jueves, 13 de agosto de 2009

Outliers

Horacio Salazar
Milenio/13 de agosto de 2009

El concepto parece tan fácil que para un crítico, se puede resumir en lo siguiente: “Tienes que haber nacido en el momento justo, en el lugar justo y de la familia correcta; y luego tienes que trabajar realmente duro. Es todo”. Suena obvio, ¿no? Sí, pero si es así de transparente, ¿cómo es que con tanta facilidad compramos la noción de que Fulanito es un hombre que se hizo a sí mismo, que Mengano surgió de la nada, que Zutana hizo su éxito a base de puro talento?
El título de esta columna es el del tercer libro de Malcolm Gladwell, autor de The Tipping Point (2000) y Blink (2005), otros dos volúmenes interesantes de lo que algunos llaman “economía pop”. Y es que sigue pasando que algunos esperan que los libros con nociones profundas tengan un tono solemne, catedralicio, como para apantallar. Les parece que si algo está escrito de manera comprensible, quizás no sea después de todo algo tan profundo.
Pero este libro, que fue traducido al español como Fueras de serie, es interesante precisamente porque desmantela algunas nociones mal masticadas acerca del éxito. El subtítulo se pregunta por qué unas personas son más exitosas que otras, y los ejemplos de Gladwell son elocuentes, sencillos, contundentes.
Sin entrar en detalles, porque a fin de cuentas lo rico está en irlos viendo a través de su texto, el argumento de los críticos es correcto. Gladwell argumenta que entre los determinantes del éxito pocas veces considerados están la fecha y condiciones de nacimiento. ¿Por qué? Porque por ejemplo si alguien nace de modo que llega a su mayoría de edad en medio de una recesión global, será más difícil que triunfe.
Otro argumento reiterado en el libro es que los exitosos no nacen de un día para otro: son personas que han dominado un campo, y lo han hecho porque tienen talento, sí, pero sobre todo porque han usado ese talento una y otra vez hasta acumular al menos diez mil horas de vuelo, es decir, de práctica.
Para el autor, cada persona que logra un cierto nivel en una carrera lo hace, sépalo o no, gracias a la confluencia de muchos factores. Claro que es obvio, pero la noción del self-made man no nació del aire, sino del hecho de que muchos exitosos dicen que llegaron sin ayuda de nadie.
Entre los mil detalles contenidos en Outliers, está la secuencia de variables que debieron darse para que Bill Gates tuviera oportunidad de convertirse en un gran programador. Nadie salió del aire: todos venimos de un contexto. Es un mensaje obvio, pero sabrosamente condimentado.
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