lunes, 22 de junio de 2009

Quiero votar, sí, ¿pero por quién?

René Avilés Fabila
Excélsior/21 de junio de 2009

Hace días, en el programa televisivo de Raúl Cremoux, tres periodistas platicamos sobre algo que se discute ampliamente: votar en blanco o darle validez al sistema de partidos que ha llegado a excesos inauditos, de sobra conocidos. En lo personal pienso que no hay por quién sufragar, no le veo sentido a dejar un buen libro para formarse y entre miradas inquisidoras del big brother partidocrático, depositar un voto para continuar por la misma senda de corrupción y la más baja y sucia política.
Pero hoy estoy de mejor carácter. Sí, hay mucho de donde escoger: partidos sin ideología ni principios éticos; políticos que usan sus cargos para enriquecerse, que no atienden a los ciudadanos y abusan de sus posiciones para obtener ventajas. Si mal no recuerdo, familiares de la esposa de Calderón están vinculados con la “guardería” donde murieron más de 40 niños. No se deje intimidar por las pugnas internas del PRD, son prueba de sana democracia, discusiones entre tendencias y corrientes, no escándalos. Allí están Amalia García y Ricardo Monreal, dos lamentables ejemplos de pasión por el poder.
Sea usted cuidadoso, hay mucho de donde seleccionar. Contamos con candidatos perredistas que han estado en la cárcel y no por razones políticas, líderes charros como Hernández Juárez y Agustín Rodríguez que llevan años esquilmando trabajadores.
Si titubea, no se preocupe, le quedan campeones de la honradez como René Bejarano, Eliseo Moyao, Alejandra Barrales, Guillermo Sánchez Torres, Higinio Chávez. No se quede en casa viendo televisión, salga a cumplir con su deber, sea un demócrata convencido, como los del IFE, los partidos y Gobernación, anímese. Quizá valga la pena que ellos nos sigan conduciendo al despeñadero y haciendo lo que les viene en gana con la sociedad.
En mi delegación, Tlalpan, la polémica se da con intensidad: ¿para qué votar? Nada cambiará. No obstante, un grupo de combativas ciudadanas se han organizado para enfrentar al poder del PRD enquistado allí. Diariamente leo correos donde argumentan y defienden su derecho a vivir con seguridad, limpieza, servicios eficaces, sin vendedores ambulantes, sin el ruido de sus conciertos y fiestas, y sobre todo sin la inmensa corrupción que se practica en esta zona desde que llegó El Pino y ha seguido de modo escandaloso hasta llegar a Guillermo Sánchez Torres, un auténtico rufián, enriquecido ante nuestros ojos y que ahora llegará al legislativo.
Muchas de esas vecinas tienen una idea clara: el voto útil. Se trata de sacar a toda costa a los perredistas de Tlalpan, dar sitio a la alternancia, que no siga más la cadena de complicidad entre todos ellos. En síntesis: apoyar a los mejor posicionados de otros partidos. PRI o PAN, que parecen no existir en esta delegación. ¿Valdrá la pena la audacia?
De aceptar los consejos de las buenas conciencias que viven de la política e invitan a sufragar con los peores y más lamentables argumentos, la pregunta regresa: ¿por quién vamos a votar? ¿Por el PRI de Bours en Sonora, por los amigos del góber precioso, por Clara Brugada o el tal Rafael Acosta en Iztapalapa, o por Ana Gabriela Guevara y sus expertos que apenas se dejan ver en Miguel Hidalgo? También podemos hacerlo por el equipo del perredista Leonel Godoy en Michoacán, aunque la mayoría está en la cárcel, acusado de vínculos con narcotraficantes. ¿O lo haremos por las propuestas de Marcelo Ebrard en cuyas administraciones han linchado policías y han muerto jóvenes sin que aparezcan los responsables? ¿Iremos a las urnas obedeciendo órdenes de un hombre esquizofrénico como el Peje que no manda al carajo a su partido porque todavía necesita sus votos? ¿O mejor se lo daremos a dos organismos del peor estilo como Convergencia y PT? ¿Quizás inclinarnos por los partidos pequeños, negocios familiares que carecen de escrúpulos para encontrar acomodo en el reparto que de nuestro dinero hace el IFE?
Nos quedaría también la posibilidad de apoyar a un partido como el PAN que ha resultado incapaz, donde Calderón cuenta con golpeadores del peor estilo como Germán Martínez y Vicente Fox. De no gustarle estos panistas, ¿por qué no darle el voto al góber piadoso de Jalisco, es posible que sea aún más generoso con sus dádivas a la Iglesia católica? Otra opción es olvidar décadas de agravios priistas e ir a votar por un partido que no se ha arrepentido públicamente de su autoritarismo ni de sus actos represivos.
Como ve usted, no todo está perdido, tenemos mucho de donde seleccionar: un ramillete de encomiables gobernantes. O desde ahora tomar el partido del salvador de la patria, López Obrador, antes de que nos mande a todos al carajo. O de plano a la chingada, que es más lejos. O, algo mejor: vote por el partido que rápidamente se gesta, llamado Sociedad Mexicana.
http://www.reneavilesfabila.com.mx/

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