martes, 30 de junio de 2009

Nuevo León, Querétaro

Miguel Ángel Granados Chapa
Zócalo de Saltillo/30 de junio de 2009

En un ensayo general de lo que será 2012 y la consumación de su proyecto de construir un Presidente, en Nuevo León Televisa parece haber fortalecido la figura del candidato priísta Rodrigo Medina al punto de hacerlo gobernador el cinco de julio. Al comienzo de la contienda, las encuestas coincidían en mostrar un empate entre el aspirante postulado por el gobernador Natividad González Parás y el candidato panista Fernando Elizondo, quien a veces parecía tener ventaja sobre su antagonista. Pero la encuesta del Grupo Reforma del viernes pasado, mostró a Medina con 50 por ciento de las preferencias electorales mientras que Elizondo permanecía en 44 por ciento, seis puntos que pueden ser muchos.. La causa es la atención que la filial regiomontana de Televisa dio al antiguo secretario de gobierno.

Según el monitoreo de Orbit Media, del 3 de abril al 11 de mayo, Medina “ocupó 6 horas con veinte minutos al aire en programas noticiosos, de entretenimiento, familiares, deportivos; en contraste….Elizondo…sólo tuvo 36 minutos”. La esposa del priísta, Greta Salinas, apareció cinco veces en el programa Gente Regia, además de 19 presentaciones de la pareja o del candidato a solas. En cambio, Elizondo sólo fue invitado una vez a esa emisión. En el programa Pasión futbolera, Medina apareció dos veces a principios de mayo: el día 8, en el estudio, y al día siguiente, sábado 9, en el estadio, donde el candidato a gobernador y el aspirante a la alcaldía, Abel Guerra fueron entrevistados durante diez minutos, después de un paneo que los localizó en el graderío. Elizondo estaba también en el estadio y “le resulta extraño que ni los productores ni los camarógrafos ni los reporteros del consorcio lo hayan visto”.

Es que no tenían instrucciones de hallarlo. Antonio Nelly, que conduce ese programa deportivo, explica que él no escoge a quien entrevistar: “Es el área comercial la que habla con los partidos y nos da las indicaciones de los espacios que debemos dedicar a cualquier caso, y en este caso el partido…funge también como cliente”. No obstante esa palmaria confesión, el presidente de la comisión estatal electoral Eduardo Guerra no encuentra nada irregular en esa práctica, pues no está reglamentada: “Está permitido siempre y cuando no haya pago de por medio”. Es peor la actitud del vocal ejecutivo del IFE en Nuevo León, , Roberto Villarreal, quien no tiene opinión sobre el tema porque “a él le corresponde regular los tiempos oficiales en campaña” y porque no ve “mucha televisión” (Proceso, 28 de junio).

Además de gobernador en esa entidad serán elegidos 51 ayuntamientos y el Congreso local, compuesto por 26 diputados locales (además de los 12 federales, de los que hoy siete son panistas y cinco del PRI). Especialmente en el nivel municipal se advierte como telón de fondo la violencia criminal y la presencia del crimen organizado. Apenas el sábado fue aprehendido en San Pedro un jefe policiaco que trabajaba para el enemigo, lo que confirma la tesis de Mauricio Fernández, candidato a regir ese municipio que ya gobernó, de que los Beltrán Leyva, célebres narcotraficantes mantenían el orden en esa porción de la zona conurbada de Monterrey.

En Querétaro el candidato priísta José Eduardo Calzada Rovirosa ha ido de atrás para adelante. Remontó una desventaja de casi veinte puntos y ahora esta técnicamente empatado con el aspirante panista Manuel González Valle que de triunfar haría de esa entidad un enclave inequívocamente blanquiazul, como lo son Baja California, Guanajuato y Jalisco donde su partido ha gobernado 3 sexenios consecutivos.

Calzada es un sobreviviente de la maltrecha clase priísta, que está a la baja desde que Fernando Ortiz Arana (tan eminente en la política nacional que pudo haber sido candidato presidencial) perdió la gubernatura en 1997, ante Ignacio Loyola y fue de nuevo derrotado en 2003 por Francisco Garrido, el gobernador actual que ha provisto a los queretanos de buenas razones para añorar los gobiernos priístas, especialmente el pulcramente desarrollado por Enrique Burgos.

Garrido, un abogado y pintor que se estableció en Querétaro en 1990 y siete años después fue elegido alcalde de la capital (como lo fue después su presunto heredero, González Valle) ha encabezado una administración dadivosa (con fines electorales) pero al mismo tiempo desdeñosa de los ciudadanos. Cuando habla de sí mismo, insiste en que le gusta viajar, como si sus gobernados no lo hubieran percibido: Salió de su estado y el país por lo menos quince veces, a destinos distantes como China y España o más próximos, como Estados Unidos y Canadá. Más activos han sido los dos aviones del poder ejecutivo, que vuelan con enorme frecuencia a ciudades norteamericanas como Houston, Oakland, Nueva Orleáns, McAllen, etcétera. La bitácora de uno de los aparatos registra 166 viajes entre enero de 2006 y agosto del año pasado. De ellos disfrutan diputados, el presidente municipal ahora candidato a gobernador y otros allegados al actual.

Cuando Reforma en la Ciudad de México y la edición queretana de am (el afamado diario leonés) dieron cuenta de esos viajes y demandaron aclaraciones sobre sus causas, el gobierno de Garrido Patrón reaccionó con incomodidad grosera, que puede ser costosa electoralmente pues mostró a un funcionario irritable. El PRI puede por lo tanto recuperarse de sus derrotas recientes (incluida la del propio Calzada Rovirosa, que en 2006 perdió la contienda por la senaduría por más de 40 mil votos.)

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