La Jornada/28 de junio de 2009
La cuarta Marcha por la Justicia, que encabezaron los padres de 48 niños muertos hasta hoy por el incendio en la guardería ABC, de esta capital, tuvo más de 12 mil concurrentes y estremeció las calles de la ciudad, pero en el mitin realizado después en la plaza Emiliana de Zubeldía hubo posibles actos de sabotaje, que hicieron retirarse a muchas personas.
A viva voz, con pancartas y consignas, este sábado los manifestantes advirtieron durante el trayecto que la indignación crece ante la “pantomima” de consignaciones y la guerra verbal entre los gobiernos federal y estatal.
Hubo dos mantas de diseño casi perfecto con mensajes contra las autoridades, pero los organizadores no las reconocieron como propias, y en la plaza Emiliana de Zubeldía –donde terminó la marcha– desapareció una caja de control de energía eléctrica, lo cual provocó que gran parte del acto transcurriera no sólo a oscuras, sino con escasas bocinas y un sonido opacado.
Tras discutir varias veces con policías municipales, los organizadores criticaron los intentos de bloquear la protesta, sin que se precisara quién pretendió hacerlo.
Por los contratiempos del mitin, muchas personas se retiraron, pero el coraje se multiplicó, y los padres denunciaron que entidades de gobierno federales y estatales los mantienen “muy vigilados”, además de apostar al debilitamiento de la protesta.
Roberto Zavala, uno de los padres dolientes, criticó al gobernador Eduardo Bours por decir que hay quien intenta controlar las protestas con fines políticos.
“Las únicas personas que me han querido mangonear son las que usted manda, señor gobernador; pero aquí está mi hijo que grita: ‘¡Ese loco es mi papá y no se va a dejar de cualquier pendejo!’”, clamó.
Cristina García, madre de una niña hospitalizada, expresó que no puede ver a los ojos a su hija y prometerle que la dejará en lugar seguro, pues el gobierno federal nada hace por mejorar las guarderías ni aclara las causas de la tragedia, pero sí defiende a varias personas que son responsables a la vista de todos.
Catalina Soto, vocera del Movimiento 5 de Junio, insistió en que los dueños de la guardería están encumbrados políticamente y tienen apellidos de abolengo en círculos de poder, y es inocultable su responsabilidad en la tragedia, mientras la exigencia de justicia aumenta cada día.
“Nuestros niños son víctimas del neoliberalismo desmesurado, de las ganancias de los poderosos; pero ya basta, no queremos tras las rejas más empleados de almacén o del IMSS, sino a los verdaderos culpables”, reclamó.
A viva voz, con pancartas y consignas, este sábado los manifestantes advirtieron durante el trayecto que la indignación crece ante la “pantomima” de consignaciones y la guerra verbal entre los gobiernos federal y estatal.
Hubo dos mantas de diseño casi perfecto con mensajes contra las autoridades, pero los organizadores no las reconocieron como propias, y en la plaza Emiliana de Zubeldía –donde terminó la marcha– desapareció una caja de control de energía eléctrica, lo cual provocó que gran parte del acto transcurriera no sólo a oscuras, sino con escasas bocinas y un sonido opacado.
Tras discutir varias veces con policías municipales, los organizadores criticaron los intentos de bloquear la protesta, sin que se precisara quién pretendió hacerlo.
Por los contratiempos del mitin, muchas personas se retiraron, pero el coraje se multiplicó, y los padres denunciaron que entidades de gobierno federales y estatales los mantienen “muy vigilados”, además de apostar al debilitamiento de la protesta.
Roberto Zavala, uno de los padres dolientes, criticó al gobernador Eduardo Bours por decir que hay quien intenta controlar las protestas con fines políticos.
“Las únicas personas que me han querido mangonear son las que usted manda, señor gobernador; pero aquí está mi hijo que grita: ‘¡Ese loco es mi papá y no se va a dejar de cualquier pendejo!’”, clamó.
Cristina García, madre de una niña hospitalizada, expresó que no puede ver a los ojos a su hija y prometerle que la dejará en lugar seguro, pues el gobierno federal nada hace por mejorar las guarderías ni aclara las causas de la tragedia, pero sí defiende a varias personas que son responsables a la vista de todos.
Catalina Soto, vocera del Movimiento 5 de Junio, insistió en que los dueños de la guardería están encumbrados políticamente y tienen apellidos de abolengo en círculos de poder, y es inocultable su responsabilidad en la tragedia, mientras la exigencia de justicia aumenta cada día.
“Nuestros niños son víctimas del neoliberalismo desmesurado, de las ganancias de los poderosos; pero ya basta, no queremos tras las rejas más empleados de almacén o del IMSS, sino a los verdaderos culpables”, reclamó.
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