martes, 16 de junio de 2009

Cooler

Roberto Zamarripa
Expreso/16 de junio de 2009

De arraigados a “subrogados”

Dichosos los aludidos por hacer lo que es injusto, porque de ellos es el reino de la impunidad.A unos, los arraigados, los guardan en hoteles con servicio y cuotas de hotel de lujo, para construir la investigación inexistente a la hora de su detención. A los “subrogados” los protegen en el mejor de los mundos posibles: hacen negocio de un derecho social abandonado por el Gobierno federal pero eluden la responsabilidad de sus actos. El negocio es cobrarle al Gobierno el embodegamiento de niños; lo que les pase a los infantes es responsabilidad del Estado.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU pidió a México suprimir el arraigo judicial al considerarlo como acto de detención arbitraria (Reforma, 14/06/09).

Si el Consejo de la ONU supiera que la fi gura del arraigo se ha convertido en una vacilada y el hotel de los arraigos es un centro de diversión, negocio, lucro y corrupción pensaría de manera diferente su recomendación. Conforme lo publicado por Reforma, en el Centro de Arraigo de la PGR 2 kilos de barbacoa, un kilo de tortillas y cuatro refrescos de lata tenían un costo de 10 mil pesos. Una hamburguesa con refresco costaba mil pesos. Una botella de vino mil dólares o acceso a un Nextel 20 mil pesos. De 20 mil a 60 mil pesos media hora de sexo con prostitutas disfrazadas de policías.

El arraigado es como el subrogado

Durante un tiempo hacen como que lo investigan, sus propios captores le facilitan la existencia y al fi nal hasta disculpa se les ofrece por las molestias ocasionadas.

La justicia mexicana funciona con saliva. Para pegar los expedientes y para destruirlos. Nadie es culpable hasta después de la tercera conferencia de prensa. La muerte de casi media centena de niños, quemados y asfi xiados, en una bodega que hacía las veces de “guardería del IMSS” no tiene nombre. Es impresionante la manera en que el Gobierno de Sonora resbala las responsabilidades apanicado por el creciente descontento social que amenaza con un descontón político-electoral en las urnas que, para el caso podrá ser gravísimo para muchas de las familias hechas gobierno en la entidad, pero en realidad, lo que se cierne en ese estado es la desconfi anza colectiva, la sensación de desamparo, y una comprensible rabia por las muertes y la impunidad.

Es increíble que a una semana de la tragedia no exista un detenido, bueno ni siquiera un arraigado. Y lo peor será que quienes lleguen a ser detenidos, culpables o no, librarán la cárcel, apelarán a la vaquita en la ofi cina de gobierno para pagar la fi anza, y alcanzarán una próxima postulación en el cargo que sus protectores a bien tengan guardarles.

En su blog “Cometas en la madrugada” (http://cometasenlamadrugada.wordpress.com), la periodista sonorense Yolanda González defi ne: “Estos sonorenses de ‘estirpe’, como se ve, no sólo detentan puestos públicos de alto nivel sino que también consiguen licencias, permisos, subrogaciones del IMSS, negocios, concesiones, etc. Es la élite local. Forman parte de un círculo de poder. Son los descendientes de las ‘buenas familias’ (con muy malas costumbres) que se han amafi ado en una especie de cártel que opera las nuevas rutas de los recursos ofi ciales y privados, siempre a su favor. Nada más entre ellos se rebanan las tajadas de todos los pasteles, por eso es fácil desenmarañar la red de complicidades porque todos están emparentados por matrimonio, lazo sanguíneo o compadrazgo. Desde el gobernador, el alcalde de Hermosillo hasta los funcionarios estatales de más alto nivel, pertenecen al cártel de los intocables”.

El árbol genealógico hecho gabinete o las fotos de familia como machote de contrato.

Cuarenta seis infantes fallecidos no suponen siquiera un cargo de conciencia ni una pizca de vergüenza para la renuncia. La justicia mexicana, como ya lamentan con humor negro los sonorenses, detendrá al cooler que causó el incendio y lo arraigará hasta encontrar las pistas de quién lo dejó prendido.

La resistencia local y la incompetencia federal para ser expeditos con las indagatorias y las responsabilidades reales dimensiona el pavor ante lo sucedido. Son demasiadas las heridas a los ciudadanos que no se fi jarán tanto en el voto en blanco como en el gobierno negro.

Son 46 niños muertos y un país agraviado por la inadmisible tragedia.

Correo: tolvanera06@yahoo.com.mx

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