viernes, 14 de agosto de 2009

¡Aguas!

Alejandro González
Milenio/14 de agosto de 2009

Ni el más ingenioso de los literatos surrealistas imaginó una ciudad que cuando llueve se inunda, en algunos lugares hasta el cuello de sus habitantes, y que en sus casas no cuentan con agua potable.
El recorte de 30 por ciento en el suministro de agua en la Ciudad de México es el arranque de una serie de medidas que intentarán recomponer el abastecimiento; como la mayor parte del agua se escapa en fugas, el recorte impide que se derrame por las calles o en las coladeras.
El resto de las medidas, cambiar regaderas e inodoros, son cosas técnicas y las que faltan, las culturales, vendrán como agregado de la inevitable escasez de agua.
Esta crisis que crece silenciosa, no es exclusiva de México o de la región, es un problema mundial muy grande, tanto, que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales otorga a todos los seres humanos el derecho a contar con agua suficiente, a precio asequible, físicamente accesible, segura y de calidad aceptable para usos personales y domésticos; “El derecho humano al agua es indispensable para llevar una vida en dignidad humana” y señala que “es un prerrequisito para la realización de otros derechos humanos”.
En la clasificación mundial, México es considerado como un país con baja disponibilidad de agua, tenemos un territorio semiárido, el 56 por ciento y el 67 por ciento de las lluvias caen de junio a septiembre.
¿Cómo es posible que nadie previera la crisis que está llegando? La mitad del problema es político porque las obras de agua y drenaje o de captación de lluvia no son tan lucidas y visibles como el segundo piso del periférico.
La otra mitad es por que no hay cultura de pagar por el servicio; casi 160 mil capitalinos adeudan mil millones de pesos por uso del servicio de agua potable.
Y ahora que las estimaciones dicen que el 2010 será “un año negro” en el abastecimiento de agua, lo que viene es quién levantará la mano para arreglar el problema.
Lo más delicado es que se politice el problema entre las tres fuerzas involucradas; el centro del problema está en un terreno donde entran en conflicto tres fuerzas políticas: el gobierno federal que representa al PAN, el gobierno del Estado de México en manos del PRI y el gobierno del Distrito Federal donde el PRD establece las prioridades.
De manera que todos se culpan de no haber invertido a tiempo.

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