Laura Poy Solano
La jornada/21 de febrero de 2009
En América Latina la aplicación –desde hace más de dos décadas– de pruebas estandarizadas de evaluación educativa generó un efecto perverso que busca el desprestigio social e internacional de la educación pública, afirmaron profesores y líderes de organizaciones y sindicatos magisteriales de 11 país asistentes al Seminario Internacional sobre Evaluación.
Reunidos en el Palacio de la Autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alertaron que la caída de los paradigmas de la economía neoliberal también pueden ser una oportunidad para cuestionar si estas herramientas de evaluación funcionan en un mundo diverso y pluricultural.
Agregaron que tanto en México como en Centro y Sudamérica hemos constatado los efectos nocivos de las evaluaciones estandarizadas, que a pesar de la resistencia de docentes, padres de familia y alumnos, prácticamente se han impuesto en todos los países de la región, bajo paradigmas pedagógicos neoliberales que buscan asociar el sistema educativo al mercado.
Convocado por la Red Social para la Educación Pública en las Américas y la sección mexicana de la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública, profesores de Canadá, Estados Unidos, Chile, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Honduras, México, Perú y Argentina, señalaron que después de dos décadas de su imposición, los resultados distan mucho de las metas de calidad educativa que siempre están asociadas a conceptos de mercado, como productividad y eficiencia, mientras que se profundiza el deterioro de la autoestima del maestro, pues se le responsabiliza del fracaso escolar.
Hugo Aboites, catedrático de la UAM-Xochimilco, afirmó que en México al menos 60 por ciento de la población ha sido evaluada mediante un examen estandarizado, en algún momento de su vida, práctica a la que cada año se suman 12 millones de niños, como parte de un modelo de políticas públicas que atienden demandas de organismos internacionales como el Banco Mundial.
Destacó que con la creación del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (Enlace), se establece todo un sistema para clasificar al estudiantado, que impacta su derecho a la educación, al marginar o negar el acceso a las instituciones educativas a partir de sus resultados.
Reunidos en el Palacio de la Autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alertaron que la caída de los paradigmas de la economía neoliberal también pueden ser una oportunidad para cuestionar si estas herramientas de evaluación funcionan en un mundo diverso y pluricultural.
Agregaron que tanto en México como en Centro y Sudamérica hemos constatado los efectos nocivos de las evaluaciones estandarizadas, que a pesar de la resistencia de docentes, padres de familia y alumnos, prácticamente se han impuesto en todos los países de la región, bajo paradigmas pedagógicos neoliberales que buscan asociar el sistema educativo al mercado.
Convocado por la Red Social para la Educación Pública en las Américas y la sección mexicana de la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública, profesores de Canadá, Estados Unidos, Chile, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Honduras, México, Perú y Argentina, señalaron que después de dos décadas de su imposición, los resultados distan mucho de las metas de calidad educativa que siempre están asociadas a conceptos de mercado, como productividad y eficiencia, mientras que se profundiza el deterioro de la autoestima del maestro, pues se le responsabiliza del fracaso escolar.
Hugo Aboites, catedrático de la UAM-Xochimilco, afirmó que en México al menos 60 por ciento de la población ha sido evaluada mediante un examen estandarizado, en algún momento de su vida, práctica a la que cada año se suman 12 millones de niños, como parte de un modelo de políticas públicas que atienden demandas de organismos internacionales como el Banco Mundial.
Destacó que con la creación del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (Enlace), se establece todo un sistema para clasificar al estudiantado, que impacta su derecho a la educación, al marginar o negar el acceso a las instituciones educativas a partir de sus resultados.
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