miércoles, 4 de febrero de 2009

Redalyc

Carlos Ornelas
Excélsior/4 de febrero de 2009
Pocas veces utilizo esta columna para elogiar a colegas. Hoy lo hago porque ellos han contribuido con una materia de la mayor importancia a la educación superior de México y la América Latina. Se trata de hablar bien de dos profesores de la Universidad Autónoma del Estado de México que todavía no adquieren su madurez académica, pero ya disfrutan de prestigio debido a sus aventuras intelectuales. Una de ellas, la Redalyc, acaba de recibir un reconocimiento a escala global, nada menos que de la Organización de las Naciones Unidas, aunque la noticia se escondió en las páginas interiores de la gran prensa.
Rosario Rogel y Eduardo Aguado son profesores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM. Ambos han publicado artículos y libros sobre sus campos de especialidad, pero lo más destacado de ellos es su ánimo emprendedor y sus deseos de apoyar a los compañeros. Hace algunos años se les ocurrió una idea que a primera vista parecía mostrenca, pero fructificó en un empeño monumental de difusión de la ciencia.
Rosario y Eduardo pensaron en utilizar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación con el fin de diseñar un portal que reuniera los artículos publicados en las revistas científicas de América Latina y el Caribe y las pusiera en internet, al alcance de cualquier investigador o estudiante, con acceso libre. El propósito es que el conocimiento que se produce en esta región sea conocido más allá de las fronteras nacionales y por grupos reducidos de profesionales que se suscriben a esas revistas. Cuando hubo las primeras realizaciones, su consigna simbólica se transformó en su lema, emblema y es la insignia que guía su trabajo: “La ciencia que no se ve no existe”.
No es un juego de palabras, es resultado de la dependencia científica y el subdesarrollo cultural que aqueja a nuestra región. Rosario y Eduardo nos han hecho ver que en realidad en América Latina y el Caribe se produce ciencia y es de calidad comparable a la de otras partes del globo. Pero el inglés es la lingua franca de la ciencia, como de la economía y todo lo demás en esta era de la globalización; mas la mayoría de los científicos latinoamericanos escribe en español o portugués y en revistas de escasa circulación, dados los costos para producirlas. En consecuencia, sus aportaciones al conocimiento no se veían, eran invisibles, no existían. Pero eso es cosa del pasado, el futuro pinta diferente gracias a estos dos académicos.
Claro, hay que explicar qué es la Redalyc. Se trata de un acrónimo que identifica a la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (las de estos dos países se incorporaron cuando el portal ya era boyante). El portal incluye artículos de más de 400 revistas de ciencias sociales y humanidades y casi 150 de ciencias naturales y exactas. Al día de hoy se pueden consultar y bajar de la red casi 125 mil artículos de más de 40 especialidades científicas. No quiero cansar al lector con cifras, pero con el fin de ofrecer una perspectiva de las dimensiones del portal, baste decir que se descargan más de dos millones de artículos por mes. Un logro impresionante y más si se considera que Redalyc no llega a los diez años de edad.
Por fortuna para México, la UAEM y los creadores del proyecto, la ONU, mediante su proyecto de sociedades del conocimiento, le otorgó a Redalyc el World Summit Award como el portal de internet con los mejores contenidos de ciencias y revistas universitarias, apenas la semana pasada. Es un premio y un reconocimiento al esfuerzo, la dedicación y el trabajo de sus creadores y sus colegas. El jurado seleccionó a Redalyc como el mejor portal en su campo entre más de 20 mil en el mundo y más de 600 finalistas de alrededor de 50 países, incluidos europeos y de Rusia y China, que ya había obtenido otros reconocimientos.
Redalyc es el portal madre de otros organizados por especialidad que brindarán servicios más inmediatos a los investigadores de cada campo. Los directivos han convocado y recibido respuesta favorable de incontables académicos que trabajan en los consejos de cada uno de ellos.
Esta empresa comenzó con un proyecto en apariencia modesto, que el Conacyt aceptó financiar y que después siguió apoyando la Secretaría de Educación Pública. En esta aventura trabajan alrededor de 70 personas, entre directivos, programadores y estudiantes que prestan servicio social. Con todo y este galardón, Rosario y Eduardo no están conformes con lo conseguido, se han planteado —y por supuesto que lo conseguirán— elaborar el índice de citaciones de los autores de esos artículos y construir el Atlas de la Ciencia Iberoamericana. Así, nuestra ciencia se verá más y tendrá una existencia plena. Otra campaña de aliento, digna del espíritu aventurero y las capacidades intelectuales de Rosario Rogel, Eduardo Aguado y sus colaboradores. ¡Felicidades!
Retazos
Busque su nombre en: www.redalyc.uaemex.mx/redalyc/. Tal vez lo encuentre.

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