jueves, 12 de febrero de 2009

De "bueno para nada" a genio

María Esperanza Sánchez
BBC Mundo.com/10 de febrero de 2009

Cuando su padre lo llamaba "necio" y "un bueno para nada" no tenía la menor idea de que Charles Robert Darwin habría de convertirse en uno de los científicos más influyentes en la historia.

En "El origen de las especies por medio de la selección natural", Darwin expuso la teoría que ha cambiado la forma como se ve y estudia al mundo.
En su libro, publicado en 1859, plantea que todas las formas de vida han evolucionado a través del tiempo mediante un proceso de selección natural, un cuestionamiento a la idea de que Dios había creado todas las formas de vida.
Darwin nació el 12 de febrero de 1809 in Shropshire, al noroeste de Londres, y desde su infancia dió muestras de interés por la naturaleza.
Tenía un ávido interés de coleccionar insectos y conchas, una pasión que según sus propias palabras "le lleva a uno a convertirse en un naturalista sistemático, en un experto o en un avaro".
De ocioso a naturalista
Su vocación por la historia natural Darwin la desarrolló en la Universidad de Cambridge, donde paradojicamente inició en 1828 su formación para sacerdote anglicano.
Pero no lo hizo por vía de sus estudios académicos. Al contrario, en Cambridge -como antes en la Universidad de Ediumburgo, donde tres años antes había iniciado y luego abandonado estudios de medicina- Darwin obtuvo fama de ocioso y su afición por la recolección de insectos y la caza la compartía con otro hobby: el pub.
"Ninguna tarea o propósito en Cambridge me daba más satisfacción que recolectar escarabajos", cuenta Darwin.
"Un día ví dos escarabajos muy raros y tomé uno en cada mano y en ese momento ví un tercero. No pude resistir la tentación y me llevé uno a la boca para liberar una mano, pero en ese momento expulsó un líquido tan ácido que me ví forzado a escupirlo. Perdí así dos escarabajos".
"En Cambridge pasó a ser un profesional. Él comenzó como un observador de escarabajos y cazador de pájaros, pero así se inició un proceso clave que lo llevó a convertirse en un entomólogo. Esto implantó las semillas de lo que habría de hacer dos o tres décadas más tarde", señaló a la BBC Steve Johns, del University College of London.
El viaje del Beagle
En Cambridge Darwin sacó provecho de su asistencia voluntaria a las clases del botánico y entomólogo reverendo John Henslow con quien desarrolló una gran amistad.
De hecho, para muchos Darwin era conocido como "el que acompaña a Henslow en sus caminatas", y fue éste quien le brindó la oportunidad de unirse como naturalista en el viaje alrededor del mundo que emprendió el capitán Robert Fitzroy a bordo del Beagle.
El 27 de diciembre de 1831 el Beagle zarpó de Plymouth, con un Darwin dispuesto a iniciar una "segunda vida", pero también sufriendo de palpitaciones y frecuentes mareos a bordo del barco.
El propósito del viaje era completar el estudio topográfico de las costas de Sudamérica y algunas islas del Pacífico.
A bordo del Beagle Darwin leyó el primer volumen de los "Principios de Geología" de Charles Lyell. Según Lyell, los fósiles que se encuentraban en rocas constituían evidencia de animales que habían vivido muchos miles o millones de años atrás.
Cambio de Enfoque
La gran variedad de especies animales que observó durante los cinco años del viaje lo convencieron de este enfoque y en uno de sus reportes escribió: "si mis sospechas son correctas, estas observaciones parecen minar la teoría de la estabilidad de las especies" y dar crédito a la idea de la trasmutación.
Él pasó la mayor parte de su tiempo investigando rocas y formaciones geológicas, además de recolectar diferentes especies de animales que envió a Cambridge junto con sus notas, detalles sobre sus observaciones y especulaciones teóricas.
El momento clave en el desarrollo de sus ideas se produjo en las islas Galápagos, donde Darwin notó que cada isla tenía especies claramente relacionadas pero con importantes diferencias.
Regreso a Inglaterra
Darwin planteó que las especies evolucionan mediante un proceso de selección natural. Cuando regresó a Inglaterra el 2 de octubre de 1836, Darwin era ya famoso en los círculos científicos gracias a que el reverendo John Henslow había puesto a la disposición de éstos un panfleto con las cartas e informes enviados desde el Beagle.
Pero el libro que cementó su fama no fue publicado hasta más de veinte años después.
"El origen de las especies por medio de la selección natural" causó una fuerte controversia, y Darwin fue atacado vehementemente por las iglesias cristianas.
Darwin planteaba que las especies evolucionaban mediante un proceso de selección natural. Los animales y plantas más fuertes sobrevivían y se reproducían, pasando sus características a nuevas generaciones. Gradualmente las especies iban cambiando.
La conclusión lógica de su libro era que el homo sapiens era otra especie animal, de manera que aún el ser humano podía haber evolucionado de los simios, minando así la idea de la creación del mundo por obra de Dios.
Sus ideas han ganado amplia credibilidad en el mundo científico. Darwin murió el 19 de abril de 1882 y sus restos se encuentran en la Abadía de Westminster.

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