Francisco Javier Zepeda Hoyos*La participación ciudadana juega un papel importante en el desarrollo de una sociedad y aunque mayormente es asociada al rol que los ciudadanos juegan respecto al quehacer de sus gobiernos, la también llamada acción cívica no solamente se agota en la dinámica y funcionamiento de una administración pública sino que además representa un factor trascendente en el progreso y bienestar social de las familias de una comunidad, ya que muchas veces llega a atender necesidades sociales que escapan a la cobertura de acción de los gobiernos.
En México, son numerosas las asociaciones que se integran y funcionan con la participación de muchos ciudadanos comprometidos con la bienandanza de las comunidades y regiones del país, algunas de estas agrupaciones traspasan las fronteras de su región con sus acciones y beneficios sociales, y en el caso de Sonora según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público existen por lo menos 184 asociaciones vigentes que prestan un servicio de asistencia social sobre necesidades varias como alimentación, salud, asilo, vivienda, deporte, educación entre muchas otras. Todas estas asociaciones civiles tienen como finalidad alcanzar un bien social de beneficio comunitario, lo que se traduce en protección y progreso para la población atendiendo sus necesidades específicas.
Participar significa tomar parte en algo. Simboliza estar interesado en contribuir y cooperar en el logro de algún objetivo y representa para otros la posibilidad de amparar sus necesidades, de tener la posibilidad de subsistir y de crecer. La participación humana posibilita la integración entre dos o más personas, tiende lazos de unión entre individuos y comunica valores como la solidaridad, sensibilidad, compasión, servicio, generosidad, respeto, tolerancia y otros que permiten reforzar los lazos sociales que hacen posible la civilidad entre individuos y comunidades.
En el estado de Sonora, ha habido numerosos acontecimientos en los que ciudadanos organizados han contribuido con su participación a solventar necesidades sociales. Por mencionar algunos podemos señalar los suscitados en 2007 en el municipio de San Ignacio Río Muerto con el huracán Henriette y en 2008 en la ciudad de Huatabampo con la depresión tropical Lowell, contingencias que con intensas lluvias e inundaciones provocaron numerosos damnificados y daños materiales a lo cual la población civil del resto del estado respondió apoyando con alimentos, agua embotellada, ropa, medicinas y otros elementos que permitieron observar una participación solidaria de la población civil sonorense.
En días pasados, Sonora vivió uno de los acontecimientos más dolorosos y lamentables en su historia, cuando en el municipio de Hermosillo se suscitó un trágico incendio en una guardería que cobró la vida de niños y niñas de entre 11 meses y 4 años de edad. Los escenarios fueron devastadores. En las afueras de los hospitales de la ciudad se vivieron escenas muy duras pero también se observaron acciones destacables de asociaciones como la organización Shriner que atiende a niños que han sufrido quemaduras, la cruz roja estatal, los hospitales privados, organizaciones de taxistas, asociaciones religiosas y otras, que estando integrados por ciudadanos y por iniciativa propia contribuyeron a dar respuesta en lo posible a esta tragedia. Además, se observó la participación de un número importante de ciudadanos que en lo individual aportaron su colaboración llevando a los hospitales sillas, alimento, agua, apoyo solidario, autos para transporte, medios para comunicación, donando sangre y aportando lo que pudieron para hacer frente a tan terrible situación.
En esta ocasión, la participación ciudadana organizada en asociaciones y de manera individual, jugaron un papel importante para enfrentar una situación de magnitudes sin precedentes, dando una muestra de las virtudes de la participación ciudadana para el desarrollo y seguridad de esta comunidad. Para el caso de Sonora, resulta importante que la participación civil además de enfrentar los resultados de eventos ya acontecidos, se oriente igualmente a la prevención de escenarios cuyas consecuencias sean en perjuicio de los habitantes de esta región, lo que permitirá sin duda mayores beneficios para toda la población.
En México, son numerosas las asociaciones que se integran y funcionan con la participación de muchos ciudadanos comprometidos con la bienandanza de las comunidades y regiones del país, algunas de estas agrupaciones traspasan las fronteras de su región con sus acciones y beneficios sociales, y en el caso de Sonora según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público existen por lo menos 184 asociaciones vigentes que prestan un servicio de asistencia social sobre necesidades varias como alimentación, salud, asilo, vivienda, deporte, educación entre muchas otras. Todas estas asociaciones civiles tienen como finalidad alcanzar un bien social de beneficio comunitario, lo que se traduce en protección y progreso para la población atendiendo sus necesidades específicas.
Participar significa tomar parte en algo. Simboliza estar interesado en contribuir y cooperar en el logro de algún objetivo y representa para otros la posibilidad de amparar sus necesidades, de tener la posibilidad de subsistir y de crecer. La participación humana posibilita la integración entre dos o más personas, tiende lazos de unión entre individuos y comunica valores como la solidaridad, sensibilidad, compasión, servicio, generosidad, respeto, tolerancia y otros que permiten reforzar los lazos sociales que hacen posible la civilidad entre individuos y comunidades.
En el estado de Sonora, ha habido numerosos acontecimientos en los que ciudadanos organizados han contribuido con su participación a solventar necesidades sociales. Por mencionar algunos podemos señalar los suscitados en 2007 en el municipio de San Ignacio Río Muerto con el huracán Henriette y en 2008 en la ciudad de Huatabampo con la depresión tropical Lowell, contingencias que con intensas lluvias e inundaciones provocaron numerosos damnificados y daños materiales a lo cual la población civil del resto del estado respondió apoyando con alimentos, agua embotellada, ropa, medicinas y otros elementos que permitieron observar una participación solidaria de la población civil sonorense.
En días pasados, Sonora vivió uno de los acontecimientos más dolorosos y lamentables en su historia, cuando en el municipio de Hermosillo se suscitó un trágico incendio en una guardería que cobró la vida de niños y niñas de entre 11 meses y 4 años de edad. Los escenarios fueron devastadores. En las afueras de los hospitales de la ciudad se vivieron escenas muy duras pero también se observaron acciones destacables de asociaciones como la organización Shriner que atiende a niños que han sufrido quemaduras, la cruz roja estatal, los hospitales privados, organizaciones de taxistas, asociaciones religiosas y otras, que estando integrados por ciudadanos y por iniciativa propia contribuyeron a dar respuesta en lo posible a esta tragedia. Además, se observó la participación de un número importante de ciudadanos que en lo individual aportaron su colaboración llevando a los hospitales sillas, alimento, agua, apoyo solidario, autos para transporte, medios para comunicación, donando sangre y aportando lo que pudieron para hacer frente a tan terrible situación.
En esta ocasión, la participación ciudadana organizada en asociaciones y de manera individual, jugaron un papel importante para enfrentar una situación de magnitudes sin precedentes, dando una muestra de las virtudes de la participación ciudadana para el desarrollo y seguridad de esta comunidad. Para el caso de Sonora, resulta importante que la participación civil además de enfrentar los resultados de eventos ya acontecidos, se oriente igualmente a la prevención de escenarios cuyas consecuencias sean en perjuicio de los habitantes de esta región, lo que permitirá sin duda mayores beneficios para toda la población.
*Asistente de la Dirección General Académica de El Colegio de Sonora.
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