sábado, 22 de agosto de 2009

Para reforzar a la UNESCO

Benita Ferrero-Waldner
El Universal/22 de agosto de 2009

En el mundo de hoy, complejo, interconectado, con sus grandes oportunidades y retos comunes, necesitamos instituciones globales que tiendan puentes entre las divisiones políticas y económicas y unan a la gente en torno a valores compartidos. Por consiguiente, yo creo que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, puede hacer una contribución crucial para la promoción de gobiernos justos, del desarrollo sostenible, de la diversidad cultural y de la participación democrática.
La UNESCO se fundó en la convicción de que la educación, la ciencia, el respeto por la diversidad cultural y la comunicación son esenciales para construir la paz. Hoy, esta visión es más relevante que nunca. Es prioritario evitar conflictos producidos por la ignorancia, abordar retos globales que nos afectan a todos; desde la erradicación de la pobreza y la falta de acceso a la educación hasta el cambio climático y la falta de desarrollo económico. Estimular intercambios culturales y científicos esenciales para compartir los beneficios de la globalización.
Mi país, Austria, ha presentado mi candidatura para el puesto de directora general de la UNESCO. En caso de ser elegida, pretendo reforzar su función de constructora de puentes entre culturas, credos y civilizaciones. La cooperación cultural no crea uniformidad, al contrario, refuerza la conciencia cultural y la viabilidad futura de las distintas comunidades.
Fomentar el respeto y la comprensión mutuos es la clave para la prevención efectiva de conflictos. Por lo tanto, pretendo reforzar el papel que la UNESCO desempeña como centro impulsor del diálogo cultural internacional y como guardián de la diversidad de la expresión cultural.
La UNESCO debe continuar sirviendo como una conciencia global y un foro para el establecimiento de normas para la ciencia y la tecnología. Su registro en la vigilancia de la ética es admirable y yo trabajaría por reforzar esta función en los nuevos desarrollos científicos, basándome en la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos y la Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos. El enfoque ético de la organización hacia el progreso científico es altamente relevante en el marco de las transformaciones sociales producidas por la globalización.
La educación es el camino más seguro para salir de la pobreza y una condición previa para la autodeterminación en la vida, posibilitando que la gente elija su propio futuro. Por consiguiente, como directora general incrementaría los programas de alfabetización, trabajaría con tesón por el acceso universal a la educación, especialmente para niñas y mujeres jóvenes, y establecería más lazos con el sector privado de las nuevas tecnologías, con el fin de garantizar que las herramientas educativas de punta sean accesibles para todos.
Lo anterior es crucial para tender las bases para el desarrollo económico y el buen gobierno y para estrechar las persistentes brechas de conocimiento y de acceso a la información digital entre el norte y el sur. Las nuevas tecnologías deben usarse más activamente para dar acceso a la información, formar a la gente en el uso de éstas y capacitarlas para que participen y se beneficien de manera justa del desarrollo. Por lo tanto, hay que garantizar que los programas científicos de la UNESCO, tanto en las disciplinas sociales como en las humanas, permanezcan a la vanguardia. En términos más generales, proporcionamos valor añadido en la persecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Además, la UNESCO tiene un papel especial para permitir a las mujeres desarrollarse plenamente en las sociedades del siglo XXI. El mundo no puede desperdiciar el gran potencial de la mitad de sus ciudadanos. Utilizando la red internacional de mujeres líderes que he potenciado durante los últimos años, continuaría reforzando la protección de ellas en las sociedades en conflicto y, de manera particular, promocionaría esquemas de becas y facilidades de financiación con el fin de permitirles participar en la construcción de sociedades seguras y justas.
Finalmente, los derechos humanos deben permanecer en el centro del trabajo de la UNESCO, pues sin ellos no puede haber paz ni prosperidad. Educaría en la lucha contra nuevas formas de discriminación; por ejemplo, en el campo médico y social.
En todas estas áreas, la UNESCO puede jugar un papel aún más importante. Por ello, mi ambición es aumentar el perfil político de la organización, explotar su verdadero potencial y darle la visibilidad que merece. En el siglo XXI, las instituciones internacionales tienen una misión: fortalecer la cultura global de paz mediante la cooperación. Esta visión es el centro vital de mi candidatura.
Comisionada para Relaciones Exteriores de la Unión Europea. Candidata a directora general de la UNESCO

No hay comentarios: