunidad para analizar el papel de la mujer en nuestros días.

La serie ha sido cuestionada porque muestra la vida de cuatro amigas amantes de la ropa de marca, de zapatos que cuestan cuatro meses de salario mínimo mexicano, con preocupaciones frívolas.

Vende un Nueva York irreal donde los salarios de promedio alcanzan para una vida lujosa. Una ciudad libre de inseguridad y basura. Mujeres que soportan caminar largas distancias con tacones altos. Hombres atractivos y solteros en cada esquina o en la playa, listos para el sexo sin compromiso. Promueve el consumismo, tan sólo la bebida que toman las protagonistas en los bares que frecuentan, llamada Cosmopolitan, se puso de moda. El sexo vende, y si añadimos moda y glamour, tenemos la clave del éxito de la serie. Convirtió a los zapatos en protagonista, incluso sustituyen el anillo de compromiso por una zapatilla al estilo de La Cenicienta.

La serie cae en la dinámica social actual que promueve el discurso sobre el sexo y la incitación institucional para hablar sobre él (revistas o libros para ser expertos amantes). La sexualidad bajo la cultura victoriana, que implicaba represión, actitudes, gestos, caricias, momento exacto para hacer el amor, preguntas indirectas y vagas sobre el sexo quedó atrás. Sex and the City no fija una frontera al sexo, propone sus diversas formas como parte de la vida cotidiana de la sociedad.

Desde otro punto de vista, propone que la vida de una mujer no termina a los 30 años, al contrario, es la mejor etapa para empezar a desarrollarse en términos profesionales y personales, con la posibilidad de ser independientes económicamente, solteras y sin hijos.

Cada capítulo hace reflexionar sobre cómo tener una vida emocional estable, por ejemplo, médicamente puedes tener sexo seguro pero cómo te puedes proteger de enamorarte de la persona equivocada. No es una serie que utilice las matemáticas como CSI para resolver problemas o que tenga un argumento complejo como LOST, pero ofrece oportunidades para meditar sobre temas cotidianos de forma comercial, entretenida, simple más no simplona y al acceso del público promedio.

También pone a la vista la discriminación que sufren las personas solteras en la sociedad, las fuertes presiones para cuestionarse si están eligiendo correctamente su estilo de vida. Por ejemplo, a Miranda Hobbes (interpretada por Cynthia Nixon) la llegan a considerar lesbiana sólo por el hecho de ser soltera y mayor de 30 años; la película cuestiona si después de los cuarenta años una mujer puede casarse en una sociedad que privilegia la juventud.

Conforme se desarrollan la serie y la película, cada protagonista ejemplifica algunos problemas para encontrar el amor romántico, pero eligen a la pareja por la que sienten, diría Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), pasión por sus pasiones. Deciden formar una vida en pareja, no porque se sientan solas o no tengan vida social, buscan una pareja que les permita desarrollarse y con quien, como dijo Samantha (Kim Cattrall), no te sientas insegura al tomarle la mano. Se casan, no por cliché o negocio, sino por ser dos adultos que deciden hacer vida juntos.

Puede ser una serie lejana a la realidad mexicana, pero nos dice que la mujer no tiene que casarse al iniciar su vida reproductiva a los 13 o 15 años, como en las zonas rurales mexicanas; sino que hay un periodo de búsqueda y desarrollo personal. Cuestiona el papel tradicional de la mujer (ama de casa, cocinera, cuidadora de niños) y expone las alternativas de alguien con estudios universitarios, éxito profesional e independiente económicamente. Aunque también exhibe la solución que ha permitido a mujeres liberarse de su carga social, “explotar” a otras mujeres: Miranda cuenta con una sirvienta y Carrie contrata una asistente para asuntos personales. La serie y la película exponen personas conscientes de sus vidas. Asumen su independencia. El protagonista ya no es un hombre; todo gira en torno al mundo emocional de la mujer cosmopolita.

Se establecen diferentes alternativas de vida. Está el cuento de hadas, representado por Charlotte, que aunque no es feliz todo el día, si lo es todos los días y su polo opuesto, Samantha, que quiere a su pareja pero se quiere más a sí misma. Manifiesta la posibilidad de tener una vida equilibrada con amigos, pareja, hijos y trabajo, aún cuando vivamos en una sociedad que le huye al compromiso y las personas más seguras se vuelven inseguras ante el amor. En el fondo, lo importante es casarse con la persona indicada con un vestido sin marca de una tienda de ofertas y la única forma de saber si el matrimonio funcionará es arriesgar todo con base en el amor. ¿Tu qué piensas?


Este trabajo fue publicado hoy también en la versión impresa de EL UNIVERSAL. Si eres estudiante o profesor de la UAM participa en proyectouniversal@correo.uam.mx

1 comentario:

ISKRA dijo...

ESTOY DEACUERDO CON EL AUTOR, PERO LOS TIEMPOS CAMBIAN Y TAL VEZ LA MUJER MEXICANA NO ESTA TAN LEJOS DE SEX AND THE CITY ALMENOS EN EL D.F