domingo, 21 de junio de 2009

Bours, el descarado

Nestor Ojeda
Milenio/21 de junio de 2009

Tragedia es la palabra idónea para describir lo ocurrido en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Para explicar las causas de esta tragedia, empero, no hay definición más clara que cadena de corrupción.
La serie de situaciones que desembocaron en un incendio que cobró la vida de 46 niños sólo puede entenderse a la luz de los peores males que aquejan a esta tierra que se llama México.
Negligencia, corrupción, nepotismo, abuso, tráfico de influencias y charrismo sindical son apenas unas pocas de las prácticas que confluyeron en la guardería y que culminaron en la muerte de decenas de inocentes.
Lo peor es que a esta asquerosa mezcolanza se sumó el gobernador de Sonora, Eduardo Bours, quien tuvo el descaro de lanzar un mensaje televisivo en el que pretende desvirtuar la ira que inflama a los hogares de millones de mexicanos por la muerte de unos infantes cuyo único pecado fue estar inscritos en una estancia subrogada del IMSS.
El gobernador pretende minimizar el escándalo culpando a otros de la ola de indignación que invadió a la opinión pública al conocerse que dos altos funcionarios de su gabinete estaban directamente vinculados con los propietarios de la estancia siniestrada.
En la tragedia de Hermosillo hay responsables directos, entre los que se encuentran el presidente municipal, el ahora ex director de Protección Civil del estado, el delegado del IMSS en la zona, la coordinadora de estancias (por cierto, cuñada del líder sindical del Seguro Social) y finalmente el propio gobernador.
Ahora resulta que pretenden culpar a la directora del kínder, a fin de cuentas sólo una empleada de familiares de políticos favorecidos con la concesión de la guardería, que se encuentra hospitalizada con 60 por ciento del cuerpo quemado, por cierto, luego de salvar a decenas de niños.
En un país de leyes, hoy todos los titulares de los tres poderes de gobierno habrían asumido su responsabilidad y pagado el costo político de la tragedia con sus renuncias. Pero esto es México, donde la ley no importa y Bours segurirá siendo gobernador. ¡Qué vergüenza!nestor.ojeda@milenio.com

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