martes, 25 de agosto de 2009

Hablar bien de México

Alberto Aziz Nassif
El Universal/25 de agosto de 2009

Cuando la crítica pública se vuelve intolerable se puede deber al menos a dos posibilidades: por un endurecimiento del régimen o porque los problemas crecen, los conflictos se multiplican y el gobierno se siente tan agobiado que se vuelve hipersensible a los críticos. En México es más probable que estemos en la segunda posibilidad. Hace unos días Felipe Calderón criticó a los críticos y dijo: “Parece que la parte más difícil es hablar bien de México” (EL UNIVERSAL, 20/VIII/09). Pero si hablar mal de México es un deporte fácil para algunos, hagamos un esfuerzo por hablar bien del país. Sólo cinco ejemplos recientes:
1. El INEGI acaba de anunciar los últimos datos de la caída en el PIB: durante el segundo trimestre de este año, el país tuvo un desplome de 10.3%, superior al de las crisis de 1981 y 1995. Hace sólo unos días el secretario de Hacienda señaló en el Congreso que el país estaba en “shock financiero” y que por lo pronto para 2010 habría un hueco en las finanzas públicas de 300 mil millones de pesos. Sin saber qué tipo de respuesta propondrá el gobierno federal para enfrentar este hueco gigante, que se origina, entre otras razones, por una baja en la producción y en el precio del petróleo. Los anuncios preliminares apuntan hacia recortes en el gasto, subida de impuestos y una repetición de la misma receta ortodoxa: programar un déficit pequeño, aunque se descomponga toda la economía y se sacrifiquen las palancas de desarrollo del país.
2. Sigamos con las buenas noticias. El propio Calderón señaló recientemente que había una práctica de cobrar comisiones o, como se dice popularmente, mordidas, de 10% para que se pudiera hacer una compra o una adquisición en el gobierno federal. Esta vieja práctica, que viene de los gobiernos priístas, al parecer no ha cambiado con el PAN, sino que se mantiene. Es un tipo de corrupción institucionalizada a la que ahora se quiere enfrentar simplemente con una invitación a hacer denuncias. ¿Para qué ha servido toda la burocracia que fiscaliza, de la Secretaría de la Función Pública en adelante?
3. Las buenas prácticas. El diputado saliente Gerardo Priego puso al descubierto una práctica vergonzosa de la Cámara de Diputados, una transa que se vuelve prestación, como lo publicó EL UNIVERSAL. Este diputado panista regresó al Congreso un millón de pesos; bien por él, pero qué pasa con el resto de los diputados. Resulta que a cada representante popular le dan cuatro vales por boletos de avión en la tarifa más alta, la que no tiene restricciones, luego se puede cambiar o simplemente no usarse y con ello se puede llegar a acumular hasta un millón de pesos en tres años, como en el caso de Priego. ¿Cuánto de los 518 millones de pesos que gasta el Congreso para adquirir 47 mil boletos forma parte de estos arreglos (EL UNIVERSAL, 19/VIII/09)? Sería muy raro que sólo a un legislador le hubiera sobrado un millón de pesos y a los otros 499 no.
Además, se ha investigado que muchos diputados aprovechan su estancia en San Lázaro para viajar por el mundo, recorren todos los continentes y, supuestamente, asisten a reuniones de las que no se sabe para qué sirven o de las que informan hasta tres años después (EL UNIVERSAL, 20/VIII/09). Por lo pronto, los nuevos diputados llegan a disfrutar de los privilegios, y no pasa nada.
4. Reprobados. Hace un año, con la crisis que generó el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, su padre estableció una demanda al gobierno que se hizo famosa en la frase “Si no pueden, renuncien”. Un año después, con el primer aniversario del Acuerdo Nacional por la Seguridad, que fue anunciado con trompetas desde el Palacio Nacional, los resultados no son buenos. Ha crecido el número de muertos, desaparecidos, secuestros. Hay un promedio de 20 asesinatos diarios; en Guerrero acaban de matar al líder de la bancada perredista, Armando Chavarría. Tal vez por eso la organización México Unido contra la Delincuencia reprobó al gobierno con calificaciones de 5.2 al Poder Ejecutivo, 3 a los gobiernos estatales y 0.9 a los alcaldes.
5. Que no decaigan los ánimos. Con el multimillonario recorte que ya se anuncia, se verán afectados subsidios, obras de infraestructura, programas sociales, plazas. El rector de la UNAM, José Narro, dijo que esperaba que no fueran a recortar las palancas del desarrollo, educación y ciencia, porque esas “tijeras ya no sirven”. Pero el gobierno ya prepara el recorte en educación y ciencia.
Sin embargo, ¿qué pasa con los privilegiados a los que se debería recortar? Hay sectores del Estado que no conocen lo que significa apretarse el cinturón porque simplemente están blindados ante cualquier crisis y recorte y no tienen límites. No sabemos si a los privilegiados les van a aplicar la ley de salarios máximos. Veamos sólo dos casos: en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cada uno de los siete magistrados de la Sala Superior gana 4 millones de pesos al año (La Jornada, 4/VIII/09). El otro caso es el financiamiento público de los partidos políticos, único gasto que se encuentra establecido en nuestra Constitución, y como dijo un consejero electoral, ese gasto no se toca.
Se terminó el espacio, pero sigamos hablando bien de México…
Investigador del CIESAS

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