jueves, 25 de junio de 2009

Votar con la nariz tapada

Jesús Silva-Herzog Márquez

A propósito de la aparición de su nuevo libro, Bartra contesta a las preguntas de Roberto Zamarripa.
¿Cuál es su opinión sobre el voto en blanco o la convocatoria a anular el voto en las próximas elecciones?
Las personas tienen diversas opciones a la hora de votar en secreto. Una de ellas es el voto en blanco o anulado, si no les satisfacen las alternativas. Es una opción perfectamente legítima, útil y comprensible. Otra cosa es la convocatoria pública para ganar adeptos de la anulación de votos. Ello es una forma peculiar de militancia política que conlleva una visión de la coyuntura. Responde a determinados intereses. Los anulacionistas del duopolio televisivo rechazan lo que llaman la partidocracia porque ella afecta sus intereses. Los pejistas desencantados se proponen castigar a los nuevos dirigentes del PRD inmolando su voto. Los añorantes del PRI quieren anular votos pues ello afecta principalmente al PRD y al PAN. Los radicales trasnochados quieren sacrificar su voto porque creen que el actual sistema es igual de malo que el antiguo régimen de partido único. Yo creo que en estos momentos el llamado público a la anulación del voto es absurdo. Forma parte de un ritual de sacrificio, no tan diferente al de una huelga de hambre. Es como una expiación: el voto es inmolado para reparar las culpas del sistema. Por ello quieren enviar el voto al desierto, como al chivo proverbial.

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